En su más reciente informe difundido este miércoles, Transport & Environment -T&E (Transporte y Medio Ambiente) indica que Madrid Central, con su plan de restricciones de vehículos de combustión en el centro de la capital de España, es una de las zonas más eficiente de la Unión Europea al recortar las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2).
El análisis cifra esa reducción en un 32%. Aunque el dato se refiere solo a la única estación de medición que existe dentro del área de poco más de 4,7 kilómetros cuadrados afectada por las restricciones de Madrid Central.
Un informe de la federación europea Transport & Environment, de la que formamos parte Ecologistas en Acción, clasifica a Madrid Central como la Zona de Bajas Emisiones más eficiente de Europa.
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— Ecologistas en Acción (@ecologistas) 11 de septiembre de 2019
Bajas emisiones, medida amigable
El establecimiento de la zona de bajas emisiones del centro de Madrid (LEZ) se inició durante el mandato de la exregidora Manuela Carmena. Según la misma, los conductores de todos los automóviles, excepto los eléctricos e híbridos, reciben una multa de 90 € (45 € por pago inmediato) por ingresar al centro de la ciudad. El actual alcalde José Luis Martínez-Almeida (PP) quiso postergarlo. Sin embargo las autoridades judiciales se lo impidieron y el programa sigue en pie.
T&E explica que la mayor concienciación de los problemas asociados a la contaminación y escándalos como el dieselgate han hecho que «las ciudades de toda Europa hayan introducido o endurecido las zonas de bajas emisiones». Es decir, las áreas con restricciones al tráfico de vehículos de diésel y gasolina, responsables en gran medida de la polución urbana.
Agrega que más de 250 ciudades de la UE ya han adoptado tales medidas. Subraya que la contaminación disminuye la esperanza de vida de todos los europeos en un promedio de casi un año. El informe recuerda la imperiosa necesidad de actuar ante los graves problemas de contaminación que sufren las grandes ciudades y que provocan la muerte de más de 400 mil personas al año en la Unión Europea. También recuerda que una encuesta, elaborada a finales de 2018 por esta misma organización, reveló que un 67% de los ciudadanos europeos entrevistados defendían la implantación de estas zonas de bajas emisiones.
400.000 personas fallecen prematuramente en Europa debido a la contaminación ambiental, como recuerdan desde @transenv.https://t.co/xxT5K7Nu3E
— El Salto (@ElSaltoDiario) 11 de septiembre de 2019
Bajas emisiones sin definición legal
Pero como explica Nuria Blázquez, de Ecologistas en Acción y miembro español de T&E, uno de los problemas principales radica en que no existe una «definición legal» y clara sobre lo que es una zona de bajas emisiones. Y bajo esa misma denominación conviven medidas duras y otras sin efectividad dependiendo de la ciudad.
«Ese es el caso, por ejemplo, de las ciudades alemanas, donde solo hay restricciones a los vehículos más antiguos y casi no se han conseguido cambios», precisó.
El informe advierte que se necesitan medidas aún más contundentes para lograr un aire saludable. Las claves de la efectividad están en el tamaño, el tipo de vehículos que se limitan en el área y el rigor en el cumplimiento de las medidas, entre otras.
El análisis no entra a analizar las razones de la efectividad de Madrid Central. Pero Ecologistas en Acción resalta que una de las claves del caso madrileño es que en la zona solo los vehículos con etiqueta cero emisiones pueden entrar y aparcar libremente. El resto cuenta con restricciones para aparcar o transitar (salvo excepciones). Esto hace que la mayoría de los vehículos diésel y gasolina no pueden aparcar en superficie dentro de Madrid Central. Y ocasiona un efecto disuasorio también para la circulación.
Abogan por ampliar la medida
T&E estima que el diseño de estas zonas es clave «para la eficacia» de las medidas anticontaminación. Pero recuerda que ni Madrid ni el resto de las principales ciudades de la UE han logrado todavía cumplir con la directiva europea que fija los límites de polución. De hecho, la Comisión Europea reconoce ese incumplimiento y está llevando ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) algunos casos.
La federación apunta que las medidas en toda la UE contra la contaminación deben acelerarse. Y en forma progresiva las zonas de bajas emisiones deberán transformarse en zonas de emisiones cero, a las que no puedan ingresar vehículos de combustión.
Para el caso concreto de Madrid, Blázquez apuesta por ampliar la zona de bajas emisiones y que las medidas sean más contundentes. En el informe se resalta que la superficie afectada por las restricciones es clave para el cumplimiento de las directivas de calidad del aire. Y que en el caso de la capital española el área con las limitaciones es muy reducida si se compara con otras ciudades europeas. Por esta razón Blázquez insiste en que debe ampliarse.
Por último el informe recoge recomendaciones para procurar la justicia social en las zonas de bajas emisiones: caminar, usar bicicleta y el transporte público para convertir el coche en un medio prescindible. Por otro lado, se deben considerar excepciones para residentes de estas zonas.
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