Por Andrés Tovar
03/03/2018
Los teléfonos del MWC 2018 dejan un mensaje bajo la alfombra. El mercado se está aburriendo ahora de los rectángulos negros. No sabemos si los fabricantes están esperando «un cambio de juego». Pero a pesar de las espectaculares presentaciones que tuvieron lugar en Barcelona, el factor novedad -en la mayor extensión de la palabra- dejó mucho por desear.
Considere los teléfonos del MWC revelados en Barcelona. Samsung lanzó una versión «trucada» de su buque insignia anterior. A otro Nokia retro se le dio un cambio de imagen moderno. Y los fabricantes chinos copiaron fielmente los peores aspectos del iPhone X (como la muesca que alberga su cámara frontal). Ah, y Asus anunció una «gran revelación» del Zen Phone 5. Pero resultó ser «otro iPhone». El nuevo Asus copia directamente del libro de diseño de Apple, aunque el dispositivo es un poco más grande. (Tiene una pantalla de 6 pulgadas, mientras que la del iPhone X es de 5,8 pulgadas). CNET llamó al último modelo de Asus «un iPhone X barato», pero argumentó que eso no es necesariamente algo malo.
«Algunas personas dirán que está copiando a Apple, pero no podemos alejarnos de lo que los usuarios quieren», dijo a The Verge Marcel Campos, director global de marketing de Asus. «Tienes que seguir las tendencias».
Sin embargo, frente a este argumento, la realidad en la caja es otra. Las ventas trimestrales de teléfonos inteligentes globales cayeron por primera vez.
Entonces, ¿nos hemos quedado sin ideas?
No necesariamente. Los ejecutivos que condujeron las presentaciones de los teléfonos del MWC también dejaron pinceladas a tomar en cuenta. Para empezar las redes 5G que pronto llegarán traerán velocidades de gigabits que permitirán que los autos se conduzcan automáticamente. Asimismo permitirán llevar a cabo cirugías robóticas a través de los continentes y a hacer ubicua la inteligencia artificial. No obstante, en privado, se preocupan por el enorme costo de actualizar sus redes y se preocupan de que el paso a 5G de 4G será tan insignificante como fue el paso del 3G al 4G.
Si a algo nos acostumbró la tecnología fue a las mejoras incrementales. Como resultado tal «aptitud» ha sido reivindicada por la industria como una de sus mayores fortalezas. Pensemos en 2006, cuando la cúpula de la GSM de entonces tenía poca noción de que una empresa de computación especializada en San Francisco pronto anunciaría un brillante rectángulo negro que cambiaría el rumbo de la industria para la próxima década.
Una interrupción similar podría estar a la vuelta de la esquina. Probablemente tenga algo que ver con IA o AR. Mientras tanto, los establecidos continuarán invirtiendo en diseños de teléfonos más delgados y redes más rápidas con la esperanza de que, si lo construyen, el próximo iPhone vendrá.