Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no ha afirmado que la COVID-19 se transmita por el aire, esta es una teoría que cada vez gana más peso. Recientemente un grupo de enfermeras elaboró una serie de textos para entender cómo se dispersa el virus en el aire y qué medidas debemos tener en cuenta para evitar el contagio.
En nuestro día a día emitimos pequeñas partículas al hablar, cantar, gritar, toser o estornudar. Suelen clasificarse en función de su tamaño. A las de un tamaño menor de cinco micras se les conoce como aerosoles. Como pesan menos, pueden permanecer suspendidos más tiempo en el aire y transmitirse hasta los seis metros.
En los espacios cerrados sin ventilación, los aerosoles permanecen suspendidos en el aire. Por tanto, hay más probabilidades de que sean inhalados por los que están en la misma sala. En cambio, cuando se ventila un espacio interior, la circulación de aire hace que se dispersen los aerosoles. Disminuye su concentración y, por lo tanto, disminuyen las posibilidades de inhalarlos.
Las recomendaciones de las enfermeras
Todavía quedan muchas incógnitas sobre cómo se comporta el coronavirus y cuáles son sus posibles vías de transmisión. Un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine dejaba una puerta abierta a la posibilidad de transmisión por aire. Pero la OMS y el Ministerio de Sanidad todavía no lo consideran una prueba contrastada.
Aun así, tomar cualquier precaución resulta clave para reducir el riesgo de contagio. Por ello, la Organización Colegial de Enfermería ha publicado una infografía y unos materiales explicando cómo se mueve el coronavirus en el aire. Además de algunas recomendaciones que se deben tener en consideración.
«Los organismos oficiales correspondientes todavía no asumen la vía aérea como vía de contagio de la COVID-19, pero en la Organización Colegial de Enfermería queremos informar a la población de qué son los famosos aerosoles porque consideramos que cualquier medida de prevención es importante para frenar la expansión de esta pandemia», señaló Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
Para tratar de no inhalar estas partículas, la organización recomienda ventilar con aire exterior abriendo frecuentemente puertas y ventanas, usar mascarillas bien ajustadas a la cara y llevarlas el máximo tiempo posible, fomentar actividades al aire libre, reducir los grupos de personas y el tiempo en espacio interiores, hablar en tono bajo y guardar la distancia de seguridad.
Además, se debe evitar el uso de mascarillas que se caigan, no ajusten bien o no cubran la nariz, los espacios con ruido o música que nos obliguen a gritar y acercarnos a terceros, cantar o gritar en grupo dentro de espacios cerrados y permanecer en espacios cerrados sin renovación de aire.
Los científicos lo habían corroborado
Un grupo de científicos publicó hace unas semanas una carta en la que afirman que hay «evidencias abrumadoras de que la inhalación del SARS-CoV-2 es la ruta de transmisión principal de la COVID-19».
Los científicos explicaron en la misiva que los virus de partículas muy pequeñas pueden permanecer suspendidos en el aire durante varias horas, igual que en el humo, y ser inhalados. Además, están sumamente concentradas, cerca de una persona que se haya contagiado, por lo que pueden infectar más fácilmente a quienes se encuentran en las proximidades. Las partículas más pequeñas pueden viajar más de dos metros y acumularse en habitaciones mal ventiladas, lo que puede causar situaciones de superdifusión.
Los pacientes de coronavirus, incluyendo a los que no presentan síntomas, escupen miles de pequeñas partículas cargadas del virus y muchas menos gotas de mayor tamaño al hablar o respirar. Por tanto, es más probable que el contagio se produzca más a través de los primeros que de los segundos.
La OMS aún no lo descarta
El pasado mes de julio, la OMS reconoció que no descartaba la vía aérea como fuente de transmisión. Sobre todo en «algunos lugares cerrados como restaurantes, clubes nocturnos y lugares de culto o de trabajo donde la gente grita, habla o canta». Aunque «es urgente realizar más estudios para investigar casos y evaluar su importancia», afirmaron.
Aunque son varios los estudios que consideran que este nuevo virus sí está presente en los aerosoles que pueden permanecer durante más tiempo suspendidos en el aire, hace falta que los directivos lo confirmen. Mientras tanto, es importante seguir todas las recomendaciones sanitarias para prevenir los rebrotes.
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