La colección Índico de Suma Cruz, ganadora en la primera edición de los Premios Academia de la Moda Española en la categoría Mejor Colección de Calzado, Joyería y Complementos, se presenta como una manifestación de la excelencia en el diseño y la artesanía de la joyería española, inspirada en la riqueza histórica y cultural del océano Índico del siglo XVIII
La colección Índico de Suma Cruz es un testimonio de la fusión perfecta entre la tradición artesanal y la innovación en el diseño de joyas. Cada pieza es el resultado de un proceso meticuloso y apasionado que busca capturar la esencia de los cuentos y transmitirla a través de la belleza de la artesanía. Los Premios Academia de la Moda Española, organizados por la Fundación Academia de la Moda Española, surgen con la finalidad de poner en valor y premiar los talentos de la moda nacional.
Estos galardones anuales reconocen, en sus diferentes categorías, la trayectoria, los aspectos profesionales, creativos y técnicos de todos los actores que forman parte del ecosistema de la moda española, siendo además el proyecto a través del cual se articula el primer eje estratégico de la Fundación, que impulsa la promoción de la moda española y su reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional.
Índico es una colección inspirada en la historia de cuantas aventuras y escenas míticas albergar on las aguas del océano Índico, espectador de interminables periplos entre Madagascar y Sri Lanka durante el siglo XVIII.
Los piratas, el ecosistema natural marino y otras joyas del mar dan vida a un peculiar Gabinete de Curiosidades compuesto por setenta diseños divididos en nueve cápsulas.
Cada pieza de la colección está diseñada para capturar la esencia del mar y sus misterios. Suma y Cruz utiliza formas fluidas y orgánicas para emular el movimiento del agua y las olas, integrando elementos naturales y figuras inspiradas en criaturas marinas que crean una sensación de vida y fluidez.
El trabajo con las manos requiere precisión y brío, delicadeza y a la vez fuerza. El objetivo es trascender lo material para plasmar la imaginación en objetos de valor. En el taller, la magia se manifiesta a través de las manos expertas de las artesanas, quienes ejecutan cada fase del proceso con meticulosidad y dedicación.
EL PROCESO DE FABRICACIÓN
El proceso de creación de algunas piezas, como las acacias, parte de elementos rescatados directamente de la naturaleza, y utiliza diferentes técnicas como la fundición directa del metal sobre materiales orgánicos. El modelado y prototipado en 3D son pasos cruciales en el proceso, que utiliza técnicas avanzadas para visualizar cada pieza en su forma final y hacer ajustes precisos antes de la producción, asegurando la perfección hasta en los detalles más pequeños. El trabajo directo sobre el metal se realiza en mesa se hace con las manos. Requiere precisión y brío, delicadeza y a la vez fuerza.
Suma Cruz busca que lo material eleve lo soñado, que la imaginación se plasme en objetos valiosos. Las joyas de la colección Índico están diseñadas para adaptarse perfectamente al cuerpo, utilizando un corazón de latón y baños de diferentes oros, y baños bicolor, así como plata.
“En esta colección, hemos dado vida a elementos inanimados; criaturas del mar que nos han conducido a enfrentarnos a nuevos desafíos técnicos. Durante el proceso de montaje, hemos jugado con los eslabones para imitar los movimientos de las olas del mar y el viento en nuestras joyas. Hemos introducido los baños bicolor y dado un mayor protagonismo a la plata. También hemos seleccionado cuidadosamente materiales orgánicos como el nácar y las perlas, así como diversos minerales como la labradorita, la unakita, la rodonita, la aventurina, el ojo de tigre, el ojo de buey, el granito amazónico, el ágata musgosa y el jaspe paisaje».
Entre las técnicas utilizadas, destacan el forjado y modelado con métodos tradicionales para dar forma a los metales. Para los acabados se ha procedido a la aplicación de pátinas y baños bicolor para añadir profundidad y contraste a las piezas. Algunas piezas de la colección requieren un montaje manual minucioso: se corta la cadena en milímetros y se entorcha cada elemento a mano para lograr el máximo brillo y movimiento en el resultado final.
Susana Cruz siempre quiso contar el cuento más bonito jamás contado. Más de una década de historia avala la propuesta de Suma Cruz: “Siempre he creído en el poder de las joyas, me siento atraída por ellas. Mi inspiración siempre viene de la naturaleza, de los pueblos indígenas y tribales. Piezas únicas, tan inspiradoras como inusuales.
LA INSPIRACIÓN
Lanka tiene el poder de viajar a tierras lejanas y desconocidas a través de su imaginación. Soñando despierta, sentada frente al mar, con los ojos cerrados y la mente abierta a cualquier posibilidad, comienza a visualizar cómo se dibujan los trazos que dan forma a este cuento. La historia de cuantas aventuras y escenas místicas albergaron las aguas del Índico, espectador de incesantes viajes entre Madagascar y Sri Lanka durante el siglo XVIII.
“Érase una vez, cuando los mares eran gobernados por piratas y los barcos navegaban con el viento existían dos hermanas que vivían en la misteriosa isla de Santa María en Madagascar –popular para muchos por ser la colonia pirata de Libertatia–. Conocidas como Las Sabias, las gemelas Nosy y Boraha guardaban recelosas los secretos del mar. Eran protectoras de los tesoros que yacían bajo las olas y respetadas por todos cuantos habitaban y transitaban el océano Índico”.
La artesanía y los materiales tradicionales transformados a través de una óptica innovadora, se cuidan y trabajan con mimo en nuestro taller en Madrid, donde el equipo crea diminutas obras de arte con sus manos.
Habla la leyenda de un tesoro con el poder de otorgar la belleza eterna. Custodiado por seres míticos y todo tipo de criaturas marinas, y anhelado durante siglos por piratas, marineros y pescadores de todos los rincones de la tierra.
Entre los piratas existía una conocida reina de galeones llamada Ranavalona, decidida a convertirse en la reina pirata más poderosa del océano Índico. Era una reina feroz y ambiciosa, con una tripulación de piratas que no se detendrían ante nada para conseguir lo que querían. Gentes sin rey procedentes de cualquier nación, que podían serlo todo sin rendir cuentas a nadie.
En su búsqueda del tesoro, Ranavalona y su tripulación llegaron a Sri Lanka, donde descubrieron las joyas más hermosas que jamás habían visto. Pero Jaffna, la reina de la flora marina, y Anhuradhapura, la reina de las criaturas del mar, desafiaron a Ranavalona a demostrar su valía respetando el delicado equilibrio del ecosistema del océano.
Jaffna era una diosa regia adornada con coloridas flores, corales y algas, mientras que Anhuradhapura era un ser majestuoso y poderoso, con tentáculos que podían dominar al más temible de los monstruos marinos, y la más bella criatura del mar.
Ambas desafiaron a Ranavalona a mostrar bondad y compasión hacia toda la vida marina y protegerla de cualquier daño. Ranavalona, conmovida por la sabiduría y la gracia de estos seres, entendió que el verdadero tesoro del océano no eran las joyas, sino la belleza y diversidad de su vida marina. Se comprometió a convertirse en guardiana del océano y a liderar a su tripulación con honor y respeto por las criaturas que lo habitaban.
Nosy y Boraha, impresionadas por el coraje de Ranavalona, se mostraron ante ella. Le otorgaron una virtud de cada ser mítico conocido en su viaje como símbolo de su nuevo compromiso por proteger el océano en toda su grandeza. Cada virtud representada en una joya.
Ranavalona, regresó a Madagascar como una mujer a la que ya no impulsaba la codicia ni la ambición, sino el deseo de preservar la belleza y la magia del océano, convirtiéndose en protegida de Las Sabias, y Reina Pirata del Océano Índico, no por sus tesoros, sino por su sabiduría, coraje y compasión.
ESTILO VISUAL
Para dar vida a la colección, se contó con la colaboración con el renombrado fotógrafo y cineasta español Eugenio Recuenco, quien ha capturado a través de su objetivo la esencia de la colección, transportando al espectador al siglo XVIII.
El estilo detallista y onírico del fotógrafo ha insuflado vida en fotografías que parecen salidas directamente de una obra pictórica. Los mundos fantásticos y los cuentos de hadas se han hecho realidad en la lente del artista, y la campaña resultante, nos conduce a través de historias de piratas.
Susana Cruz siempre quiso contar el cuento más bonito jamás contado. Más de una década de historia avala la propuesta de Suma Cruz: “Siempre he creído en el poder de las joyas, me siento atraída por ellas.
Mi inspiración siempre viene de la naturaleza, de los pueblos indígenas y tribales. Piezas únicas, tan inspiradoras como inusuales. Una joya puede cambiarte el look, sea cual sea, pero es importante saber combinarlas. No todo vale.”
Atención al detalle, entrega consciente y priorización de lo diferencial frente a la productividad o la uniformidad forman parte del ADN de Suma Cruz. La artesanía y los materiales tradicionales, transformados a través de una óptica innovadora, se cuidan y trabajan con mimo en el taller, ubicado en Madrid, donde el equipo crea con sus manos diminutas obras de arte.
TRADICIÓN Y VANGUARDIA
Suma Cruz se distingue por la marcada contraposición entre su diseño rompedor y la aplicación de las técnicas más tradicionales de joyería. El taller en pleno centro de Madrid subraya este contraste, siendo un espacio donde convergen la innovación y la herencia joyera.
Con más de 15 años de historia, Suma Cruz ha transformado un modesto taller en una marca reconocida internacionalmente. Desde su inicio, la firma se ha distinguido por convertir lo accesorio en lo principal, desafiando paradigmas y marcando tendencias en la industria.
Susana Cruz siempre quiso contar el cuento más bonito jamás contado. Más de una década de historia avala la propuesta de Suma Cruz: “Siempre he creído en el poder de las joyas, me siento atraída por ellas. Mi inspiración siempre viene de la naturaleza, de los pueblos indígenas y tribales. Piezas únicas, tan inspiradoras como inusuales.