Pocos artistas gozan del poder de Taylor Swift. Y no solo se trata de imponer un estilo de ropa o maquillaje. Hace unas semanas hizo que miles de personas se registraran para votar a las elecciones legislativas de Estados Unidos solo con un post de Instagram. Y ahora, la estrella del pop quiere cambiar la industria musical y las ganancias que perciben los músicos y productores.
Este lunes, Swift anunció que firmó un nuevo contrato discográfico con Universal Music Group (UMG), y Republic Records como su socio en los Estados Unidos, que le dará un mayor control sobre su música y que, además, genera un precedente para aumentar futuros pagos a los artistas por el streaming.
Después de construir toda su carrera con Big Machine Records, disquera con la que firmó hace 12 años, la cantante de 28 años lleva meses negociando un nuevo contrato después de quedar como agente libre hace menos de un mes.
Entre los detalles que Swift dio a conocer del nuevo contrato destaca que uno de los puntos más importantes de las negociaciones con la disquera era incluir en el acuerdo una provisión para que cualquier posible venta de acciones de UMG a Spotify «dé como resultado una distribución de dinero a los artistas, no recuperable».
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Un cambio positivo
«Ellos (Universal Music Group) han aceptado generosamente esto, en lo que creen que serán términos mucho mejores y unos mejores pagos que los de otros sellos importantes», dijo la intérprete de éxitos como Shake It Off o Love Story a sus 113 millones de seguidores de Instagram.
“Pocos artistas en la historia han logrado combinar éxitos globales y la brillantez creativa de Taylor Swift”, la elogió el director ejecutivo de UMG, Sir Lucian Grainge. “Tengo mucho respeto por Taylor, especialmente por el uso de su gran ganada influencia para crear un cambio positivo”, agregó.
Swift, quien ha ganado 10 premios Grammy (incluyendo Mejor Álbum del Año en dos ocasiones, única artista mujer en lograrlo), aseguró que cree “firmemente que el streaming está basado y continúa prosperando gracias a la magia creada por artistas, compositores y productores», como escribió en Instagram.
Los servicios de transmisión en línea como Spotify y Apple Music se han convertido en la fuente de ingresos más grande para las disqueras y el año pasado superaron por primera vez a las ventas físicas de CD y descargas digitales, dijo el organismo mundial del sector IFPI en un informe de abril.
Here’s to the future! 🙌 We are beyond excited to embark on a new chapter with @taylorswift13 as part of the #UMG & @RepublicRecords family!
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La cantante, única artista en la historia con cuatro álbumes en superar el millón de copias vendidas durante su primera semana de lanzamiento, ha tenido una relación complicada con los servicios de streaming pues considera que los artistas no reciben ganancias justas por compartir su música en ellos.
Swift, un romance escabroso con el streaming
En el 2014, Swift escribió un ensayo para el Wall Street Journal en el que resaltó las pocas ganancias que reciben los artistas, especialmente los nuevos, por poner su música en los servicios de streaming. Para dejar claro su punto, ese mismo año retiró todo su catálogo de Spotify.
Luego, en 2015, amenazó a Apple Music con quitar su disco 1989 cuando descubrió que la plataforma no le pagaría a los artistas, escritores y productores durante el período de prueba del servicio. Debido a esto, Apple Music cambió su política y Swift aceptó incluso a ser imagen del servicio.
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Mientras UMG posee una participación del 3,5% en Spotify estimada en 850 millones de dólares estadounidenses, según el reporte Music Business Worldwide. Ya la disquera había adelantado este año que todas las ganancias que tuviera por vender sus acciones de Spotify serían compartidas con los artistas, el trato con Swift protege más a los músicos al declarar que el dinero será no-recuperable.
“Veo esto como un cambio positivo hacia los creadores, una meta que nunca dejaré de intentar alcanzar”, escribió Swift. Ya Sony Music había sentado un precedente cuando este mismo año vendió la mitad de sus cuotas de Spotify por unos 750 millones de dólares y distribuyó el dinero, de forma no recuperable, entre miles de artistas.
Más control
Asimismo, aunque sin más detalles del contrato, Swift adquiere todo el control sobre futuras grabaciones originales. Aunque pierde sus seis anteriores, hasta que UMG no se haga con Big Machine Records u ocurra un movimiento similar. Sin embargo, es obvio que este nuevo paso no solo le da Swift más poder sobre sus propias creaciones, que han probado ser rentables y críticamente aclamadas, sino que además demuestra su poder en una industria, que quiera o no, ya se rindió a sus pies.
Como bien dijo Monte Lipman, director ejecutivo de Republic Records, “Taylor no solo ha capturado la imaginación de una generación entera sino que también ha redefinido a la industria musical moderna”.