Para la mayoría, las carreras de caballos no son más que entretenimiento o un despeje el sábado o el domingo por la tarde. Pero para millones de personas alrededor del mundo es su trabajo, su fuente de ingresos. Los empresarios del sector han dicho que el cierre de operaciones pone en peligro el bienestar de los trabajadores y la salud de los purasangres.
Ahora, que la pandemia de la COVID-19 ha cerrado las carreras, como otros eventos alrededor del mundo, los trabajadores temen que no sobreviva una industria que ha sido su vida. Temen por la salud de los animales, que requieren supervisión constante.
Churchill Downs Starts Equine Safety Initiatives https://t.co/zAgSkGfhGa @BH_Bking #HorseHealth pic.twitter.com/jnJbbCOd1k
— BloodHorse (@BloodHorse) May 7, 2020
Panorama desolador
Aunque es probable que las carreras sea uno de los primeros eventos en volver con relativa «normalidad», el sector se encuentra muy afectado. En Estados Unidos el icónico Derby de Kentucky se pospuso para el 5 de septiembre. El hipódromo de Churchill Downs, sede de esta competición, cambió su apertura al 16 de mayo.
En varios hipódromos se realizan carreras sin espectadores, como los de Hong Kong, Australia y Japón. Se han cancelado en el Reino Unido, Corea del Sur, Sudáfrica, Irlanda, Francia, Nueva Zelanda, India, México y Uruguay.
Los caballos también son víctimas
La paralización ha relegado a los caballos a un prolongada inactividad. En días normales su vida transcurre en las pistas y los corrales, trotando y corriendo. Pero para los equinos no se trata solo de entrenar. Es su estilo de vida. Los purasangres son una raza producto de cuidadosos cruces genéticos con un propósito: correr rápido.
Estos briosos animales «requieren supervisión y cuidado constantes, desde la alimentación hasta el ejercicio y atención veterinaria. Los caballos de carreras no pueden y no podrán sobrevivir sin el contacto y la atención humana diaria. No se trata de máquinas que se puedan apagar temporalmente en una fábrica. Además, son atletas condicionados. Estar de pie en un puesto, sin ejercicio diario, perjudica su salud, seguridad y bienestar», expresó Belinda Stronach presidente del Stornach Group, propietario del hipódromo Santa Anita, en California, Estados Unidos.
Se calcula que unos 220.000 purasangres, en casi 50 países, del mundo, están amenazados por esta situación.
Difíciles condiciones
En el hipódromo de Santa Anita, más de 750 trabajadores ahora viven y trabajan de forma aislada, en gran parte separados del mundo exterior y cada vez más entre sí para evitar la propagación de la COVID-19.
Duermen en dormitorios gastados, a veces en parejas, escondidos entre los graneros del hipódromo. Nuevas restricciones impiden a los visitantes, e incluso a los propietarios de los purasangres, entrar en los terrenos históricos al pie de las montañas de San Gabriel.
Y aunque nada impide que los trabajadores abandonen el parque Arcadia, muchos no tienen automóviles ni licencias. Incluso si lo hicieran, realmente no hay a dónde ir en medio de la pandemia.
The primary source of funding is provided through wagering on racing which has been temporarily suspended at Santa Anita due to COVID-19. pic.twitter.com/19l93yo33x
— Santa Anita Park (@santaanitapark) April 16, 2020
Esperanzas en Suecia y Alemania
Suecia ha sido algo atípico durante la pandemia porque las restricciones del gobierno no son tan estrictas como la mayoría de los otros países. Por lo tanto, se ha permitido que las carreras de caballo permanezcan abiertas al negocio, aunque existen recomendaciones y directivas para minimizar el riesgo para los trabajadores.
El trote sueco, o carreras de arnés, es una de las pocas competiciones en Europa que ha perseverado durante la pandemia. Estas no son solo buenas noticias para las 40.000 personas que trabajan en el sector ecuestre en Suecia. Es una especie de salvador para las compañías de apuestas y los jugadores de todo el mundo.
No se permiten espectadores, incluso a los dueños de caballos se les impide estar en la pista para carreras televisadas. Se pide a los entrenadores y jinetes que se cambien de ropa en su automóvil y se recomienda el distanciamiento social.
Este jueves se celebraron 12 carreras en el Hipódromo de Hannover, en Alemania. La jornada tuvo una atención pocas veces vista,. Fue el primer recinto en Europa que retomó la actividad entre los que tuvieron que suspenderla a mediados de marzo debido a las restricciones que establecieron los distintos países por la crisis generada por la pandemia. Para este viernes, en Colonia se dio el visto bueno para otras 12 competencias.
Lea también:
La crisis del coronavirus podría producir la quiebra de la MotoGP
La crisis del coronavirus podría producir la quiebra de la MotoGP