Por Benito Guerrero
14/08/2017
______________
La privilegiada situación geográfica de Tarragona, ciudad cien por cien Mediterránea que mira y disfruta de ese Mare Nostrum por el que llegaron los romanos para fundarla en el siglo III antes de Cristo, la convierte en un destino ideal para disfrutar del verano en la playa, como buscan muchos en sus vacaciones.
Y si bien es verdad que sus atractivos culturales son santo y seña de este destino, como lo prueban sus tres Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO –el conjunto arqueológico romano de Tarraco, la dieta mediterránea y los castells-, la ciudad también ofrece al visitante deseoso de chapuzones una variada gama de propuestas.
Los 15 kilómetros de costa que van de Tarragona a Tamarit arropan un total de siete playas y tres calas para todos los gustos, con un denominador común: la arena es blanda, se adapta perfectamente al cuerpo y tiene pendientes suaves que permiten caminar dentro del agua o nadar sin riesgos, lo que las hace idóneas para familias. Hay cuatro con banderas azules y la mayoría están dotadas de duchas además de otros servicios como alquiler de hamacas, restaurantes y permiten la práctica de deportes náuticos.
La propia Tarragona ofrece al visitante allí alojado dos notables arenales urbanos: el Miracle –frente al Anfiteatro y la modernista barandilla Balcón del Mediterráneo- que va desde el puerto hasta Punta Grossa, y l’Arrabassada, con bandera azul; ambas con medio kilómetro de fina arena y muy anchas, para que los bañistas se ubiquen sin apreturas.
A continuación, siguiendo rumbo norte, vienen dos playas más pequeñas: la Savinosa, de 350 metros y bandera azul; y Els Capellans, de apenas 60 metros. Ambas son la antesala del gran arenal tarraconense, la Playa Larga; tres kilómetros de casi infinita arena para perderse paseando entre las suaves olas que la acarician.
Quien busque un poco más de intimidad tiene tres coquetas calas: Fonda, Roca Plana y Jovera, arropadas por arboledas. Cala Jovera, una de las más atractivas, separa las dos últimas playas tarraconenses, la Móra y Tamarit. Ambas han renovado este año la bandera azul y tienen en la naturaleza que las rodea y los servicios que ofrecen la combinación perfecta para un día de playa en familia.
La playa de Tamarit toma el nombre de una aldea medieval que destaca por su castillo románico del siglo XI situado sobre un promontorio y que constituye una de las más bellas ‘postales’ tarraconenses.