Las subvariantes del ómicron están impidiendo pasar la página de la pandemia. Su intensa movilidad mantiene activo el virus y el número cada vez más creciente de contagios. En esta larga historia, surgen como protagonistas las BA.4 y BA.5 que se han detectado en decenas de países. En España se han hecho sentir y varias voces, entre ellas la del gobierno, que recomiendan el regreso de la mascarilla.
A nivel mundial las subvariantes BA.4 y BA.5 están aumentando porque pueden propagarse más rápido que otras variantes circulantes. Principalmente la BA.2 que provocó un aumento en los casos a principios de año. Pero hasta ahora, las últimas variantes de ómicron parecen estar causando menos muertes y hospitalizaciones que sus primos mayores. Una señal de que la creciente inmunidad de la población está atenuando las consecuencias inmediatas de estos aumentos repentinos.
Un análisis dirigido por los genetistas evolutivos Bette Korber y William Fischer del Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México sugiere que las variantes probablemente sean ramificaciones de BA.2.
Korber y Fischer también encontraron que muchas secuencias del genoma que se clasifican como BA.2 en las bases de datos públicas son en realidad BA.4 o BA.5. Como resultado, los investigadores podrían estar subestimando el aumento continuo de las variantes. Así como la diversidad de mutaciones que portan. “Es importante en este momento particular de la pandemia hacer bien estas llamadas”, escribieron Korber y Fischer en un correo electrónico a la revista científica Nature.
Las ventajas de transmisión de las variantes pueden resultar de cambios biológicos que aceleran la infección. Por ejemplo, permitiendo que el virus infecte a más personas, más rápidamente.
Las traviesas subvariantes del ómicron
Pero el aumento de las subvariantes de ómicron BA.4 y BA.5 parece provenir, en cambio, de su capacidad para infectar. A personas que eran inmunes a formas anteriores de ómicron y otras variantes, dijo Christian Althaus, epidemiólogo computacional de la Universidad de Berna.
Con la mayor parte del mundo fuera de Asia haciendo poco para controlar el SARS-CoV-2, el aumento, y la caída inevitable, de BA.4 y BA.5 será impulsado casi en su totalidad por la inmunidad de la población, agregó Althaus. Y los casos aumentan cuando la protección disminuye y caen solo cuando suficientes personas han sido infectadas.
Sobre la base del aumento de BA.5 en Suiza, donde la prevalencia de BA.4 es baja, Althaus estimó que alrededor del 15% de las personas se infectarán. Pero ahora es probable que los países tengan perfiles inmunológicos distintos. Sus antecedentes de oleadas de COVID-19 y tasas de vacunación difieren, indicó. Como resultado, los tamaños de las ondas BA.4 y BA.5 variarán de un lugar a otro. “Puede ser del 5% en algunos países y del 30% en otros. Todo depende de su perfil de inmunidad”.
Es probable que esto también varíe según el país. A pesar del alto número de casos, Sudáfrica experimentó solo un pequeño aumento en las hospitalizaciones y muertes durante su ola BA.4 y BA.5, señaló Waasila Jassat. Especialista en salud pública del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles del país en Johannesburgo.
En un estudio que pronto se publicará en el servidor de preimpresión de medRxiv, Jassat y sus colegas descubrieron que las oleadas BA.4 y BA.5 de Sudáfrica provocaron una tasa similar de hospitalización. Pero una tasa de mortalidad ligeramente inferior en comparación con la oleada ómicron anterior del país. Ambas resultaron más leves que la feroz ola Delta del país.
¿Cuál es el futuro del virus y sus variantes?
Fuera de Sudáfrica, otros países están viendo impactos más significativos de BA.4 y BA.5. En Portugal, donde las tasas de vacunación y refuerzo de la COVID-19 son muy altas, los niveles de muerte y hospitalización asociados con la última ola son similares a los de la primera ola de ómicron. Aunque todavía nada como el impacto causado por variantes anteriores.
Una explicación de la diferencia podría ser la demografía de Portugal, sostuvo Althaus. “Cuantas más personas mayores tienes, más grave es la enfermedad”. Jassat cree que la naturaleza de la inmunidad de un país también puede explicar los diferentes resultados. Aproximadamente la mitad de los sudafricanos adultos han sido vacunados y solo el 5% ha recibido un refuerzo. Pero esto, combinado con las altísimas tasas de infección de oleadas anteriores de la COVID-19, ha erigido un muro de «inmunidad híbrida». Una contención que ofrece una fuerte protección contra enfermedades graves. Particularmente en las personas mayores, que tienen más probabilidades de haber sido vacunadas, señaló.
¿Qué vendrá después? Eso es una incógnita, indicaron los expertos. El desfile de subvariantes de ómicron podría continuar, y las nuevas variantes buscarían más agujeros en la inmunidad existente.
“Nadie puede decir que BA.4/5 es la variante final. Es muy probable que surjan variantes adicionales de ómicron”, dijo Kei Sato, virólogo de la Universidad de Tokio. Los investigadores identifican varios puntos en la proteína espiga que actualmente son reconocidos por los anticuerpos que se desencadenan por la vacunación y la infección previa. Pero que podrían mutar en futuras cepas de ómicron.
Un futuro posible para el SARS-CoV-2 es que se vuelva como los otros cuatro coronavirus estacionales. Cuyos niveles van y vienen. Por lo general alcanzan su punto máximo en invierno y normalmente reinfectan a las personas cada tres años más o menos, precisó Althaus.
España de vuelta con la mascarilla
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, pidió «prudencia» y el uso de la mascarilla ante el aumento de casos de coronovirus. También hizo un llamamiento a ponerse la dosis de refuerzo a quien aún no la tenga. Mientras está a la espera de que lo que la Ponencia de Vacunas determine sobre la cuarta dosis y «cuándo» conviene inocularla.
Los ingresos por la COVID-19 vuelven a niveles del mes de febrero. Este fin de semana, se registraron 10.249 personas hospitalizadas. Una cifra que no se veía desde el pasado 17 de febrero, cuando había 10.251. Respecto al anterior informe, emitido el martes, los hospitalizados han subido en 696. En las UCI, hay 449 pacientes y la incidencia se sitúa en los 800 casos por cada 100.000 habitantes en mayores de 65.
En ese sentido, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se ha mostrado «preocupado» ante el aumento de contagios y hospitalizaciones. Exhortó a la ciudadanía para «volver a ser más prudentes» y aconsejó el uso de la mascarilla en aglomeraciones y espacios en los que no haya ventilación.
Lee también en Cambio16.com: