Morir en las mazmorras del régimen venezolano acompañados de reportes anatomopatólogos disfrazados de causas sobrevenidas es un crimen de lesa humanidad. Tapaderas que ocultan una horrenda realidad: muertes causadas por ergástulas del terror. Un pueblo acabado y dejado en abandono que sigue de pie por la caridad de una notoria minoría. Entonces, el régimen ha alcanzado un perverso objetivo: canibalizarnos sin misericordia.
[Lo que cobran las clínicas privadas a un enfermo de COVID en Venezuela es un buen ejemplo de mercantilismo duro y puro, ausentes de humanidad, un todos contra todos].
Los caídos, ¿nos duelen?
Thais Peñalver nos aporta un oportuno recordatorio de nuestros caídos en las cárceles del régimen. Cito:
- El 12/03/2015, Rodolfo González (el aviador) murió en su celda en el Sebin-Helicoide.
- Dos años más tarde, el concejal Carlos Andrés García sufriría un ACV mientras permanecía arbitrariamente detenido en el Sebin, en el estado Apure, y falleciendo el 17/9/2017.
- El 8/10/2018 Venezuela conoció la terrible muerte del concejal Fernando Albán […].
- Menos de un mes después, Modesto Díaz falleció en el Sebin-Helicoide (4/11/2018), luego de sufrir un Infarto.
- Antes de finalizar el año, el 13/12/2018, Nelson Martínez falleció en el Hospital Militar luego de ser trasladado de emergencia por presentar signos de una insuficiencia cardíaca exacerbada […].
- El año siguiente-5/2/2019-el preso político de 20 años, Virgilio Jiménez, murió en su injusta prisión en la cárcel de Uribana, a causa de enfermedad intestinal generada por las insalubres condiciones de reclusión […].
- Un mes después, el 7/3/2019, se conoció que el ingeniero Ángel Sequea –preso por denunciar irregularidades [Corpoelec]– fue asesinado en circunstancias poco claras, mientras se encontraba detenido en el Sebin de Ciudad Guayana […]
- El 29/6/2019 Venezuela y el mundo conoció la muerte del capitán Rafael Acosta Arévalo en tribunales, donde llegó a pedir auxilio al juez de la causa en silla de ruedas, aún cubierto de sangre derramada por crueles torturas […].
- El 3/01/2021, el preso político indígena pemón, Salvador Franco, murió por desnutrición y tuberculosis bajo custodia del régimen en la cárcel El Rodeo II.
- El 13-10-21 se conoce la muerte del General Raúl Isaías Baduel, sólo unos días de ser trasladado de «La Tumba» donde fue sometido a torturas durante períodos prolongados[…]
- El 29/08/2021, Gabriel Medina Díaz falleció en la cárcel de La Pica en el estado Monagas, por una insuficiencia respiratoria sin recibir atención médica oportuna y especializada. Once presos políticos fallecidos bajo custodia desde el año 2015; once casos para ser investigados, juzgados y castigados en la Corte Penal Internacional”. Fin de la cita [¿?]
Olvidar a nuestros presos políticos y dejarlos a merced de la fiereza de la violencia es parte del proceso de deshumanización y primitivismo cultural que se ha instalado en el país. Perder misericordia por el prójimo es perder piedad por nosotros mismos. Ya lo decía san Agustín: “Pobre del miserable que, aun siendo mísero, no es capaz de tener misericordia por sí mismo…”
Un farol en el horizonte que no puedo contemplar
Aceptar convivir con la barbarie es un peligroso acto de allanamiento, de claudicación, resignación y entrega, que conduce a la anomia, a los impedimentos del corazón [Dixit García Lorca].
Nuestra impotencia soslayada de dimisión frente al destino brutal de compatriotas que han dejado la vida en celdas o en las calles es una demostración de nuestras profundas carencias y quiebres sociales. Ese es el método totalitario.
La aniquilación de todo vestigio moral, humanitario e identitario de un gentilicio convertido en desdeño […] En el poema “lluvia” [enero 1919], el poeta granadino Federico García Lorca añade un interesante matiz. La consciencia de tener una rémora interiorizada que nos incapacita para la búsqueda del amor, que nos inhibe para tomar la iniciativa.
“Y fue por los caminos, cansado y doloroso, juglar extraño de un extraño amor, en busca de la novia, que se fue aquella noche, en que apuré mi cáliz de dolor”.
Federico García Lorca
Sobre Venezuela ha caído una “lluvia de desamor”, de inmisericordia. La Venezuela profunda muere lentamente detrás de las tabernas de la indiferencia aprendida. Poco o nada nos conmueve.
Y lanza el poeta andaluz su último aliento: “Tengo en el horizonte un lucero encendido y el corazón me impide que corra a contemplarlo”. Ese faro que alumbra en el horizonte, que toca el corazón de los nobles convidándoles a correr y sufrir por la vida del otro, es cada venezolano que anhela volver a casa por la gracia de la verdad, la decencia y la paz.
Mi cáliz de dolor
Un compatriota comentó: “La muerte de Baduel, o la de cualquier víctima de violación de derechos humanos no producirá un levantamiento de los cuarteles ni de la sociedad misma […] porque, a fin de cuentas, la dinámica electoral borra en horas, todo el primitivismo de esas muertes”.
Creo que es un absolutismo sentenciar que lo electoralista mata lo humanitario. Pero debo consentir que el impacto e indignación por tantos venezolanos cobardemente asesinados, ha sido minado.
La militancia opositora –por cierto– debe elevar el “cáliz de sufrimiento” de los caídos. Con su olvido, pronto “se pierde la carne entre rosales, se da neblina a la pasión, y brota en el alma la impotencia y la ansiedad en el corazón”.