Svetlana Astrakhantseva, directora del Grupo Helsinki de Moscú (GHM), aseguró que en Rusia no existen los derechos humanos. ”Al menos cuando la gente intenta defender sus derechos civiles y políticos. No los hay”, enfatizó en una entrevista a Efe. Y agregó: “No sabemos con certeza lo que pasa en otras regiones de Rusia”.
Astrakhantseva dirige la organización de derechos humanos más antigua del país, fundada en tiempos de la URSS (1976). Es economista, abogada y profesora de derecho, y activista de derechos humanos. Ha estado trabajando con el Grupo de Helsinki de Moscú desde 2008 y ha sido directora ejecutiva de MHG desde 2016. Es co-coordinadora del Grupo de Asistencia al Diálogo Ruso-Ucraniano de Derechos Humanos y miembro del Consejo de Coordinación de Solidaridad Cívica. Plataforma Internacional.
Advirtió que “en los últimos once meses se ha impuesto una dura censura militar, una censura total”. A su juicio, en Rusia no se entiende la libertad “como se entiende en los países democráticos”. Se refiere a principios elementales como libertad de expresión y de prensa, imperio de la ley, transparencia judicial y difusión de información. Puntualizó que la gravedad de la situación puede calificarse de autocensura. “Ahora, cada ruso entiende qué puede decir y qué es mejor no decir. Eso es lo que ha cambiado”, afirmó.
Astrakhantseva, la guerra y los derechos humanos
Svetlana Astrakhantseva considera que la guerra que se vive actualmente en Rusia “es una consecuencia directa de la ignorancia y la represión de todos los derechos humanos” en su país. Afirmó que “los rusos olvidaron las lecciones de la Segunda Guerra Mundial”.
Dijo que en teoría Rusia es una federación, pero nadie sabe lo que eso significa. “Con la anexión en 2014 de la península ucraniana de Crimea quedó claro. Lo normal es recuperar territorios, pero el derecho internacional no interesa”, subrayó.
Astrakhantseva considera que los rusos “están demasiado ocupados sobreviviendo” para reparar en los derechos humanos y cuestionar la incorporación de cuatro regiones de otro país. “Los rusos deben aprender que el mundo debe ser humano y que hay que respetar a la gente”. Insistió en que en la Federación de Rusia los derechos humanos fundamentales existen solo en la Constitución, un compendio al que las fuerzas del orden no prestan atención.
La activista señala que el presidente Vladímir Putin conoce “muy bien todas las declaraciones y convenciones internacionales”, por su formación como jurista. “Él sabe lo que son y cómo funcionan. Lo que pasa es que no tiene una vocación de defensa de los derechos humanos y no es su prioridad como presidente. Lo estamos viendo”, agregó.
Indicó que el Kremlin intenta monopolizar todas las facetas de la vida en el país, al tiempo que entorpece todo lo que puede la labor de las ONG. Al respecto, subrayó que las ONG representan una agenda alternativa. “El poder ya no nos considera necesarios. Los rusos deben apoyar ahora completamente lo que hace el Estado. Apoyar la política interior y exterior, te guste o no. Y decir que todo va bien”. Esta es la causa de que las ONG que “se oponen al poder, que protegen a la gente común y corriente, son un factor irritante que debe ser obviado”, dijo.
Exponiendo los abusos contra los derechos humanos desde 1976
El Grupo de Helsinki de Moscú fue fundado en 1976 por un grupo de disidentes rusos encabezados por el físico Yuri Orlov y recibió su nombre de los Acuerdos de Helsinki de 1975 sobre derechos humanos. La organización se convirtió en uno de los principales mecanismos de la sociedad civil para exponer los abusos a los derechos humanos en la Unión Soviética y, más tarde, en Rusia.
Las actividades del Grupo de Helsinki de Moscú incluyeron el envío de iniciativas legislativas propuestas a la Duma del Estado, solicitando el traslado de los detenidos en prisión preventiva a arresto domiciliario, pidiendo una amnistía de los presos e instando al Estado a proteger a los periodistas.
GHM es disuelto por justicia rusia
Recientemente, el Tribunal Urbano de Moscú ordenó el cierre del Grupo Helsinki, ONG defensora de los derechos humanos que funciona desde 1976, del cual es directora Svetlana Astrakhantseva. La decisión del juzgado es la respuesta a una petición administrativa formulada desde el Ministerio de Justicia. El año pasado, un tribunal ruso también confirmó una orden de disolución de otro destacado grupo de derechos, Memorial, que posteriormente recibió el Premio Nobel de la Paz.
El gobierno ruso argumentó en la demanda que se detectaron irregularidades en noviembre de 2022 al realizarse una inspección. Entre las irregularidades mencionadas figura el hecho de que el personal del Grupo Helsinki realizaba actividades fuera de Moscú, algo que teóricamente no tiene permitido. Un representante de la acusación dijo en el juicio, según recoge EuroNews, que las infracciones no eran subsanables y que el ministerio consideraba adecuado el castigo.
Svetlana Astrakhantseva declaró que el proceso judicial fue una liquidación por encargo “Teniendo en cuenta nuestra autoridad, los que la encargaron fueron las más altas esferas del Gobierno. No sé si la administración del Kremlin, ya que desconozco si aún tiene algún poder», aseguró.