El 2030 se acerca y la esperanza de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU se aleja
Faltan apenas seis años para la fecha límite establecida en la Agenda 2030. Las Naciones Unidas han lanzado una seria advertencia: el progreso hacia los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es preocupantemente lento. En el 2024 solo el 17% de las 169 metas establecidas en la ambiciosa agenda mundial están camino de ser alcanzadas.
Los ODS, aprobados por unanimidad en 2015, representan un plan de acción global para erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos. A pesar de los esfuerzos realizados, el tímido avance hacia el logro de los objetivos es desigual y enfrenta numerosos obstáculos. La mitad de las metas muestra un progreso mínimo o moderado. Más de un tercio se encuentra estancada o incluso retrocede.
La pandemia de COVID-19, los conflictos geopolíticos, la crisis climática y la deuda externa son algunos de los principales factores que han obstaculizado el cumplimiento de los ODS. Eventos sin precedentes han expuesto las vulnerabilidades de los sistemas sociales, económicos y ambientales a nivel mundial y dificultan aún más la consecución de los objetivos.
Para poder corregir el rumbo y acelerar el progreso hacia los ODS, es fundamental contar con datos precisos y completos, pero no existen o están incomleto. Por ejemplo, un tercio de las metas no pueden ser medidas adecuadamente en algunas regiones. La cobertura geográfica es irregular, la recopilación de información es lenta y, en muchos casos, faltan datos esenciales sobre grupos marginados.
Desde 2015, pocos países han podido proporcionar datos comparables a nivel internacional sobre asuntos claves como la acción climática, la igualdad de género y la gobernanza.
Al límite
Un reciente estudio publicado en Nature ha puesto de manifiesto una de las principales razones por las que el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible es más lento de lo esperado: la escasez y calidad de los datos.
Las Oficinas Nacionales de Estadísticas son el pilar fundamental para la recopilación de datos. Muchas, especialmente en países de ingresos bajos y medianos, enfrentan serias dificultades. La falta de financiación adecuada limita su capacidad para llevar a cabo investigaciones exhaustivas y recopilar datos de manera eficiente.
Otro inconveniente es que los métodos tradicionales de recolección de datos, como los censos y las encuestas, están perdiendo efectividad. Las tasas de respuesta están disminuyendo y los costos aumentan, lo que dificulta llegar a los grupos más vulnerables y marginados.
Un ejemplo claro es la dificultad para recopilar datos sobre migrantes, personas mayores y con discapacidad. En 2021, alrededor del 40% de los países reportaron problemas para obtener datos sobre migrantes, y 27% enfrentó dificultades similares con respecto a las personas mayores y con discapacidad.
Los datos provistos por ciudadanos se presentan como una alternativa prometedora para complementar los oficiales y poder llenar las lagunas existentes. Al aprovechar esa información generada con el uso de dispositivos móviles, redes sociales y otras fuentes, es posible obtener una visión más completa y detallada de la realidad social.
Pero, para que los datos ciudadanos sean realmente útiles, es necesario que las ONE, las organizaciones de la sociedad civil, el mundo académico y las comunidades trabajen de forma conjunta. Para desarrollar metodologías robustas y garantizar la calidad y fiabilidad de la información.
Casos de éxito
Los ciudadanos pueden convertirse en contribuyentes clave en la recopilación de datos cuando los lideran o los coproducen. En muchos países, las iniciativas de búsqueda de información por los ciudadanos están complementando los datos oficiales y revelan problemas específicos entre los grupos desfavorecidos.
Por ejemplo, en India, han destacado las dificultades de la comunidad Musahar en Bihar y la tribu nómada Gosava en Maharashtra. Grupos que tienen menos acceso a programas de bienestar estatal, como el suministro de alimentos subsidiados y gas en cilindros, en comparación con los promedios nacionales. La recopilación de datos ciudadanos facilitó a que esas comunidades accedan a la asistencia social gubernamental.
En Kenia, los datos recopilados por las comunidades indígenas en 2022 subrayaron los desafíos para acceder a la atención sanitaria y la educación. Llevó al gobierno local y a los donantes de ayuda a proporcionar salas de maternidad más accesibles e implementar medidas de seguridad para los niños que deben viajar por rutas peligrosas para asistir a la escuela.
Un esquema similar permitió a la comunidad en Nepal identificar las barreras lingüísticas que enfrentan los niños indígenas en la escolarización. Información que llevó al gobierno local a ajustar sus políticas para incorporar la enseñanza en lenguas nativas en las escuelas.
La información generada a través de campañas de limpieza de playas organizadas por los ciudadanos en Ghana se recopilaron y estandarizaron para contribuir a los informes oficiales sobre los ODS. También impulsaron a la Agencia de Protección Ambiental del país a implementar cambios de política para mantener limpias las playas.
Empoderar a los ciudadanos
La creciente importancia de los datos ciudadanos en la agenda de desarrollo sostenible ha impulsado la necesidad de establecer un marco global que guíe su integración en los sistemas estadísticos nacionales. El cual que se encuentra en sus etapas finales de desarrollo y busca empoderar a los ciudadanos y comunidades. Constituye una garantía de que sus voces serán escuchadas y sus necesidades atendidas en la toma de decisiones.
La colaboración entre organizaciones de la sociedad civil y organismos estadísticos oficiales va más allá de simplemente combinar diferentes fuentes de información. Se trata de un cambio de paradigma que coloca a los ciudadanos en el centro del proceso de producción de datos.
Al involucrarse activamente en la definición de qué se mide y cómo se mide, los ciudadanos adquieren un mayor sentido de propiedad sobre la información y pueden influir en las políticas que afectan sus vidas.
Ante la creciente demanda de un marco global, la ONU lanzó la Colaboración sobre Datos Ciudadanos y desarrolla el Marco de Copenhague. El cual proporcionará una guía práctica para que los países puedan integrarlos en sus sistemas estadísticos nacionales.
Un marco internacional
Se espera que el Marco de Copenhague esté listo a finales de 2024. Su objetivo es acelerar la implementación de los ODS y garantizar que ningún grupo quede atrás. Se basa en tres principios fundamentales. En primer término, reconoce el derecho de los ciudadanos a participar en la producción de datos y a influir en las decisiones que afectan sus vidas.
También se alinea con los principios de dignidad, igualdad y no discriminación. Al garantizar que los datos sean recopilados y utilizados de manera ética. El marco va más allá, involucra a los ciudadanos en todas las etapas del proceso, desde la definición de las preguntas de investigación hasta la interpretación de los resultados.
Define los datos de los ciudadanos de manera amplia y proporciona una escala de cinco puntos para definir los niveles de participación. Se espera que se presente con su plan de implementación en marzo de 2025. De modo que los estadísticos de todo el mundo tengan una herramienta reconocida globalmente para trabajar.
Marco de Copenhague
El Marco de Copenhague sobre Datos Ciudadanos proporciona una hoja de ruta para integrarlos en los sistemas estadísticos nacionales y promover una mayor participación ciudadana. Establece diez principios. Incluyen independencia, pertinencia, participación y consentimiento informado.
Incorpora además estándares profesionales, seguridad de datos, autodefinición y autoidentificación. Sin pasar por alto la transparencia, producción y uso ético y seguro de datos, confidencialidad y privacidad. Contempla además la atribución de datos, y la apertura y accesibilidad. Principios que respetan los aspectos únicos de los datos ciudadanos.
El marco también describe otros elementos cruciales para su producción y uso sostenibles. Como la adopción de un enfoque que abarque a toda la sociedad, la creación de un entorno jurídico que aborde la privacidad, la propiedad y el control de los datos por parte de los ciudadanos.
También contempla la construcción de una infraestructura estadística y técnica inclusiva. Así como la mejora de las capacidades de todos los socios, y la financiación de su producción y uso.
La implementación del marco incluye la creación de alianzas entre instituciones estatales y no estatales, proyectos piloto con socios nacionales, y apoyo a las comunidades de datos. Incluyendo las oficinas nacionales de estadística, las organizaciones de la sociedad civil y otras entidades nacionales.
La tarea no es sencilla. Las iniciativas de datos ciudadanos suelen ser de pequeña escala y de naturaleza diversa. Las oficinas nacionales de estadística tienen mandatos legales y recursos limitados que pueden coartar su capacidad para integrar y validar los datos ciudadanos.
También es un reto mayor la instrumentación de un sistema que garantice la calidad de los datos recopilados por los ciudadanos. Se acuerdo a la recomendación de los expertos, se necesitará alentar a las comunidades estadísticas oficiales a ampliar sus mandatos y alcance para incorporar los datos de los ciudadanos.
Prioridades
La Colaboración sobre Datos Ciudadanos se centra en tres prioridades para abordar la diversidad y las diferencias de escala en la recopilación. La primera es ofrecer orientación sobre la coordinación de iniciativas a nivel nacional y la elaboración de hojas de ruta nacionales. Países como Kenia y Kirguistán han integrado datos recopilados por organizaciones de la sociedad civil en sus estrategias de los ODS.
Elaborar directrices para garantizar la calidad de los datos es la segunda prioridad. El proyecto colaborativo ha creado un grupo de expertos para establecer un marco de garantía de calidad que sea adecuado para los datos de los ciudadanos. Manteniendo al mismo tiempo el grado de flexibilidad necesario. Para que las organizaciones de la sociedad civil puedan operar en sus comunidades.
Finalmente, la tercera prioridad es permitir que las Oficinas Nacionales de Estadística establezcan alianzas con organizaciones de la sociedad civil. Se necesita abordar los desafíos de los marcos legales restrictivos y la falta de capacidad técnica. Los materiales de orientación y capacitación que está elaborando el grupo de trabajo tienen como objetivo fortalecerlas para integrar los datos de los ciudadanos.
Llenar las lagunas
La tarea de crear un sistema de datos inclusivo y representativo es abrumadora. Ninguna institución puede ofrecer por sí sola todas las soluciones para abordar los datos necesarios para alcanzar los ODS.
La integración de los datos ciudadanos plantea retos, como la diversidad de las iniciativas de recopilación de datos, la falta de estándares comunes y las limitaciones de los marcos legales existentes. También ofrece oportunidades para mejorar la calidad y relevancia de los datos utilizados para la toma de decisiones y para fortalecer la participación ciudadana en los procesos de desarrollo.
La colaboración entre instituciones estatales y sociedad civil es fundamental para construir un sistema de datos más inclusivo y representativo. Al integrar los datos ciudadanos en los procesos de seguimiento de los ODS, es posible cubrir las numerosas lagunas existentes.
Tener una precisa visión panorámica de las realidades sociales y económicas es clave para diseñar políticas públicas más efectivas. Lo cual resulta esencial si se desea cumplir con los ODS establecidos en la Agenda 2030. El tiempo apremia quedan 6 años y apenas hemos avanzado un 17%.