Por Benito Guerrero
07/07/2017
El Modernismo español tiene una figura mítica: Antonio Gaudí. Y obras suyas como la Sagrada Familia o la Pedrera –ambas en Barcelona– atraen anualmente a millones de turistas de todo el mundo ansiosos por contemplar su inigualable arte. Pero Gaudí tenía una joya prácticamente desconocida para el gran público y que acaba de salir a la luz en Tarragona: el Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, conocido en su origen como la iglesia del colegio de Jesús y María.
La ciudad de los tres Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO –el conjunto arqueológico de la Tarraco romana, la dieta mediterránea y los castells– ofrecía también al visitante una interesante Ruta Modernista que acaba de adquirir una mayor dimensión al colocar como inicio de la misma El Km 0 de Gaudí. Y ello, por añadidura, en un recinto religioso también muy especial, considerado el primero de España dedicado al culto a la Virgen María, bajo la nueva advocación de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
En este santuario neogótico, proyectado en 1877 y terminado en 1882, cuya capilla dedicada fue bendecida en 1879, hizo Antonio Gaudí sus primeros pinitos cuando aún era estudiante de arquitectura.
Y, sin imaginarse lo que llegaría a ser en un futuro, legó a Tarragona su opera prima en la que destacan el manifestador o sagrario (1879), de madera sobredomada y enormes proporciones, apoyado sobre una columna marmórea; y el altar (1880), con la gruesa mesa y un antipendio formado por tres espacios cuadrados que alojan bustos angélicos enmarcados por columnas. Ambos son, además, las únicas obras documentadas de Gaudí que se conservan en las comarcas tarraconenses, si bien el manifestador es una réplica exacta del original –quemado en 1936– obra de Ferran de Castellarnau.
“A partir de la apertura al público este mes de julio de la considerada ‘opera prima’ de Gaudí, todo el patrimonio modernista de Tarragona se integra por vez primera en la oferta turística de la ciudad con un kilómetro cero único”, afirma la Concejala de Turismo, Inma Rodríguez.
Esta obra de Gaudí para Tarragona tiene una entrañable historia personal ligada a la figura de su única sobrina, Rosa Egea Gaudí. La prematura muerte de la madre convirtió en su tutor al arquitecto, quien ingresó a la niña en el colegio religioso de Jesús y María. Y a cambio de la educación de su sobrina, Gaudí se ofreció para diseñar la capilla-santuario. Ésta tiene una gran similitud con la capilla del palacio episcopal de Astorga (León), encargada por su arzobispo, Dr. Juan Bautista Grau Vallespinós, a Antonio Gaudí. Dicho obispo fue protector del arquitecto cuando aún era canónigo y vicario general del Arzobispado de Tarragona.
A partir de ahora, el Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón se convertirá en el punto de partida de la Ruta Modernista de Tarragona, que cuenta con otras joyas como el Teatro Metropol, el Mercado Central, la barandilla del Balcón del Mediterráneo, el Rectorado de la Universidad Rovira i Virgili, la fábrica Chartreuse o casas como Ripoll, Salas, Rabadà o Bofarull. Muchos de estos edificios fueron proyectados por arquitectos tarraconenses como Josep Maria Jujol, Josep Maria Pujol de Barberà, Ramón Salas o Pau Monguió.