Por Cambio16
01/02/2017
El Super Bowl, la final de la NFL, la liga que agrupa al fútbol americano, ha registrado en el último lustro un crecimiento económico brutal. El evento deportivo más visto del planeta supera año a año sus cifras de audiencia (gracias a la incorporación de nuevos mercados) y crece proporcionalmente en facturación.
El cálculo -no oficial- estima que el evento, que enfrentará a los Falcons de Atlanta y los Patriots de Nueva Inglaterra este domingo 5 de febrero en Houston (Texas), generará más de 690 millones de dólares, superando al del 2016, estimado en 620 millones.
La cifra oficial de espectadores por TV en Estados Unidos estará cerca de los 114 millones (igualando la edición del 2015, que se mantienen como récord histórico del Super Bowl, y es el show más visto de la historia de la tele estadounidense). La CBS, que posee los derechos para todo el mundo, dará señal a 170 países: la cifra creció en la última década gracias a la conquista de Asia y Latinoamérica.
Claro que, más allá de las licencias, los anuncios publicitarios son el core del negocio: las marcas pagan alrededor de 6 millones de dólares por 30 segundos al aire, lo que le representa a CBS más de 410 millones de dólares en total, según estimaciones de la consultora Kantar Media.
Esto lo convierte en el espacio publicitario más costoso de la televisión norteamericana: lo siguen los partidos de fútbol americano correspondientes al Campeonato de la NFC con US$ 2,2 millones por 30 segundos y el Campeonato de la AFC con US$ 1,8 millones por medio minuto.
Según surge del mismo estudio, en la última década la publicidad emitida durante el juego del Super Bowl generó US$ 2,59 mil millones en ventas.En 2016 , los patrocinantes pagaron cerca de US$ 370 millones para emitir sus mensajes durante el juego.
Cuando se incluye la programación antes y después del encuentro, el total aumenta a US$ 445 millones para el evento deportivo de un día. Esto representa casi el mismo ingreso publicitario combinado de las cuatro principales cadenas abiertas en Estados Unidos en una semana promedio durante todos sus horarios de programación, y supera los gastos publicitarios de un año completo en algunas cadenas de cable nacionales.