La AEMA afirma que la Unión Europea está lejos de cumplir los objetivos marcados por la Directiva Marco del Agua comunitaria para 2027
Aunque los países miembros de la Unión Europea han realizado esfuerzos para reducir los niveles de contaminación y preservación de sus aguas, no han sido suficientes. La Agencia Europea de Medio Ambiente afirma que el estado de las aguas en la región no ha mejorado en el último lustro y está lejos de cumplir los objetivos marcados por la Directiva Marco del Agua comunitaria para 2027.
El informe sobre el estado de las aguas europeas revela que la contaminación, la degradación de los hábitats, la sobreexplotación de los recursos acuíferos ha mermado la calidad de las aguas. Se espera que estas tensiones aumenten con el cambio climático, lo que podría provocar presiones competitivas y socavar la cohesión interna de la UE.
Según datos de 19 países miembros recopilados por la agencia, en 2021 cerca del 37 % de las aguas superficiales de Europa tenían al menos un buen estado ecológico y 29 % un buen estado químico. El plazo original para el objetivo de la UE se amplió de 2025 al 2027. Pero los datos sugieren que se está en camino de no alcanzarlo por un amplio margen.
El bloque se había fijado inicialmente para 2015 el objetivo de que todas las masas de agua tuvieran buena calidad. “La salud de las aguas europeas no es buena”, afirmó Leena Yla-Mononen, directora de la AEMA. “Nuestras aguas se enfrentan a desafíos sin precedentes que amenazan la seguridad hídrica de Europa”.
El estudio precisó que las granjas tenían el mayor efecto sobre las aguas superficiales y subterráneas de Europa, extrayendo demasiada agua y bombeando demasiados contaminantes. Junto con el impacto de las centrales eléctricas de carbón que arrojan partículas tóxicas.
Calidad de las aguas en Europa sin cumplir metas
En algunas partes de Europa occidental y central, como Alemania y los Países Bajos, había una proporción especialmente alta de masas de agua en mal estado, según el informe. Destacó la “catastrófica” muerte de peces en el río Óder en 2022. Causada fundamentalmente por la contaminación de las minas de sal y los nutrientes de las aguas residuales urbanas.
Hace casi 25 años, la UE introdujo normas de gran alcance sobre la gestión del agua que obligaron a los países miembros a esforzarse por mejorar la calidad de sus masas de agua. Sin embargo, los esfuerzos realizados durante la última década “raramente se han traducido en una mejora del estado general”, señaló la AEMA. Tras la evaluación más exhaustiva de las vías fluviales del continente realizada hasta la fecha.
El documento concluyó que las aguas subterráneas de Europa se encontraban en mejor estado que las aguas superficiales. El 91 % de ellas tenían al menos un buen estado cuantitativo y el 77 % un buen estado químico. En ambos indicadores, la calidad de las aguas subterráneas había mejorado solo un punto porcentual desde 2015.
La AEMA afirmó que las soluciones al mal estado del agua en Europa incluyen reducir la demanda y liberar menos sustancias nocivas. Así como recuperar ríos y humedales de manera urgente y sostenible.
Los científicos mencionaron las inundaciones que devastaron Europa central el mes pasado como ejemplos de fenómenos meteorológicos que han hecho que la acción sea más urgente. La agencia estimó que Europa sufrirá inundaciones más extremas porque los patrones meteorológicos están cambiando.
El cambio climático empeorará la situación
Las medidas implementadas por los países miembros de la UE han evitado un mayor deterioro limitando algunos contaminantes químicos y mejorando las perspectivas de algunas especies, como mejillones y crustáceos. Pero el impacto es “limitado” y no ha habido una mejoría general, resalta el informe.
La agricultura genera el mayor impacto sobre aguas superficiales y subterráneas, debido al uso intensivo de nutrientes y pesticidas. Y su condición de principal consumidor neto de agua, que se espera aumente debido a los efectos del cambio climático.
La contaminación atmosférica, provocada sobre todo por la generación de energía procedente del carbón, es otro factor contaminante decisivo para las aguas europeas.
Solo el 17 % de los hábitats ribereños, aluviales, fluviales y lacustres protegidos están en buen estado de conservación, revela el estudio. El 89 % de los pantanos protegidos están en estado de conservación pobre o malo y la mayoría de las especies de anfibios y peces presenta un estado malo o pobre.
La escasez de agua afecta ya al 20 % del territorio europeo y al 30 % de la población, una situación que empeorará debido al cambio climático, que agudizará algunos fenómenos como las sequías y las inundaciones extremas. La ola de calor y la consiguiente sequía ocurridas en Europa en 2022 causaron pérdidas por 40.000 millones de euros, recordó la AEMA. Confió que el daño directo por inundaciones se multiplicará por seis a finales de siglo sin medidas de mitigación climática.
“Necesitamos redoblar los esfuerzos para restaurar la salud de nuestros valiosos ríos, lagos, aguas costeras y otros recursos acuíferos”, agregó Yla-Mononen.
Escasez de agua afecta a la tecnología
La agencia atribuyó en parte la falta de mejora en el estado químico de las aguas superficiales de Europa, a contaminantes con una vida útil prolongada, como el mercurio y los retardantes de llama bromados.
El profesor Dietrich Borchardt, científico del agua del Centro Helmholtz de Investigación Ambiental que no participó en el informe, comentó a The Guardian que acogía con agrado la inclusión de la restauración de la naturaleza y el cambio climático en la evaluación. Pero deseaba que se hubieran considerado explícitamente las proyecciones climáticas.
“También me habría gustado ver un análisis más detallado de por qué la situación del agua en Europa apenas ha mejorado en dos décadas. Y cuáles son los factores clave no solo para mantener el status quo sino también para lograr mejoras sustanciales”, afirmó.
El grupo de presión Water Europe pidió inversiones en agua por valor de 255.000 millones de euros hasta 2030 para proteger la economía europea y garantizar la sostenibilidad medioambiental. Advirtió que la escasez de agua, que afecta a uno de cada tres europeos, también amenaza a sectores clave como la producción de semiconductores, centros de datos, hidrógeno renovable y baterías para vehículos eléctricos.