La tecnología de reconocimiento facial genera ciertas reticencias. Durante las protestas en agosto pasado en Hong Kong los manifestantes se tapaban continuamente la cara o apuntaban con linternas láseres hacia las cámaras de vigilancia para evitar que el Gobierno chino los lograra identificar.
Sin embargo, podría haber aplicaciones menos represivas y más humanas para la tecnología de reconocimiento facial. Es el caso de Mao Yin, un chino de 34 años que se reencontró, luego de 32 años, con sus padres biológicos.
El secuestro de Mao Yin
Mao Yin es el hijo de Li Jingzhi, pero fue secuestrado en 1988, cuando apenas tenía dos años de edad. Su padre lo había recogido de la guardería, cuando camino a casa pararon en un hotel en Xian -en la provincia de Shaanxi- para pedir un vaso de agua, pues el niño tenía sed. El padre fue por el agua y al regreso el niño ya no estaba.
Los padres de Mao Yin los buscaron incansablemente por pueblos y ciudades alrededor de Xian sin hallarlo. La madre de Mao, Li Jingzhi, nunca perdió la esperanza de poder encontrarlo, tanto que renunció a su trabajo y distribuyó más de 100.000 avisos de búsqueda sin éxito.
El recuentro de una familia
En abril de este año, la policía recibió una notificación, donde se registraba que un hombre en los años 80 había comprado un niño cerca de Xian. A través de la tecnología de reconocimiento facial, la policía envejeció artificialmente una foto de Mao Yin.
El resultado se comparó con la base de datos con fotos de identidad para encontrar a Mao y lo encontraron. Un test de ADN confirmó que era el niño que le habían robado a Lin Jingzhi. Mao creció sin saber que era un niño robado y quiénes eran sus padres biológicos.
El reconocimiento facial es una forma de autenticación que utiliza medidas biométricas para dar con la identidad de una persona. Se basa en un subconjunto de datos biométricos que permiten reconocer a las personas por medio de la medición y la estructura únicas del rostro.
«Huella facial»
El funcionamiento consiste en capturar una imagen bidimensional o tridimensional de la cara de una persona y luego comparar su información clave con una base de datos de imágenes conocidas.
El primer software de tecnología de reconocimiento facial se desarrolló en la década de los 60 para la empresa Panoramic Research por Woodrow «Woody» Bledsoe, un matemático estadounidense, considerado uno de los fundadores de la inteligencia artificial.
Los sistemas de reconocimiento facial pueden depender de imágenes 2D e imágenes en 3D. El 2D utiliza como puntos de referencia el ancho y la forma de la nariz, la boca y los ojos. Además, de medir la distancia entre ellos.
Las mediciones se convierten a un código numérico que a través de un software encuentra las coincidencias. Este algoritmo se conoce como “huella facial”.
Reconocimiento facial tridimensional
La tecnología de reconocimiento facial basada en imágenes 3D puede detectar los contornos y las curvas del rostro, la profundidad de los ojos y la distancias a partir de referencias como la punta de la nariz. Acciones que no se pueden permitir los sistemas basados en imágenes 2D, debido a las variaciones que pueden presentar las imágenes por el ángulo y la iluminación.
Desarrollos tecnológicos más recientes están tratando de llegar a analizar la textura de la piel. En lugar de medir la distancia entre la nariz y los ojos, por ejemplo, miden la distancia entre los poros. Luego convierten estos datos en un código matemático conocido como “huella de piel”. Se cree que este método podría llegar a ser tan preciso que podría distinguir entre gemelos.
La tecnología de reconocimiento facial está ganado tanto terreno que no solo la utiliza la Policía Metropolitana de Londres para encontrar criminales, sino que ya Apple y Google la están usando en los sistemas operativos para los móviles. Mientras, Facebook la utiliza hace algunos años para la identificación en fotos.
A pesar de las reticencias, la tecnología de reconocimiento facial logró reunir a una familia y en los últimos años ha ayudado a la policía china a encontrar a más de 6.300 niños secuestrados.
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