La actriz brasileña Sonia Braga mira con preocupación el futuro de una sociedad que a su parecer «ha perdido la empatía». Braga aseguró que ese es el principal problema durante un momento tan difícil como el que se está viviendo: la pandemia del coronavirus.
La veterana actriz, que se convirtió en la primera brasileña en presentar un Óscar, estrenó recientemente Fátima. Una película que cuenta los acontecimientos que en 1917 convirtieron una localidad portuguesa en un centro de peregrinaje mundial.
En entrevista telefónica la artista, desde su residencia en Nueva York, afirmó a Efe que «el mundo está loco en estos momentos» y que «la falta de empatía es el mayor problema del mundo».
«Cuando rodamos esta película contábamos el final de la Primera Guerra Mundial y nunca pensamos que se vería en unas circunstancias tan difíciles como la pandemia actual», aseguró.
En un momento marcado por una crisis sanitaria global y la división política tan acentuada en las dos naciones de Braga, Estados Unidos (donde reside ahora mismo) y Brasil (su país natal), la actriz ve muchas circunstancias anteriores que han empeorado la respuesta a los retos actuales.
«Sin pandemia, antes de todo esto, el cuidar de los otros, sentir su dolor o su felicidad, es algo que la humanidad está perdiendo».
Sonia Braga, actriz brasileña.
Promociona su película Fátima
Aunque iba a llegar a los cines la pasada primavera, Fátima se estrenó directamente por plataformas digitales (streaming) este verano.
La cinta, una coproducción estadounidense y portuguesa, cuenta el Milagro de Fátima, por el que tres niños pastores aseguraron en 1917 haber visto a la Virgen María en una pequeña localidad de Portugal, un fenómeno que convirtió al lugar en un sitio de peregrinación mundial hasta el día de hoy.
Lejos de abundar en connotaciones religiosas, la trama recuerda las tensiones políticas que vivía Portugal, tras la Revolución de 1910 y la Primera Guerra Mundial, que afectaron a un país que avanzaba hacia la democracia y la modernidad.
«Yo no sabía lo que supuso históricamente el momento que vivía Portugal y el debate que existía sobre la separación del Estado y la Iglesia. Conocemos estos relatos de manera muy simple», anotó..
El guión combina imágenes de 1917 con una entrevista que la religiosa tiene de adulta con un profesor escéptico de los milagros que está trabajando en un libro.
«También hubo tensiones dentro la propia Iglesia, fue un hecho que marcó la historia de Portugal», argumentó. Considera que conocer la religión aporta «conocimiento, respeto y tolerancia», sean cuales sean las creencias.
A la altura de las expectativas de su abuela
La actriz, que no se considera religiosa o creyente, interpreta en Fátima a la Hermana Lucía, la niña que informó de la primera aparición, en su etapa adulta.
La actriz recordó una predicción que le hizo su amada abuela compartió cuando era una niña y vivía en el municipio de Maringa, en el sur de Brasil. “Vas a ser una santa”, le dijo. Para la joven Sonia fue una declaración sorprendente, casi aterradora. «¿Cómo podía ella, una joven que no siempre se portaba bien, convertirse en santa?», recuerda haberse preguntado.
Braga considera no estar (todavía) exactamente a la altura de las expectativas increíblemente altas de su abuela, pero ha tenido un éxito notable en la profesión que eligió: la actuación.
Lea también: