En el inicio de 2021 Filomena nos trajo una inusitada ola de frío. Y la factura eléctrica nos dejó caer un balde agua fría. El precio de la luz se disparó en este arranque de año. Se ubica en 16,81 céntimos por kilovatio hora (kWh) con la tarifa regulada (PVPC). Esto es un en 27% más que los 13,24 céntimos del mismo periodo de 2020.
El precio de la electricidad alcanzó los 22,14 céntimos por kilovatio hora (kWh) este viernes. Esto es casi el doble que la media de 12,14 céntimos del 2020. La subida interanual en el precio del kWh en la tarifa regulada en lo que ha discurrido de este mes de enero alcanza ya el 30,9%.
Este aumento sobre los precios de la electricidad se debe a la acumulación de diversos factores. Por un lado, está el incremento de la demanda por la ola de frío. Además, la subida en los precios del dióxido de carbono (CO2) y la cotización del gas natural.
El incremento del precio de la luz coincide con el desplome de la generación a través de energías renovables más baratas. Ante la ausencia de sol y viento para abastecer este pico de consumo, el sistema eléctrico tiene que quemar sus reservas de gas y carbón, con precios más altos.
Así lo explica el Ministerio de Transición Ecológica. La cartera que dirige Teresa Ribera estima que estas subidas del precio de la luz se deben a esas causas coyunturales. Se rompe así una tendencia bajista que había sido la norma durante los últimos años.
El encarecimiento de la electricidad lo sufrirán aquellos que tengan contratada una tarifa indexada al mercado mayorista diario, que marca precios diferentes para cada hora del día.
Investigación en puertas
El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final. Mientras, cerca del 40% corresponde a los peajes. El 25% restante se distribuye entre el IVA y el Impuesto de Electricidad. El Gobierno congeló para el 2021 los peajes y cargos eléctricos con los que los consumidores sufragan los costes regulados.
En este entorno, el Ejecutivo ha pedido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que investigue «si ha habido irregularidades en el mercado eléctrico», según indicó en su cuenta de Twitter el ministro de Consumo, Alberto Garzón. Agregó que el Gobierno está «buscando soluciones definitivas para una tarifa regulada que proteja especialmente a las familias más vulnerables».
La organización de consumidores Facua denunció que, en lo que va de 2021 la factura eléctrica del usuario medio se estaría situando en 80,71 euros. Esta cifra supone un incremento de 19,3% respecto a los 67,67 euros de las mismas fechas del año pasado.
Lo que podemos hacer
La subida del precio de la luz representa un duro golpe, sobre todo en esta ola de frío que demanda un mayor uso de l calefacción. Y si a esto se suma el confinamiento ante las medidas para evitar la propagación de la COVID-19, en los hogares nos la vemos a ver muy duras.
Por ello, si bien siempre es buen momento para tomar medidas de ahorro, la actual coyuntura es particularmente propicia para hacer algunos ajustes.
Una de las primeras medidas es reducir la potencia contratada a la verdaderas necesidades. También podemos comparar tarifas y elegir la que más nos conviene. Si tenemos dudas, podemos asesorarnos.
Un impulso adicional para el ahorro es utilizar una tarifa con discriminación horaria, que cambia el precio de la energía según el momento del consumo. Si somos capaces de organizarnos, para tratar de adecuar nuestras rutinas de acuerdo a las horas de mayor y menor precio de la luz, tendremos una importante herramienta de ahorro en las manos.
Otras iniciativas
A futuro, es importante comprar electrodomésticos, de altos niveles de eficiencia energética.
Sustituir las bombillas incandescentes por luces LED, implica un mayor gasto inicial, pero representa un importante ahorro a largo plazo. No solo consumen menos electricidad, sino que duran más tiempo.
También es recomendable reducir el número de bombillas. Es posible que en algunos casos tengamos áreas de la casa con iluminación excesiva. Y, por supuesto, seamos conscientes de no encenderlas cuando no sea necesario. Aprovechar la luz del día, siempre que se pueda, es recomendable.
Un enemigo del ahorro son los «vampiros» eléctricos. Son esos dispositivos que quedan en modo de «descanso» cuando los apagamos. Son necesarios sobre todo para utilizar el cómodo control remoto, pero siguen consumiendo electricidad cuando no los estamos utilizando. Para evitar que eso ocurra, es preferible desconectarlos.
Lea también: