Yannick Kenné / Mongabay
En la aldea de Bamukumbit, en el noroeste de Camerún, una región semiárida y calurosa, los habitantes han dependido de fuentes de agua naturales –manantiales, arroyos y ríos– que se han deteriorado y contaminado como resultado de las actividades humanas: agricultura, deforestación, pastoreo y cría de ganado.
Mediante un proyecto implementado por Support Humanity Cameroon (Suhucam, una organización sin fines de lucro) las fuentes de agua se han ido restaurando. La zona no está conectada a la red nacional de suministro de agua. “La gente cultiva hasta en las fuentes de agua y tala los árboles circundantes. Como resultado durante durante la estación seca no hay agua» dijo Sunday Geofrey, el coordinador de Suhucam.
Además, el ganado de los pastores mbororo, una etnia local, se mete en las fuentes de agua, las contaminan con desechos y aumentando el riesgo de que la comunidad contraiga enfermedades. Con frecuencia, una zona del proyecto ha enfrentado escasez de alimentos por una combinación de factores climáticos y acciones humanas. Las sequías a menudo dañan los cultivos, pero también el ganado, lo que genera conflictos entre agricultores y pastores.
Restaurando las fuentes de agua
Suhucam trabaja para restaurar estas fuentes de agua deterioradas. Ha restaurado la vegetación circundante con especies de árboles adaptados al entorno, como la palma rafia, la acacia y la gmelina. “Comenzamos a construir una reservorio en las fuentes de agua utilizando piedras y con dispositivos de captación y más de 3.000 personas tienen acceso a cantidades suficientes de agua potable”, dijo.
En la zona conocida como Onin Nkambée, la ONG Youth Development Organization desarrollo un proyecto similar y ha restaurado 11 manantiales en los pueblos de Bih y Ndu. Mongabay Faï Cassian, el coordinador de Yodo-Cameroon, insistió en la necesidad de proteger las fuentes de agua. «El agua es vida. Si no se protegen las fuentes de agua no se está protegiendo la vida. Sin agua, no hay agricultura”, subrayó.
En agosto, Yodo-Camerún plantó más de 800 árboles de Prunus africana para restaurar un sitio sagrado en una aldea de Bih y 1.350 árboles para rehabilitar una cuenca hidrográfica. La iniciativa forma parte de un proyecto de dos años destinado a restaurar sitios naturales y patrimoniales, promover la participación de los jóvenes y alentar la colaboración con instituciones tradicionales para salvaguardar áreas de biodiversidad dentro de las comunidades.
Bosques sagrados regenerados
Yodo-Camerún y Suhucam se han involucrado activamente con las comunidades en un enfoque inclusivo para restaurar los bosques sagrados. Ambos son beneficiarios africanos del Foro Mundial sobre Paisajes y entre los dos han restaurado 15 fuentes de agua y alrededor de 50 hectáreas de vegetación. Han plantado más de 7.000 árboles.
Baudelaire Kemajou, director del Centro Técnico de Bosques Comunales de Camerún, destaca la importancia de lograr la restauración exitosa de paisajes degradados mediante aboga por enfoques particularizados que tomen en cuenta las características de cada región. «Antes de seleccionar las especies vegetales más adecuadas para la restauración del paisaje es necesario realizar un estudio del suelo para saber con cual especie funciona mejor», dijo.
En Nkambe y Bamukumbit, las ONG han elegido especies como P. africana, palma rafia, acacia o gmelina que son adecuadas para los humedales; mientras que la caoba, la erythrina, el wengué (Millettia laurentii), la calliandra, la leucaena, el eucalipto y los árboles frutales (aguacate, naranjo) se han utilizado para la restauración de suelos, la reforestación y la agroforestería en zonas más secas.
La selección de especies adaptadas al entorno local es un paso crucial antes de pasar al «itinerario silvícola», que incluye los procedimientos técnicos para mantener los plantones de árboles y aseguras su crecimiento y desarrollo saludables.
Kemajou se refirió a la importancia de garantizar que las comunidades conserven el acceso permanente a sus tierras en los proyectos de restauración del paisaje. “Si queremos plantar árboles en sus tierras, deben ser especies que fertilicen el suelo y posibiliten la práctica de la agroforestería, para que las comunidades obtengan beneficios ecológicos, sociales o económicos del proyecto”, explicó.
Conservación comunitaria e inseguridad
Suhucam creó en Bamukumbit, un marco que mejora la gestión de los recursos naturales dentro de las dos comunidades y facilita la cohabitación entre grupos étnicos al involucrarlos en soluciones a problemas ambientales de su área. Por ejemplo, las mujeres mbororo reciben capacitación en agricultura sostenible, utilizando prácticas agroecológicas como la incorporación de materia orgánica, como estiércol de vaca, para restaurar tierras degradadas. Cultivan zanahorias, cebollas y coles para la subsistencia y como una fuente de ingresos.
“Los mbororo no se consideraban aldeanos y su única actividad era el pastoreo. Los aldeanos sí se dedicaban a la agricultura. Animamos a los mbororo a que se dedicaran a la agricultura y entonces comprendieron la importancia de proteger los cultivos de los animales. Los aldeanos ahora pueden recoger estiércol de vaca de los mbororo para fertilizar sus campos”, contó Geofrey.
Las comunidades también han recibido capacitación en apicultura y agroforestería, que practican en bosques reforestados. Ambas actividades puedes ser elegibles para recibir financiamiento climático en el futuro.
A largo plazo, estos proyectos de restauración de bosques y tierras contribuirán al secuestro de carbono para combatir el cambio climático. Crearán un mercado potencial para los créditos de carbono, y los lugareños podrán obtener beneficios financieros derivados de soluciones basadas en la naturaleza.
Las aldeas de Nkambe y Bamukumbit están en una zona de conflicto, pero no son el objetivo de los combatientes separatistas que se enfrentan al Ejército de Camerún. El contexto es desafiante, pero los proyectos son prometedores. “En el noroeste, hay zonas rojas y zonas verdes. Afortunadamente, Nkambe forma parte de las zonas verdes. Solo llevamos a cabo nuestras actividades en esta ciudad, no fuera de ella”, dijo Cassian Ndi.