Parece no haber escapatoria. Los seres humanos beben y consumen grandes cantidades de plástico sin darse cuenta: alrededor de 163.000 partículas por año. Los plásticos han permitido avances significativos en la sociedad, pero son responsables de altos impactos en la salud, incluidos cánceres, enfermedades pulmonares y defectos de nacimiento,
Los plásticos están presentes en campos tan diversos como la medicina, electrónica, industria aeroespacial, construcción, envasado de alimentos y el deporte, entre muchos otros. Pero un seguimiento de los daños que ocurren en todas las etapas del ciclo de vida del plástico, desde la extracción del carbón, el petróleo y el gas sus principales materias primas, hasta su eliminación final en el medio ambiente, encontró que los patrones actuales de producción, uso y eliminación de plástico no son sostenibles y son responsables de daños significativos en la salud humana.
La investigación, dirigida por el Observatorio Global de Salud Planetaria del Boston College en asociación con la Fundación Minderoo de Australia y el Centro Científico de Mónaco, fue publicada en la revista médica Annals of Global Health. Señala que “el principal impulsor de estos daños que empeoran es el aumento casi exponencial y acelerado en la producción mundial de plástico”. Refirió además que “los daños de los plásticos se magnifican por las bajas tasas de recuperación y reciclaje y por la larga persistencia de los desechos plásticos en el medioambiente”.
Los plásticos afectan la salud
Los mineros del carbón, los trabajadores del petróleo y de los campos de gas que extraen materias primas para la producción de plástico, junto con los trabajadores de la producción de plástico, corren un riesgo particular de sufrir daños. “Sufren una mayor mortalidad por lesiones traumáticas, silicosis, enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cáncer de pulmón”, dice el informe.
Asimismo, los trabajadores de la producción de plástico corren un mayor riesgo de leucemia, linfoma, cáncer de cerebro, cáncer de mama, mesotelioma y disminución de la fertilidad. «En los trabajadores de reciclaje de plástico han aumentado las tasas de enfermedades cardiovasculares, intoxicación por metales tóxicos, neuropatía y cáncer de pulmón”, subraya.
Los residentes en las comunidades adyacentes a los sitios de producción y eliminación de desechos de plástico experimentan un mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer, asma o leucemia infantil, enfermedad cardiovascular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cáncer de pulmón.
Existe evidencia de que los bebés en el útero y los niños pequeños corren un riesgo particularmente alto y recomiendan un tratado global sobre plásticos para controlar la fabricación y el uso de plásticos. También para reducir los impactos ambientales y de salud desproporcionados de los plásticos en las comunidades costeras dependientes del océano y en aquellos que trabajan en industrias de alto riesgo. Los autores recalcan que cualquier tratado debe estar de acuerdo con el mandato establecido en marzo de 2022 en la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente.
Los plásticos están a la par del cambio climático
Frank Seebacher, profesor de biología en la escuela de ciencias ambientales y de la vida de la Universidad de Sydney, está de acuerdo en que se necesita un tratado vinculante.“Los plásticos están a la par con el cambio climático en sus efectos nocivos a nivel mundial e impulsan el cambio climático con su necesidad de combustibles fósiles”, indicó.
“El llamado a una mejor gestión de los plásticos, dado su impacto en la salud y medioambiente, es un estribillo que se repite a menudo en la literatura. Particularmente porque la mayoría de los usos de plástico son innecesarios, por ejemplo, plásticos y envases de un solo uso, y pueden reemplazarse fácilmente. Parece que este nuevo documento está haciendo una contribución muy valiosa al sintetizar la literatura disponible en un conjunto de recomendaciones concretas”, agregó Seebacher.
El líder del grupo de biología de la inflamación en QIMR Berghofer en Brisbane, el profesor Andreas Suhrbier, afirmó que casi todos los humanos ahora consumían «una buena cantidad de plástico» y que es crucial dedicar más fondos de investigación para examinar su impacto. “Cada persona consume el plástico de una tarjeta de crédito por semana, en forma de microplásticos”, añadió..
“Lamentablemente, la cantidad de buena investigación médica en este espacio es muy limitada. ¿Cuáles son los efectos perjudiciales directos para la salud humana de dicho consumo de plástico? ¿Qué enfermedades se exacerban con tal consumo de plástico? ¿Quién sería más vulnerable?”, interrogó.
«Las preguntas sobre los impactos en la salud del consumo de plásticos y microplásticos son difíciles de responder sin una financiación dedicada a la investigación. Y algunos estudios bien elaborados que establezcan una relación causal entre el consumo de microplásticos y una enfermedad o trastorno», insistió Suhrbier.