El limitado acceso a la atención y la búsqueda tardía de ayuda figuran como las principales causas por las que el número de afroamericanos contagiados con la COVID-19 casi triplique al de número de personas blancas e incluso también abiertamente a la de hispanos en el norte de California.
Un nuevo estudio sobre la pandemia, que solo en Estados Unidos ha contagiado a 1.850.000 personas y matado a más de 107.000, analizó los registros electrónicos de salud de 1.052 pacientes con COVID-19 que buscaron atención entre el 1 de enero y el 8 de abril en Sutter Health.
Este es un sistema integrado de prestación de servicios de salud sin fines de lucro que tiene sede en Sacramento, en el estado de California, que arropa a unos 3,5 millones de personas. Opera 24 hospitales de cuidados críticos y en más de 200 clínicas en el norte de California. En 1921, como respuesta a la pandemia de gripe de 1918, se fundó la Sutter Hospital Association.
De acuerdo a la investigación, a medida que el coronavirus se ha ido propagando por los Estados Unidos, las comunidades de menores ingresos y con mayor población han sido las más afectadas, lo que se explica porque su estilo de vida es menos relajado, las condiciones de salud no tan buenas y mayores limitaciones para acceder a la salud.
Lockhart: “Los pacientes negros nos visitan más tarde”
Aunque la difícil realidad afecta principalmente a negros y latinos en comparación con los blancos, los pacientes afroamericanos se han visto mucho más afectados. Esta disparidad se mantuvo después de analizar las diferencias por edad, sexo, ingresos y la prevalencia de problemas de salud crónicos como la hipertensión y la diabetes tipo 2 que acentúan la COVID-19.
“Los pacientes negros nos visitan más tarde y están más enfermos. Están accediendo a nuestra atención a través del departamento de emergencias y el entorno de atención aguda», dijo el Dr. Stephen H. Lockhart, director médico de Sutter Health en Sacramento y uno de los autores del nuevo estudio.
Según la investigación, los afroamericanos han sido más renuentes a realizarse la prueba de coronavirus antes de llegar a las salas de emergencia de los hospitales frente a los pacientes blancos, hispanos o asiáticos.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda a las personas de cualquier edad con fiebre o tos y que además respiren con dificultad, sientan dolor u opresión en el pecho o tengan dificultades para hablar o moverse solicitar atención médica inmediatamente. Pareciera que en el caso de los afroamericanos pospusieron la búsqueda de ayuda cuando la enfermedad estaba en un estadio más avanzado.
“Entre nuestros hallazgos, observamos que, en comparación con los pacientes blancos no hispanos, los afroamericanos tenían 2.7 veces más probabilidades de hospitalización, después de ajustar por edad, sexo, comorbilidades e ingresos. Exploramos posibles explicaciones para esto, incluidos los factores sociales que resultan en barreras para el acceso oportuno a la atención o crean circunstancias en las que los pacientes ven la demora en la atención como la opción más sensata. Nuestro estudio proporciona evidencia del mundo real de que existen disparidades raciales y étnicas en la presentación de COVID-19”, señala la investigación.
Relación entre los factores socioeconómicos y la COVID-19
La atención tardía hace que el virus se propague por más tiempo entre los miembros de la familia y de la comunidad, sobre todo si no se respetan las medidas de higiene, el uso de mascarilla y el distanciamiento social.
Kristen M.J. Azar, científica de Sutter Health y autora principal del estudio, afirmó que la rapidez con que se accede a la atención e incluso cuando se solicita el primer apoyo determina cómo es el desarrollo de la enfermedad y cuánto es el dolor que se padece.
“Pese a que no hay tratamientos en este momento se están desarrollando terapias. Es importante identificar a las personas desde el principio a medida que estos tratamientos estén disponibles, con el fin de prevenir malos resultados que conduzcan al uso de ventiladores o a la muerte”.
De acuerdo al jefe de cardiología de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, Clyde W. Yancy, los datos de los 1.052 pacientes confirman la estrecha relación entre los factores socioeconómicos y su influencia en el estado de salud y la vulnerabilidad a la infección.
«Dónde y cómo vivimos contribuye en gran medida a nuestra salud», añadió.
En la misma línea, el Dr. Lockhart señala que a pesar de la expansión del seguro de salud de California bajo la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, los colectivos minoritarios continúan enfrentando grandes barreras.
Salud para todos
El estudio publicado en Health Affairs concluye que la pandemia ha significado una prueba en el mundo para comprobar la idoneidad de los sistemas de salud y su velocidad de respuesta para ofrecer una atención adecuada y de calidad a las personas.
En el caso del estado de California, una de los más poblados y diversos en los Estados Unidos, “a pesar de que se han adoptado políticas diseñadas para proporcionar una cobertura de atención médica extendida para todos, los desafíos siguen siendo brindar atención equitativa, con resultados comparables para todos”.
“La experiencia de Sutter Health destaca el hecho de que la raza y el origen étnico juegan un papel fundamental en la determinación de cómo y cuándo se accede a la atención, y el resultado. Nuestros hallazgos sugieren que el mayor riesgo, en términos de hospitalización, corre a cargo de la comunidad afroamericana. Esta pandemia ofrece la oportunidad de identificar y cuantificar estas inequidades y buscar soluciones. Los sistemas de atención médica tienen la obligación ética de garantizar que todos los pacientes reciban la atención adecuada en el momento adecuado, especialmente en tiempos de crisis”.
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