La crisis energética, endurecida por la guerra en Ucrania, ha obligado a los gobiernos no solo a buscar la garantía de suministros de energía sino de encontrar maneras de ahorrarla. Se han aprobado planes de emergencia y decretos para reducir los consumos de fábricas, comercios y hogares. En algunos casos se están produciendo subvenciones y en otros casos, no se descartan cortes puntuales de energía. Otra opción es alcanzar la eficiencia energética con campañas de concientización masiva.
La contingencia, cuyo desenlace final aún no se avizora, impacta también las economías. El presidente de la Reserva Federal de EE UU, Jerome Powell, dijo que rebajar la inflación requiere provocar “algo de dolor a familias y empresas». En ese tono, Emmanuel Macron también pidió a los franceses “esfuerzos y sacrificios ante un otoño y un invierno amenazados por los recortes energéticos, la inflación y la recesión».
Mientras, ministros de energía del mundo, acordaron en la VII Conferencia Anual Global sobre Eficiencia Energética de la AIE impulsar la eficiencia energética. La consideran una herramienta duradera para encarar la crisis de energía. Señalaron que «las acciones en la demanda tienen un papel importante ahora que los precios de la energía son altos y volátiles”.
Están convencidos de que las campañas bien diseñadas pueden motivar a las personas a reducir su consumo de energía. Por ejemplo, en Estados Unidos algunas estimaciones sugieren que hasta el 20 % de la demanda de energía doméstica podría ahorrarse con cambios de comportamiento en el hogar. La estimación para la India sugiere que estaría en el rango de 3,4 a 10,2 TWh por año para 2030.
Campañas de eficiencia energética
La Agencia Internacional de Energía estima que las campañas de eficiencia energética ayudarían a lograr los objetivos de cero emisiones netas, pero se requiere un buen plan de concientización. La simple transmisión de información no cambiará el comportamiento, mientras que las campañas por lo general no provocan el impacto esperado. Sugieren cuatro actuaciones claves: conseguir el mensaje correcto, hacer llegar el mensaje, combinar información con conocimientos de comportamiento y, campañas para un contexto de crisis. Pero no basta con decir que la Tierra es redonda, hay que demostrarlo.
La campaña America Saves “ahorra energía ahorra dinero” brinda consejos sobre energía en el hogar basados en proyecciones reales de ahorro de costos . También la de Playing My Part, ideada por la AIE y la Comisión Europea, motiva a los consumidores a bajar los termostatos de calefacción en el hogar.
Asimismo, sugieren que la información en tiempo real sobre el uso de la energía puede influir en el comportamiento del usuario. Sudáfrica proporcionó datos en tiempo real sobre el déficit de electricidad. A través de un mensaje de «Alerta de energía» que mostró en intervalos de 30 minutos en Internet y en la televisión entre las 17:30 y las 20:30 informando al público de las medidas para reducir el pico. Esto resultó muy positivo.
Estiman que en EE UU esta retroalimentación en tiempo real puede generar hasta un 15 % de ahorro de energía. Mientras, en el Reino Unido, los hogares con medidores inteligentes y pantallas en el hogar, que brindan información de consumo en tiempo real, terminaron usando un 1,5 % menos de gas natural y un 2,2 % menos de electricidad en 2011.
Otros “empujones” para ahorrar energía
Asimismo, los servicios públicos pueden desempeñar un papel significativo en las campañas de eficiencia energética. En California, la comunicación con los ciudadanos a través de aplicaciones, SMS y correo electrónico se utiliza para reducir la demanda de energía en las horas pico, que es cuando el sistema está bajo más presión. Tales métodos se han implementado en los últimos meses en Japón, Francia y varios estados del este estadounidense.
Un conjunto de «empujones» coordinados puede aumentar el impacto. Es también el caso de los llamados avisos justo a tiempo y justo en el lugar. En Suiza redujeron el consumo de energía y agua en 22% en 620 hogares. Se instaló un medidor de ducha inteligente entre el cabezal y la manguera de la ducha y mostró la temperatura del agua, el consumo de agua y energía. La calificación de eficiencia energética y una animación de oso polar. El Proyecto Nudge, financiado por la Comisión Europea, está probando varias intervenciones conductuales en Grecia, Bélgica, Alemania, Portugal y Croacia.
La AIE y los ministros coinciden en reunir todos los programas de eficiencia energética existentes y los subsidios relevantes bajo un mismo techo. Las situaciones de crisis crean desafíos particulares para los sistemas energéticos y también cambian los tipos de mensajes y campañas que podrían ser más efectivos. Cuando la energía está en las noticias, y cuando cambiar el comportamiento brinda un beneficio inmediato, las campañas pueden ser más fuertes. Y así llamar a la acción colectiva e ir más allá en lo que se le pide a la gente. Buscan menores costos y menos apagones mediante la reducción del consumo.
Medidas restrictivas
Muchos países tienen experiencia en el desarrollo y lanzamiento de campañas orientadas a otras crisis y la eficiencia energética. Por ejemplo, Japón, después del terremoto que azotó su costa nororiental en marzo de 2022, lanzó una campaña para alentar a las empresas, los servicios públicos y los ciudadanos a reducir drásticamente la energía. En un día, los ahorros en la demanda de electricidad alcanzaron el 6,5 % en Kanto.
Actualmente, los 27 Estados de la Unión Europea, para evitar una crisis mayor se comprometieron a reducir al menos en un 15% su consumo de gas. Entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023, el final del invierno boreal. En Alemania, desde el 1 de septiembre será obligatorio reducir la calefacción a 19 grados en todas las administraciones públicas. Y prescindir de piscinas privadas climatizadas.
Finlandia pronto lanzará la campaña pública «Un grado menos». Con ella, quiere animar también a sus habitantes a calentar menos, tomar duchas más cortas y no calentar el garaje. Y en España, un decreto obliga desde el 10 de agosto a limitar a 27 °C el aire acondicionado en comercios, teatros, cines, estaciones de tren y aeropuertos. En invierno, el termostato de la calefacción no podrá superar los 19 °C. Algunos analistas señalan que la crisis energética apenas comienza.