El calificativo de “tóxico” es recurrente para caracterizar cierto tipo de personas cuyo comportamiento afecta negativamente las relaciones cercanas y el desenvolvimiento diario. La conseja popular dice que lo mejor es cortar por lo sano y alejarse de ellas, que el distanciamiento es la mejor terapia. Pero, ¿y si los tóxicos son los padres o la familia con la que se comparte la mesa?
Los traumas infantiles, como el abuso físico o emocional, el abandono o la negligencia, pueden tener consecuencias devastadoras en la salud mental, generar y desencadenar síntomas y patologías como ansiedad, depresión, trastornos del sueño, dificultades en las relaciones interpersonales y el desarrollo de enfermedades crónicas.
Objeto de debate
Karl Pillemer, sociólogo de Cornell, encontró en un sondeo a gran escala que el 27% de los encuestados reconocía haberse distanciado de un familiar. Es relativamente frecuente que las personas de 20 años se distancien de uno de sus progenitores, sobre todo del padre, pero no de manera permanente. Un distanciamiento temporal para tener un espacio de reflexión. En las redes sociales abundan relatos de «distanciados» que cuentan cómo la separación ha mejorado enormemente su bienestar. También han aparecido libros de autoayuda como The Christian’s Guide to No Contact (guía del cristiano para el no contacto) y Set Boundaries, Find Peace (establecer límites, encontrar la paz). El mercado es amplio, unos 67 millones de estadounidenses se identifican como distanciados.
Los profesionales de la salud mental críticos del distanciamiento familiar argumentan que no hay pruebas científicas de que sea beneficioso separarse de la familia y consideran que pueden perjudicar a los familiares que se quedan atrás (hermanos, nietos y padres ancianos). Sin embargo, puede ser puede ser una herramienta terapéutica eficaz para superar traumas infantiles relacionados con familias tóxicas o disfuncionales.
Estrategia terapéutica
Patrick Teahan, un trabajador social licenciado de Massachusetts, se ha convertido en un referente para quienes desean sanar heridas familiares. Su enfoque radical sugiere que, en algunos casos, no tener contacto con padres maltratadores puede ser necesario. Muchos de sus pacientes rompen lazos familiares. «Una decisión «brutalmente dura», pero profundamente gratificante cuando es apropiada», afirma.
En el sitio web de Teahan se puede realizar un ‘test de la familia tóxica’ que mide la toxicidad familiar en una escala de 100 puntos. Además, ofrece un seminario web sobre cómo escribir una ‘carta de no contacto’ en la que se establecen límites y comunica la necesidad de espacio para la recuperación. También cuenta con una ‘comunidad de curación mensual para apoyar a los que tomaron la opción del distanciamiento familiar.
El distanciamiento es la terapia
Patrick Teahan, cuestiona los principios tradicionales y aboga por el distanciamiento familiar como una estrategia terapéutica eficaz para superar traumas infantiles. Separado de su familia desde hace 30 años, Teahan afirma que el distanciamiento puede ayudar a ver las cosas de otra manera. «Independientemente de la conexión, el abuso es abuso», subraya.
Amanda Curtin, la terapeuta de Teahan, utilizó teorías sobre el trauma infantil como base para un programa de tres años y medio de terapia de grupo. A menudo, los pacientes acudían convencidos de haber tenido una buena infancia y luego se daban cuenta de que no era cierto. En grupos de ocho, volvían a vivir experiencias infantiles de abuso o negligencia. Curtin recomendaba un periodo de distanciamiento -temporal o permanente- con su familia durante este proceso como una forma de proteger a su «niño interior».
«Los niños tienen sistemas muy frágiles. Como padres, se supone que debemos proteger a nuestros hijos de algo que es demasiado. Mis pacientes no tenían eso. Estaban abrumados por situaciones que eran demasiado para ellos. Quedarse y estar en contacto con el agresor era emocionalmente perturbador».
Amanda Curtin
Sin convencionalismos, un modelo de negocios
Teahan, que tuvo una dura infancia en un hogar disfuncional, ha desafiado los convencionalismos y se ha convertido en un defensor acérrimo del distanciamiento familiar como herramienta para sanar heridas emocionales. Su historia personal lo llevó a cuestionar la idea de que «la familia lo es todo» y su enfoque directo han resonado en un público masivo en Internet. Sus padres, inmigrantes irlandeses, eran bebedores. Su madre, con quien cortó los lazos, fue parte fundamental de su proceso de autodescubrimiento.
Distanciado, Teahan dejó de beber. Se educó y comenzó a liderar grupos basados en el modelo de la terapeuta Amanda Curtin. La pandemia de coronavirus lo llevó a centrarse en un público más amplio mediante vídeos en Internet con un gran éxito. Sus confesiones resuenan entre quienes han experimentado relaciones familiares tóxicas. Crudo y emotivo, pero también desenfadado y cáustico, hasta ridiculiza a los padres cuyos hijos se han distanciado. «Mejor quedarse huérfano que ser un rehén», es su lema. Ofrece una variedad de servicios en línea.
Su Healing Community, con 900 miembros, tiene una tarifa de 69,99 dólares al mes; y por 30 o 40 dólares ofrece seminarios web personalizados que guía a los participantes a través de procesos como la redacción de una carta de no contacto. Les anima a ser breves y concisos, con un enfoque directo: “Eres tóxico”. En fecha reciente amplió su alcance: forma a otros terapeutas y dirige grupos en línea.
Distanciamiento sanador
Los seguidores dicen que Teahan les cambió la vida. Por ejemplo, Zhenzhen y Jess dicen que Patrick Teahan les ayudó a ver que el problema no estaba en ellas, sino en cómo habían sido tratadas por sus padres. Zhenzhen sufría de ansiedad, tenía pensamientos suicidas y relaciones abusivas con los hombres. Teahan le hizo ver que el problema no era suyo. Luego de graduarse y de comenzar a trabajar, Zhenzhen decidió distanciarse. Después de enviar la carta a sus padres explicándoles que cortaba la comunicación debido a los malos tratos que recibió de niña se sintió más segura de sí misma y capaz de tomar el control de su vida. Asegura que la elección fue liberadora y le salvó la vida. Inicialmente se sintió sola, pero encontró apoyo en lo que llama su “familia elegida”, una comunidad en línea en las que se comparten experiencias y apoyo mutuo.
Su historia refleja la tendencia creciente: cortar lazos con familiares tóxicos para proteger la salud mental. A Jess también la ayudó a ver la fuente del problema. Al cortar la comunicación con sus padres, se sintió «completamente sola», pero encontró apoyo en la Comunidad de Curación de Teahan. Cuando siente que flaquea, pone sus vídeos
¿Y los principios éticos?
Teahan ha tenido éxito con su enfoque de distanciamiento familiar, pero muchos discrepan de sus resultados. Algunos padres señalan que la terapia de Teahan viola principios éticos fundamentales, como imponer sus puntos de vista en las decisiones de sus pacientes. Apuntan que un terapeuta debe respetar el principio de no maleficencia, no hacer daño, y que las relaciones familiares deben mantenerse, incluso las defectuosas deben repararse, porque son importantes en la vida.
El distanciamiento no es una situación fácil para las partes involucradas. Los hijos pueden experimentar una mejora en su salud mental y bienestar emocional al distanciarse de las relaciones tóxicas y abusivas, pero la soledad se convierte en el problema. Los padres pueden experimentar una profunda tristeza y pérdida, el caso de Dianne, la madre de Jess.
Aunque admite que tuvo defectos como madre, siente que el distanciamiento de su hija es un castigo injusto y tan doloroso como un duelo. Se enfrenta a preguntas constantes sobre el paradero y el bienestar de su hija. Su historia ilustra cómo el distanciamiento familiar puede ser una experiencia aislante y solitaria para los padres. Destructiva. Sin embargo, han descubierto que no están solos, que son muchos en la misma situación y se han organizado a través de las redes sociales y los proveedores virtuales de salud mental han creado espacios protegidos donde los padres pueden conectarse y compartir sus experiencias. Muchos se sienten desconcertados, inconsolables y enojados por el distanciamiento de sus hijos.
Una solución que crea más problemas
La tendencia de los hijos adultos de borrar el contacto con sus padres ha creado un problema de salud mental de alcance global. Dejan a los padres y el dolor del distanciamiento familiar es profundo y complejo. Brian Briscoe, un terapeuta que se considera un «padre sensible e implicado», recibió en 2022, una carta de distanciamiento de su hija de 18 años.
La experiencia fue devastadora y más dolorosa que su divorcio o la muerte de su padre. Se derrumbó al leer la carta. Su hija le reclamaba que había favorecido a su hermano, aunque ella siempre había luchado por llamar su atención. Alegaba que tomó la decisión porque no mostró interés en su vida a medida que crecía; que el paso había sido «extremadamente beneficioso” para su vida y que su salud mental era la mejor desde que era niña.
El número de padres cuyos hijos los han dejado atrás crece cada día. «El distanciamiento puede ser beneficioso para los hijos adultos, para los padres es vergüenza, culpa, arrepentimiento», dice el sicólogo Joshua Coleman, cuya lista de correo de Coleman incluye más 13.000 padres de hijos distanciados. Su consejo es que no se defiendan y los guía para redactar «cartas de enmienda», en las que se disculpan por sus defectos en el lenguaje terapéutico que utilizan sus hijos. Les aclara que, en esa negociación, los hijos tienen el poder.
Principios éticos olvidados
No solo los padres creen que se están infringiendo los principios éticos de la psicoterapia al fomentar las rupturas familiares en las redes sociales, hay especialistas que comparten esa percepción.
Katy Murphy, que forma terapeutas en la Universidad de Dakota del Sur y asesora de salud mental en Iowa, empezó a examinar uno por uno los terapeutas que recomiendan el distanciamiento familiar y a denunciarlos ante las juntas de concesión de licencias. Afirma que infringen los principios éticos de la psicoterapia.
«Un terapeuta debe ser neutral. No expresamos nuestra opinión. Nuestro sistema personal de creencias se queda fuera de la puerta, y entramos como una pizarra limpia. El movimiento pro distanciamiento es sumamente perjudicial para los profesionales de la salud mental. Los terapeutas de TikTok están destruyendo la confianza y la profesionalidad en este campo. Lo que quieren es generar ingresos. Todos tienen podcasts. Todos tienen libros», denuncia.
Distanciamiento hasta la muerte
Lo señalan de destrozar y causar daño a muchas personas y familias, pero Patrick Teahan desestima esas críticas con cáusticos comentarios en Tiktok y Facebook. Sostiene que cuando un niño da el paso extremo de cortar el contacto, los padres culpan al terapeuta del niño, otra forma de descalificar al niño.
También lo han acusado de infringir los principios éticos al fomentar las rupturas familiares en las redes sociales, pero Teahan lo considera una resistencia del «Viejo Mundo». Dice que la psicología tradicional puede parecerse mucho a la familia de origen de la persona. «No intervienen, no validan, no ven por lo que ha pasado la otra persona», argumenta.
Teahan ofrece consejos sobre cómo manejar la muerte de un progenitor con el que han cortado el contacto. Les advierte a los distanciados que no se dejen llevar por las emociones que suelen acompañar el fallecimiento de un padre o madre. Sugiere que se realice una especie de «funeral simulado» para poder expresar la verdad sobre un progenitor abusivo. Recomienda escribir una «carta de despedida» directa y sin rodeos, dirigida a una fotografía del padre o madre, colocada sobre una silla vacía. Si esto no es suficiente, que usen un bate de béisbol de espuma para golpear o romper objetos, como huevos o platos. «Suena un poco oscuro, pero es bueno cuando esa conexión en nuestra mente muere”, reconoce