Sonia Seneviratne es una de las mil especialistas en clima más influyente del mundo. Es coautora del último informe del IPCC, el mismo que avistó que el cambio climático nos ha alcanzado. Su agudo análisis, sostenido sobre bases científicas, apunta a que las alteraciones climáticas no cesarán. Más bien, “las temperaturas que se acercan a los 50 °C serán más frecuentes, a menos que sean sustanciales las acciones para evitarlo”.
De niña le gustaba jugar y corretear entre árboles en Lausana, Suiza. Más grande, viendo por encima de los bosques, asomó la posibilidad de estudiar astronomía, pero el medioambiente finalmente la atrapó.
“Mi carrera iba encaminada al espacio —cuenta Seneviratne—. Me fascinaban los planetas, el universo, y quería estudiar astronomía. Pero luego me dije que había algo más urgente aquí en la Tierra”.
Entonces emprendió su carrera en Ciencias Medioambientales y Climáticas. Y hoy es una de las principales expertas del mundo en fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor y las sequías. Para no ir muy lejos, este verano fue convulso para muchos países. Temperaturas elevadas en Canadá, inundaciones sin precedentes en Alemania, histórica ola de calor en el este del Mediterráneo.
«Lo que sucedió este verano me impactó, pero no me sorprendió. Está sucediendo lo que pronosticaron los modelos climáticos», dijo la climatóloga al referirse al informe del IPCC. En sus páginas se presenta el estado actual del conocimiento científico sobre el cambio climático. La evidencia del origen antrópico del calentamiento es aún más clara. A la fecha, todas las regiones del mundo son afectadas por la crisis climática.
Sonia Seneviratne, entre la Tierra y el universo
El informe confirma que medio grado de calentamiento adicional resulta en grandes diferencias, señaló Sonia Seneviratne, académica de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ).
Sus estudios han demostrado que existe una relación directa entre los fenómenos extremos y las temperaturas globales. Un vínculo que la investigadora enfatiza en el informe del IPCC sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 °C.
El límite de 1,5 grados aún no se ha alcanzado y hay un escenario que está muy cerca de este objetivo, puntualiza. “El límite solo se superaría en 0,1 grados. Para hacer esto, las emisiones deben disminuir en 50% para 2030 y luego llegar a cero neto lo más rápido posible, preferiblemente antes de 2050. Pero está claro que la ventana del tiempo se está cerrando rápidamente. Si continuamos como antes, tal vez antes del próximo informe del IPCC, el globo será 1,5 grados más cálido”.
Advierte que “hay desarrollos que ya no se pueden detener, incluso si estabilizamos el calentamiento global a 1,5 grados o solo un poco por encima de él. El nivel del mar seguirá aumentando hasta que el sistema climático vuelva a equilibrarse. Los glaciares continuarán derritiéndose. Los grandes son muy lentos para adaptarse a nuevas condiciones. Y los cambios en los extremos climáticos, es decir, el aumento de las olas de calor y las fuertes precipitaciones como este verano, no desaparecerán. Se intensificarán con el calentamiento global adicional”.
Seneviratne también participó en un estudio sobre la ola de calor que azotó en junio a América del Norte. “La probabilidad de que se produzcan fenómenos de esta índole se ha multiplicado por 150. En otras palabras, los períodos prolongados de temperaturas que se acercan a los 50 grados podrían ocurrir cada 5 a 10 años, en lugar cada 1.000 años”.
Conciencia climática no ha llegado a todos
Sonia Seneviratne trabajó como investigadora posdoctoral en la NASA y su trayectoria ha sido amplia y sólida en el mundo de la investigación. “El cambio climático está ocurriendo ahora. Estamos en el inicio de un nuevo régimen climático, pero no todos se dan cuenta de ello”, aseguró sin ocultar su descontento por la falta de medidas decisivas para la protección del clima.
Desde el último informe hace ocho años, gracias a datos aún mejores, la imagen se ha agudizado y ha empeorado. “Ahora se están observando cambios en los extremos climáticos en todas las regiones del mundo. Cualquiera que todavía tenga la idea de que se puede seguir reduciendo las emisiones de CO2 tan lentamente como antes y luego esperar ayuda tecnológica está en el camino equivocado”, afirmó.
Los científicos redactan informes para alertar del cambio climático y sus severas implicaciones. Pero “cuando hablo con los políticos tengo la impresión de que no los han leído. Además, no tiene sentido limitarse a observar el desastre sin pasar a la acción», añadió.
En su opinión “parece que la conciencia política sobre la urgencia de la acción climática aún no ha llegado a todos, ni siquiera en Suiza. Pero cada décima parte del calentamiento que prevenimos es progreso”.
La investigadora llama a la movilización a todos los niveles. Dice que la solución es muy sencilla. “Tenemos que dejar de consumir energías fósiles. Existen alternativas, aunque mucha gente tiene miedo al cambio. No tenemos que cambiar profundamente nuestro estilo de vida. Podemos llevar una vida igual de cómoda con pocas emisiones”.