Por Cambio16 | Efe
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La propuesta de PSOE y Ciudadanos de eliminar las diputaciones provinciales ha revolucionado las filas socialistas, ya que casi todos sus presidentes en estas instituciones están radicalmente en contra de su supresión y también ha manifestado sus dudas la federación andaluza.
Y todo ello a pocas horas de que comience la consulta a la militancia socialista para que se pronuncie sobre este acuerdo para la investidura del líder del PSOE, Pedro Sánchez.
El PP se manifestó desde el primer momento en contra de sustituir las diputaciones provinciales por consejos de alcaldes, según figura en el pacto firmado por Sánchez con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, pero en las últimas horas también se han alzado voces dentro del PSOE, incluidas las de casi todos los 18 presidentes de diputación que tienen.
La federación andaluza es la más numerosa y su presidenta autonómica y líder regional, Susana Díaz, ha defendido el papel de las diputaciones para «vertebrar y cohesionar el territorio» y que haya igualdad de oportunidades, aunque ha admitido que «habrá cosas que hay que cambiar» porque «es lógico» que haya que «modernizar las instituciones».
Díaz se ha mostrado «convencida» de que cuando los partidos se sienten a hablar de las competencias de cada institución y su «necesidad, utilidad y eficacia» habrá «grandes acuerdos».
Muy taxativo sobre este asunto fue el miércoles su portavoz parlamentario en Andalucía, Mario Jiménez, al pedir una «reflexión profunda» sobre el futuro de las diputaciones provinciales, un asunto que no se puede «ventilar en dos renglones».
También se ha pronunciado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que el miércoles valoró la «costura constitucional» que significan las diputaciones y recordó que en la Constitución de 1978 se mantuvieron, por un acuerdo pactado entre el PSOE y UCD como «contrapeso» a las comunidades autónomas. Page ha recordado que la Generalitat de Cataluña fue la primera institución que «quiso cargarse» las diputaciones, por lo que ahora estarán «contentos».
El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, cree que las diputaciones, «concebidas como en el siglo XIX, ya no tienen sentido», por lo que pide que haya una «reformulación».
Una «transformación profunda» deben tener, según el líder del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, para garantizar, en condiciones de igualdad, la prestación de servicios básicos en municipios de menos de 20.000 habitantes.
Los socialistas gobiernan las diputaciones de Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén, Huelva, Sevilla, Cáceres, Badajoz, Albacete, Ciudad Real, Toldo, Valencia, Soria, Huesca, Zaragoza, A Coruña, Lugo y Pontevedra.
El presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, considera que «no pueden desaparecer mientras no sean sustituidas por un órgano que cumpla sus funciones», en tanto que para la de la de Cáceres, Charo Cordero, su eliminación sería «un desprecio al mundo rural», idea en la que coincide su homólogo en Badajoz, Miguel Ángel Gallardo.
Para el de la de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, hay que «dar visibilidad al imprescindible trabajo» que realizan estas instituciones, mientras que el de la de Huelva, Ignacio Caraballo, aboga por hacer «un análisis global de la estructura del Estado».
La líder del PSOE de Cádiz y presidenta de la Diputación, Irene García, quiere que la Ejecutiva Federal del partido «reconsidere» la eliminación y «rectifique» en este punto el acuerdo con Ciudadanos.
Pero el más crítico ha sido el secretario general del PSOE de Jaén y presidente de la Diputación Provincial, Francisco Reyes, al asegurar que votará en contra de un acuerdo con Ciudadanos si se incluye el término «supresión de las diputaciones provinciales».
«Imprescindible» es la existencia de esta institución, con esa u otra denominación, para el presidente de la Diputación de Granada, José Entrena.
También rechaza la propuesta el presidente de la Diputación cordobesa, Antonio Ruiz, y defiende el papel fundamental que desempeñan con los municipios, sobre todo con los menores de 20.000 habitantes.
Opinión compartida por el de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero, y el presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez, abunda al avisar de que los pueblos pequeños no tendrían acceso a determinados servicios sin estas instituciones.
En Castilla y León, el presidente de la Diputación de Soria, Luis Rey, la única en la que gobierna el PSOE en esta región, reclama su continuidad y advierte de que suprimirlas sería «un error».
Más ambiguo ha sido el presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, al decir que deberían suprimirse «siempre que merezca la pena» y que «se garanticen las prestaciones de servicios que se hacen a los ayuntamientos».