Sube a un billón de dólares anuales requerimientos para afrontar el cambio climático en los países en desarrollo
Las negociaciones en la COP29 marchan a un ritmo increíblemente lento. Algo que no causa mayor sorpresa. El objetivo central de la cumbre es el financiamiento para la transición de los países pobres y el informe de los economistas estima que se requiere un billón de dólares anuales. Ponerse de acuerdo significa identificar a los que van a pagar, a poner el dinero.
En la cuarta jornada en Bakú no hubo avances en el texto financiero, apenas ha cambiado. Las difíciles negociaciones de la conferencia anual sobre el clima de las Naciones Unidas, deberían concluir el 22 de noviembre con un acuerdo sobre el financiamiento climático que no está a la vista de nadie.
Los economistas designados por la ONU, Nicholas Stern, Vera Songwe y Amar Bhattacharya ,estiman que para 2030 se necesitará un billón de dólares anuales para ayudar a los países en desarrollo a reducir su dependencia de los combustibles fósiles y adaptarse a los desastres climáticos. Unos dos tercios para la transición energética a energías limpias y el resto para la adaptación al cambio climático, la reparación de desastres y la protección de la naturaleza. Para 2035 el monto debería incrementarse a 1,3 billones de dólares.
Las necesidades de financiamiento climático de los países en desarrollo se calculan en 2,4 billones de dólares anuales hasta 2030. La parte más sustancial debe ser financiado por las finanzas internas del país afectado por el calentamiento global, pero se espera que 1 billón de dólares anuales provengan de la «financiación externa»: países ricos, inversiones privadas transnacionales y tributos globales.
Financiación indefinida
De ese billón a los países ricos le correspondería contribuir con entre 300.000 y 400.000 millones de dólares, según los cálculos del economista Amar Bhattacharya. Las “economías avanzadas” deben triplicar su compromiso actual de 100.000 millones de dólares de financiación climática. El resto debería provenir del sector privado y de los bancos multilaterales de desarrollo.
El último dato proporcionado por la OCDE indica que los países ricos cumplieron su promesa de financiación con dos años de retraso. Aportaron 116.000 millones de dólares en ayuda climática en 2022. Una cifra cuestionada por varias ONG por no haber una definición normalizada de «financiación climática». Por ejemplo, ¿puede contarse como ayuda la renovación energética de un hotel de lujo en Kenia? ¿Un préstamo que endeuda a un país pobre es una ayuda?
La situación se complica porque contribuyentes importantes -Francia y Alemania- invocan dificultades presupuestarias que les dificultan incrementar sus aportes.
Quienes cumplen y quienes dicen cumplir
Varios institutos de investigación intentan estimar qué países desarrollados están cumpliendo con su «parte justa», que calculan sobre la base de sus históricas emisiones de gases de efecto invernadero, riqueza y población. Noruega obtuvo la mejor calificación, seguida por Francia, Alemania, Estados Unidos y Grecia.
Las naciones desarrolladas intentan ampliar la base de contribuyentes. Consideran que su grupo debería ampliarse incluyendo a China y otros países emergentes ricos, como los emiratos y Arabia Saudí.
Ding Xuexiang, portavoz de China en la COP29, aseguró que desde 2016 Pekín ha proporcionado 24.500 millones de dólares para invertir en la acción climática en países en desarrollo». No aclaró que el 97% de “su ayuda” se presenta en forma de préstamos. Los Emiratos Árabes Unidos prometieron invertir 30.000 millones de dólares pero en un fondo bajo su control y ajeno a los acuerdos de la COP29.
Una propuesta solidaria y vuelta al mercado de CO2
El grupo de trabajo Global Solidarity Taxes presentó un informe en la COP29 que propone un impuesto solidario a las criptomonedas que podría recaudar hasta 5.000 millones de dólares anuales para financiar la lucha contra la crisis climática. La minería de bitcoins, por ejemplo, representó cerca del 1% de la demanda energética mundial en 2021. Si se cobrara un impuesto de 0,045 dólares por kWh utilizado en la minería de criptomonedas, se generarían los cerca de 5.000 millones de dólares.
Laurence Tubiana, actual directora ejecutiva de la Fundación Europea del Clima, Laurence Tubiana, lidera el grupo EGlobal Solidarity Taxes fue creado para encontrar formas innovadoras de financiación que ayuden a los países pobres a hacer frente a la crisis climática. Otras formas de gravamen serían un impuesto del 2% sobre la riqueza podría rendir entre 200.000 millones y 250.000 millones de dólares al año. Mientras que un gravamen a la producción de plásticos generaría entre 25.000 millones y 35.000 millones de dólares al año. Gravar a los viajeros frecuentes y los billetes de avión en clase business también sería lucrativo: recaudaría hasta 164.000 millones de dólares al año.
Los mercados de carbono como fuente de financiación se mantienen en posición privilegiada. Reaparecieron en el COP29 de la mano de su presidente Mukhtar Babayev. Al inició de la reunión, sin debate alguno, los países aprobaron las controvertidas normas que sientan las bases para un mercado de carbono de la ONU al establecerse estándares para el desarrollo de proyectos de créditos de carbono y actividades de remoción de carbono. Los defensores de los créditos de carbono y la presidencia de la COP29 lo consideran un “avance” que allana el camino para recaudar cientos de miles de millones de dólares para la acción climática.
El jefe de clima de la ONU, Simon Stiell, dijo que el acuerdo para el uso de créditos de carbono “podría reducir el coste de ejecución de los planes climáticos nacionales en 250.000 millones de dólares cada año”. Una cifra que proviene de un ejercicio de modelado teórico realizado en 2019 por la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones, un grupo promercado de carbono cuestionado por científicos y ambientalistas. Lo integran y dirigen muchas de las mayores empresas de combustibles fósiles, como Saudi Aramco, ExxonMobil, Shell y BP.
Apresuraso y dudoso
Los expertos en el mercado de carbono dudan sobre fiabilidad de la cifra de 250.000 millones de dólares. “Basarse en un único dato nunca es buena ciencia. Mucho menos en una cifra que surgió antes de que se hubieran negociado las normas”, dijo Injy Johnstone, investigador asociado en compensación alineada con cero emisiones netas en la Universidad de Oxford a Climate Home.
A juicio de los expertos la decisión de dar luz verde a las reglas en la sesión plenaria inaugural de la COP29, eludiendo el escrutinio de los negociadores y los grupos de observadores no tiene precedentes. Muchos observadores de las negociaciones sobre el mercado de carbono la rechazaron. Les preocupa el riesgo de que los proyectos de créditos de carbono resultantes produzcan reducciones de emisiones dudosas y reduzcan las ambiciones climáticas. “La decisión no debería haberse tomado apresuradamente sin dar espacio para discutirlo adecuadamente. En especial porque, en años anteriores, varios países objetaron la naturaleza inadecuada de las normas”, dijo Trishant Dev, responsable del programa de mercados de carbono del Centro para la Ciencia y el Medio Ambiente, con sede en Delhi.
Para el 2026
Independientemente de los resultados de la COP, los expertos en el mercado de carbono pidieron cautela en torno a lo que la decisión implica a largo plazo para convertir el mercado de carbono de la ONU en una realidad. Porque deben acordarse varios elementos clave antes de que se puedan comercializar los créditos. “Este ha sido sin duda un paso importantes, pero todavía falta mucho para que eso ocurra”, aclaró Jonathan Crook, experto en políticas de Carbon Market Watch.
Los comités técnicos aún deben aprobar una serie de herramientas que los desarrolladores de proyectos de créditos de carbono deben aplicar para demostrar que las reducciones o remociones de emisiones son creíbles, duraderas y no generan daños no deseados. Además, aún no se ha creado el registro donde se comercializarán físicamente los créditos. «
Muchos coinciden en que el primer lote de créditos que podrían comercialicen en el nuevo mercado de carbono de la ONU serían las antiguas compensaciones desarrolladas originalmente en el marco del Mecanismo de Desarrollo Limpio, emitidos en la era del Protocolo de Kyoto. Son más de 1.200 proyectos que esperan la aprobación.
Los expertos creen que los proyectos MDL han producido compensaciones “basura”. Casi cuatro quintas partes son actividades de energía renovable (plantas de energía solar o parques eólicos). No se necesitaron los ingresos de los mercados de carbono para construirlas y no producen reducciones de emisiones adicionales. Así son las sorprendentes decisiones que se toman en la COP29.
COP29 desacuerdos e incertidumbre
La COP29 se enfrenta a un panorama marcado por profundas divisiones y la creciente urgencia de asegurar un financiamiento climático adecuado. El éxito de la COP29 depende en gran medida de la capacidad para acordar un objetivo financiero que permita movilizar los recursos necesarios para enfrentar la crisis climática.
Los negociadores están trabajando en borradores de textos, pero los documentos preliminares publicados por el organismo climático de la ONU muestran que las opiniones en la mesa divergen ampliamente.
La COP29 se ha caracterizado más por la división que por la unidad. Además de las tensiones políticas, la COP29 también se ha visto marcada por desacuerdos sobre la distribución de responsabilidades y la implementación de medidas concretas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.