Existe una alarmante disminución, tanto en el número de ejemplares como de especies, de insectos en el mundo. El bajón es mayor para los polinizadores, incluyendo a las abejas, abejorros y colibríes. El lamentable reporte afecta la agricultura, la equidad en los ecosistemas y, al medio ambiente del planeta.
Esta alerta viene reiterándose en los últimos años. Investigaciones previas habían detectado cambios en la biodiversidad de los insectos, como reducciones y alteraciones en la composición de especies. Recientemente, un estudio publicado en la revista científica Nature, precisa los factores que afectan a esa vital población: altas temperaturas y uso intensivo de tierras agrícolas.
Los polinizadores son los protagonistas de uno de los procesos ecológicos más completos y fantásticos para la producción de frutos y semillas. Estos animalillos voladores se alimentan del néctar de las flores y durante sus visitas y revoloteos transportan polen de una flor a otra, permitiendo la reproducción de las plantas. Más del 80% de los cultivos alimentarios del mundo dependen, en cierta medida, de la polinización.
La ardua investigación fue realizada por científicos de la University College de Londres y liderado por la entomóloga Charlie Outhwaite. Incluyó datos de 18.000 especies de insectos, como polillas, libélulas, saltamontes, abejas, abejorros, colibríes, mariposas, entre otras. En un periodo de 20 años en más de 6.000 regiones del planeta.
Los investigadores observaron que la interacción entre el calentamiento climático y el uso intensivo de la tierra está asociada con reducciones de insectos. Demostraron que, en lugares donde esos impactos son particularmente altos, la abundancia de insectos cayó en casi un 50%. Mientras que el número de especies se redujo en un 27%.
Efectos catastróficos de la disminución de insectos
La notable disminución de los insectos suscita una gran preocupación, comentó Charlotte Outhwaite. La investigadora del University College destacó el importante papel de los insectos en los ecosistemas locales, la polinización y la producción de alimentos. La experta señaló que la pérdida de insectos podría amenazar la salud humana y la seguridad alimentaria.
«No podemos alimentar a 7.500 millones de personas sin insectos», dijo a CNN la autora principal del estudio. Dave Goulson, profesor de Biología de la Universidad de Sussex, en el Reino Unido, añadió que «tres cuartas partes de los cultivos dependen de los insectos polinizadores. Los cultivos empezarán a fallar. No tendremos cosas como las frutillas. No podemos alimentar a 7.500 millones de personas sin insectos», coincidió con Outhwaite.
La investigadora confió que puede que sus hallazgos «solo representen la punta del iceberg» debido a la cantidad limitada de evidencia en algunas regiones. «Pero creo que también hay muchas consecuencias que probablemente no conozcamos. Hay muchos tipos de insectos», agregó.
En su opinión los insectos «hacen tantas cosas importantes. Simplemente no tenemos una idea clara de hasta qué punto dependemos de ellos en determinadas situaciones».
Por su parte, Tom Oliver, profesor de Ecología Aplicada en la Universidad de Reading, señaló que los científicos no saben cuándo podrían alcanzar un punto de no retorno las poblaciones de insectos. Entonces sus pérdidas serían demasiado grandes para poder superarlas.
«En términos de un potencial punto de inflexión en el que la pérdida de insectos provoque el colapso de ecosistemas enteros, la respuesta honesta es que simplemente no sabemos cuál es el punto de no retorno», dijo Oliver, que no participó en el estudio. «Sabemos que no se pueden seguir perdiendo especies sin que, en última instancia, se produzca un resultado catastrófico».
¿Qué hacer para frenar este declive?
La disminución de los insectos, en número y variedad, es resultado directo de la actividad humana. Específicamente, en el aumento de las áreas urbanizadas, la deforestación e incluso el cambio del uso de la tierra. Pero sobre todo, por el calentamiento global y la crisis climática que parece indetenible.
Precisa que la reducción de insectos es mayor en las zonas agrícolas de alta intensidad de los países tropicales, donde los efectos combinados del cambio climático y la pérdida de hábitat son más profundos.
Se cree que la mayoría de las 5,5 millones de especies del mundo viven en estas regiones y significa que las zonas con mayor abundancia de insectos pueden estar sufriendo un colapso sin que nos demos cuenta.
Reducir la intensidad de la agricultura utilizando menos productos químicos y tener una mayor diversidad de cultivos puede mitigar los efectos negativos para los insectos de la pérdida de hábitats y el cambio climático. Además de preservar algunos hábitats naturales.
Los consumidores también pueden hacer aportes. Como comprar café o cacao de cultivo bajo sombra, esto podría ayudar a proteger a los insectos y otras criaturas en las regiones más vulnerables al clima del mundo
Estos hallazgos los obtuvieron mediante el uso y diseño de una base de datos sobre la biodiversidad animal (PREDICTS). La misma cuenta con un riguroso análisis de las tierras de las áreas recogidas. Si son áreas naturales o si son usadas para ciertas actividades como la agricultura o la ganadería. Así como un estudio de las temperaturas del último siglo.