Desde las calles hasta las redes sociales las teorías de la conspiración se abren paso en el maltrecho panorama mundial de la COVID-19. En Alemania se viene registrando un creciente número de manifestaciones que presentan las políticas para abordar el coronavirus como teorías de la conspiración. Mientras, en línea, un vídeo llamado «Plandemic», que promueve teorías falsas y cuestionables sobre el coronavirus tiene millones de visitas.
Fueron tan peligrosas las afirmaciones de «Plandemic», que numerosas plataformas de redes sociales purgaron el vídeo documental de 26 minutos de site. El documental fue realizado por la activista antivacunas y exinvestigadora médica estadounidense Judy Mikovits.
La situación es muy preocupante. En las redes sociales las teorías de la conspiración se propagan a la rapidez de la electricidad.
Desde las mascarillas hasta Occidente
En Alemania, Ciudadanos del Reich –un grupo radical y violento que está convencido de que el país sigue siendo un territorio ocupado por los occidentales, reclama «sus derechos fundamentales» y protesta contra la obligación de llevar mascarillas y de vacunarse contra enfermedades infecciosas. También contra el coronavirus y la fundación que dirigen Bill y Melinda Gates. En la agrupación hay viejos liberales, esotéricos, teóricos de la conspiración y activistas que creen que las vacunas tienen un efecto dañino individual o contra la especie humana en general.
Jan Rathje, quien adelanta un proyecto sobre antisemitismo y teorías de la conspiración de la Fundación Antonio Amadeu, señala que en el entorno de las teorías de la conspiración se maneja la idea de que en un futuro las vacunas serán obligatorias.
Teorías y símbolos
La reunión de grupos tan heterogéneos sugiere que pretenden propagar en forma amplia el mensaje antivacuna y alcanzar tanto a las personas que les interesa manifestar como a las que son más abiertas a la homeopatía y la antroposofía. Dos tipos de público sin relación alguna, pero que se encuentran en una misma plataforma, como la Resistencia 2020.
Hay un sector tradicional en Alemania que protesta contra las vacunas, consideran que es un asunto privado y no una obligación social. En las recientes protestas apareció un grupo que teme ser inmunizado contra el coronavirus SARS-CoV-2. Lo preocupante para la Oficina para la Protección de la Constitución es el peso que los símbolos y lemas antisemitas y antidemocráticos tienen en esas manifestaciones.
La violencia es, entonces, un riesgo latente. En Colonia una protesta de este tipo transcurrió sin problemas. Pero en las últimas semanas los manifestantes han atacado a los periodistas, ignoran el distanciamiento social o simplemente no notificaron la protesta civil a la autoridades.
En línea…
Mientras la desinformación se mezcla con la militancia antivacuna, la teoría de la conspiración se abre paso en la red. «Plandemic» es un documental que afirma que el virus de la COVID-19 se fabricó en un laboratorio, que se inyecta a las personas a través de la vacuna contra la gripe y que el uso de mascarilla desencadena la infección del coronavirus.
El documental fue visto millones de veces. Fue compartido en YouTube, Facebook e Instagram y aunque el original fue eliminado sigue en la red.
Ha tenido un enorme impacto en la opinión pública. Los libros de la autora de «Plandemic» en Amazon se convirtieron en Best-Sellers. Mientras, programas de radio y podcast disponibles en plataformas como Apple comenzaron a emitir el audio de «Plandemic».
Los esfuerzos de las plataformas para borrar el documental y sacarlo de circulación refuerzan la teoría de la conspiración. La cura empeora a enfermedad. Se refuerza en el imaginario público de que las plataformas digitales ocultan la conspiración. El desafío para empresas como Twitter, Amazon, Facebook o Google es eliminar un contenido erróneo luego de que millones de personas lo han visto y compartido sin que ese acto haga que otros millones se sientan tentados a buscar lo «prohibido».
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