Las tensiones entre Grecia y Turquía y los conflictos en Bielorrusia y Líbano analizará este viernes el Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea. “Hablaremos de asuntos urgentes”, dijo el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, al anunciar hoy la convocatoria extraordinaria de la reunión.
“Abordaremos la situación en el Mediterráneo Oriental, las elecciones presidenciales en Bielorrusia y la evolución de la situación en Líbano”, dijo Borrell en Twitter. La reunión extraordinaria de los Ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea se realizará por videoconferencia. Luego sostendrán un encuentro presencial el 27 y 28 de agosto en Berlín, preparatorio de la cumbre de jefes de Estado un mes después en Bruselas.
Las tensiones entre Grecia y Turquía por la soberanía de aguas territoriales y la exploración de gas en el Mediterráneo Oriental se reavivaron esta semana. El lunes, Turquía anunció el envío de un buque de prospección a una zona que Atenas reclama como propia. Tras ello, el primer ministro griego, Kyriakos Mitosakis, pidió una reunión urgente de los cancilleres de los Veintisiete, informaron medios.
El Gobierno de Recep Tayyip Erdoğan dijo que el buque Oruc Reics y dos naves de apoyo estarán hasta el 23 de agosto haciendo análisis sísmicos sobre recursos energéticos. El ministro de Energía de Turquía, Fatih Donmez, indicó que el objetivo sigue siendo alcanzar “la independencia energética turca”. En respuesta, dos barcos de guerra griegos comenzaron a navegar la zona con el propósito de vigilar las actividades de las embarcaciones turcas.
Las relaciones de Erdogan con sus socios europeos tampoco son fáciles. A las tensiones entre Grecia y Turquía se suman la diputa con Chipre, también por aguas territoriales; su intervención en la guerra civil de Libia y, recientemente, su decisión de convertir en mezquita el museo de Santa Sofía de Estambul.
Lukashenko, el último dictador de Europa
El martes, la UE adelantó su posición sobre los comicios presidenciales del pasado domingo en Bielorrusia al denunciar que el proceso no fue “ni libre ni justo”. También amenazó con imponer sanciones a los responsables de reprimir con violencia a quienes manifiestan en las calles su desacuerdo con los resultados.
Este martes hubo marchas en al menos 25 localidades de Bielorrusia y la Policía detuvo a por lo menos 1.000 personas, entre ellas varios periodistas. Las autoridades informaron que dos personas han muerto y que unas 3.000 en total han sido detenidas en el marco de las manifestaciones.
Las protestas comenzaron el domingo, luego de que la Comisión Electoral informara de que el actual mandatario había resultado reelecto con 80% de los votos. Tras 26 años en el poder, Alexander Lukashenko es considerado el “último dictador de Europa”.
Candidata opositora salió de Minsk
La principal candidata de la oposición, Sviatlana Tsikhanouskaya, quien obtuvo el 10% de los votos según las autoridades electorales, abandonó el país en extrañas circunstancias. Allegados informaron que la exprofesora de inglés acudió el lunes a la Comisión Electoral y después no se supo más de ella. El martes, el ministro de Exteriores de Lituania, Linas Linkevicius, informó que se encontraba en ese país.
Antes de partir, Tijanóvskaya grabó dos vídeos, el primero de los cuales fue difundido a través de YouTube. “Pensé que la campaña presidencial me había dado tanta fuerza que podría aguantarlo todo; pero parece que sigo siendo la misma mujer débil. He tomado una decisión increíblemente dura (…) Cuidaos. La vida vale más que todo esto que está pasando. Los hijos están por encima de todo”.
En el segundo, difundido por un canal oficialista, Tjjanóvskaya leyó un comunicado. “El pueblo de Bielorrusia ha hecho su elección (…) No quiero sangre y violencia. Les pido que no se enfrenten a la policía, que no salgan a la plaza para no poner en peligro sus vidas”. La versión oficial indicó que el mensaje fue grabado fuera de Bielorrusia. Sin embargo, el canal ruso Dozhd aseguró que el sofá verde en el que aparece sentada Tijanóvskaya está en el despacho de la presidenta de la Comisión Electoral, Lidia Yermóshina.
Allegados estiman que Tijanóvskaya fue obligada a salir del país y que podría haber sufrido algún tipo de amenaza. Hasta el lunes había manifestado públicamente su intención de disputar los resultados electorales.
Gobierno libanés en la mira del mundo
La situación en el Líbano se mantiene en incertidumbre, luego de que el lunes renunciara en pleno el Gobierno del primer ministro Hassan Diab. A la severa crisis económica que atravesaba el país se sumó la explosión, el 4 de agosto, de casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio en el principal puerto de Beirut. La explosión dejó al menos 158 muertos, más de 6.000 heridos y al menos 300.000 damnificados, además de pérdidas económicas estimadas en $15.000 millones.
Los libaneses se han mantenido en las calles en protesta a la “corrupción y negligencia” del Gobierno, al que señala de ser responsable de la explosión. Las autoridades han reconocido que el nitrato llevaba almacenado más de seis años en condiciones poco seguras.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo esta semana que, en medio de la tristeza y la frustración prolongada, es palpable el enojo del pueblo de Líbano. “Sus voces deben ser oídas”, señaló.
En este sentido, instó a iniciar una investigación “creíble y transparente que determine la causa de la explosión y conduzca a la rendición de cuentas que claman los libaneses”.
“También es importante que se implementen reformas para abordar las necesidades a largo plazo del pueblo libanés”, apuntó Guterres. “Líbano no está solo” y contará con el respaldo de la ONU en lo inmediato y a lo largo de su recuperación, aseguró.
Gobiernos y organizaciones internacionales ofrecieron el fin de semana donar hasta 300 millones de dólares para ayudar a la recuperación del Líbano. Pero propusieron entregar la ayuda directamente al pueblo y la condicionaron a la ejecución efectiva de reformas económicas y sociales que satisfagan a la población.
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