Por: Ignacio Buqueras y Bach
Académico numerario de las Reales Academias de Doctores de España, Europea de Doctores, y de la Mar; y de la Academia de la Diplomacia del Reino de España. Presidente de de la Asociación para la Difusión
y Promoción del Patrimonio Mundial de España (ADIPROPE)
Durante más de diez lustros, desde el ámbito empresarial, y destacadas responsabilidades en la sociedad civil, actualmente soy directivo de más de diez entidades, he tenido la oportunidad, incluso diría el privilegio, de vivir muy de cerca la evolución política, económica, social y cultural de nuestra sociedad, que ha sido impresionante. España, considero que ha dado un salto en su evolución y progreso sin parangón en toda nuestra historia. El pueblo español, en este periodo, ha dado excelentes pruebas de madurez. Una etapa de nuestra historia ha terminado, estamos en un nuevo siglo y un nuevo milenio. En él, considero de singular importancia el papel que debe representar la sociedad civil y el protagonismo de cada uno de los ciudadanos. El protagonista de la democracia no es el Estado, como no es el mercado el protagonista de la libertad. El gran protagonista de la democracia debe ser el ciudadano, expresión pública de la persona vinculada a su comunidad, para lo que se precisa una justicia fuerte.
Ciudadanía participativa
Para fortalecer la democracia, sistema de gobierno extremadamente débil y complejo, es indispensable desarrollar políticas democráticas que promuevan ciudadanías participativas en el área del poder. Solo su ejercicio enseña a ser demócrata, y solo participando se es verdaderamente ciudadano. La democracia es el fruto de un largo aprendizaje y de un diario ejercicio. El desarrollo de la ciudadanía debe erigirse en nuestra prioridad. Pero se trata de un desarrollo que pase por la construcción de la sociedad civil; es decir, de una sociedad formada por ciudadanos libres que ejercen sus derechos y cumplen con sus obligaciones en un marco institucional que les permita aprovechar sus capacidades para una perfecta gobernación.
Desconfianza entre sociedad y los partidos
Un problema que habitualmente se plantea en nuestro ámbito occidental es cómo superar la desconfianza que existe entre la sociedad civil y los partidos políticos, especialmente de los partidos políticos respecto a la sociedad civil. Considero que no solo es posible, sino necesario y urgente potenciar la presencia y la proyección de la sociedad civil junto con el fortalecimiento de los partidos políticos. Precisamos partidos políticos estables, representativos, fuertes, prestigiosos, democráticos en su funcionamiento interno, volcados en una rica vida parlamentaria, abiertos a la sociedad, alejados de planteamientos oligárquicos, y con una financiación transparente, y liderados por los mejores de nuestra sociedad. Pero también necesitamos una sociedad civil participativa, dinámica, creativa, innovadora y, sobre todo, independiente.
La educación
Este protagonismo de nuestros ciudadanos debe venir de la mano de la educación, avalado por ella. Como dijo Immanuel Kant: “La educación es la humanización del hombre”. La riqueza de un país está mucho más vinculada a la cualificación de sus hombres que a los recursos naturales de que dispone. La educación que se imparte en un país, y que debe cuidar especialmente del desarrollo integral del ser humano, establece la calidad de sus ciudadanos.
La necesidad de una educación permanente no solo resulta indispensable para estar al día en el progreso científico y tecnológico, sino también para lograr el enriquecimiento cultural, profesional y ético de los individuos. La formación del profesorado, a todos los niveles, es la piedra angular del edificio educativo.
El ser español
Considero de gran importancia que en España, la educación y la formación den un destacado valor y relieve al ser español. Para ello, es necesario que exista un mejor y mayor conocimiento, entendimiento y solidaridad entre los 47 millones de españoles, seamos de donde seamos, desarrollemos nuestra vida como la desarrollemos y tengamos las aspiraciones que deseemos. Nuestra variedad cultural, lingüística, de usos, costumbres…, es una importante riqueza de la que todos podemos y debemos cuidar, disfrutar y proyectar. Pero también es conveniente que seamos conscientes de que España es un país con una gran historia, en algunas etapas de liderazgo mundial, con personajes de proyección internacional y realizaciones que han dejado su huella histórica.
Los españoles deberíamos estar orgullosos y manifestarlo. Motivos los tenemos. Hoy, somos el segundo país con mayor esperanza de vida. Nuestro sistema de salud es considerado el tercero más eficaz del mundo. Somos líderes mundiales en donación y trasplantes de órganos. Somos la sociedad más favorable para acoger refugiados. El cuarto país exportador en contenidos televisivos. Somos una de las 19 democracias plenas. El mejor país europeo conectado con fibra óptica. Somos el décimo país en publicaciones de artículos de carácter científico. El décimo como contribuyente en acciones de paz. Somos el país con mayor número de playas azules del hemisferio norte. La cuarta economía de la zona euro. Un país con proyectos en los cinco continentes. Somos de los países más solidarios, como podemos constatar en esta muy grave etapa que estamos viviendo, con un 38% de ciudadanos que colabora en ONG; con un 28,8% de aportaciones económicas y un 9,3% en el voluntariado. Contamos con más de 13.000 misioneros y más de 2.500 cooperantes internacionales. Somos el segundo país más turístico del mundo con más de 80 millones de turistas, actualmente gravemente afectado por los efectos de la pandemia. El 82 % de nuestros turistas repiten. Con nuestras 49 reservas de la biosfera somos el primer país de la Tierra. Pero no podemos olvidarnos de que nuestro idioma, el español, es la segunda lengua materna más hablada, con 587 millones de hispanoparlantes: y somos el tercer país con más Patrimonio Mundial reconocido por la Unesco, después de China e Italia. En resumen: España es diversidad y progreso. Tiene una gran riqueza de culturas, lenguas y tradiciones. Es una sociedad abierta, integradora y hospitalaria. Los 40 últimos años, que estamos viviendo constituyen el más largo periodo de nuestra historia de paz, progreso y convivencia democrática. Debemos todos los españoles estar orgullosos de serlo, al tiempo que difusores de nuestras importantes realidades y potencialidades, asumiendo el compromiso personal de mejorarlas.
Sociedad Civil Ahora, SOCIA
Sociedad Civil Ahora, SOCIA, es una entidad constituida en 2018, sin ánimo de lucro, que aglutina a un amplio grupo de asociaciones y fundaciones, de pensamiento, reflexión y acción representativas de la sociedad civil con unos objetivos muy claros: favorecer una ciudadanía participativa, fortalecer la sociedad civil, proyectarla y dar valor a todo lo español. Su presidente fundador es Aldo Olcese, académico, economista, escritor y presidente de la Fundación Independiente. Soy directivo de SOCIA en mi condición de presidente de la Asociación para la Difusión y Promoción del Patrimonio Mundial de España (ADIPROPE). Entre los objetivos de SOCIA está sensibilizar a la ciudadanía y al mundo asociativo sobre la necesidad de compromiso y participación en los asuntos públicos que tengan relación con el bien común de los españoles y afecten al interés general de España.
I Congreso de la Sociedad Civil
Una de las actividades más importantes desarrolladas por SOCIA ha sido la convocatoria y celebración, con fuerte impacto social y mediático, del I Congreso Nacional de la Sociedad Civil con el lema “Repensar España”. Tuvo lugar en el Casino de Madrid, entidad centenaria y emblemática de la sociedad civil, los días 27 y 28 de febrero. En el acto de inauguración del I Congreso Nacional de la Sociedad Civil intervinieron los expresidentes del Gobierno Felipe González y José Maria Aznar, que protagonizaron un debate cara a cara.
Los dos apelaron a la defensa de la lealtad constitucional para salvaguardar la democracia en España. En el acto de inauguración, entre otras personalidades, intervino el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. En el citado acto participaron alrededor de 1.200 personas. El congreso se organizó a través de 19 mesas de debate, en las que intervinieron 123 personas, entre presidentes y ponentes de primer orden. Fui presidente de la mesa “El fortalecimiento y articulación de la sociedad civil”. En el acto de clausura del congreso se lanzó un mensaje de optimismo para superar los problemas que sufre nuestra patria. Se constató que España necesita una sociedad civil fuerte y capaz de anticipar de forma colaborativa las líneas fundamentales de la acción política. En el acto de clausura, entre otras personas, intervino la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Ciberdemocracia
Uno de los frutos del I Congreso Nacional de la Sociedad Civil fue el Proyecto de Ciberdemocracia, que se define como la plataforma en la que los ciudadanos puedan participar en los asuntos públicos de debate accediendo a la información de expertos independientes y fuentes de acreditada solvencia, aportar sugerencias e ideas y votar aquellas cuestiones que se planteen al respecto para que posteriormente sean trasladadas a los distintos agentes de la sociedad civil y las instituciones públicas y legislativas.
El coronavirus
Estamos viviendo unas jornadas muy graves, muy complejas, muy difíciles y muy preocupantes. Con el coronavirus nos levantamos todos los días con datos difíciles de prever, discurre nuestra vida marcada por una incógnita que no termina de despejarse y nos acostamos después de haber acumulado vivencias que nunca habíamos previsto.
Considero que todos los ciudadanos debemos asumir nuestras responsabilidades. Para ello es preciso que reflexionemos en profundidad sobre el momento que estamos viviendo, analicemos cuáles son nuestras prioridades, qué futuro deseamos para nosotros, para los más próximos, para España,… y qué podemos y debemos hacer y qué plan de actuación nos marcamos. Considero que a todos este alto que nos ha supuesto y nos supone el coronavirus debemos convertirlo en una oportunidad de un cambio en positivo en nuestro desarrollo vital. Podemos y debemos redescubrir nuestros valores, los de nuestra familia, nuestros amigos, nuestra sociedad y nuestro país. España para muchos es una desconocida en sus raíces, valores y posibilidades.
Espero y deseo que el coronavirus pronto tenga el producto para combatirlo y vencerlo. Mientras tanto, todos los ciudadanos debemos actuar con el grado de responsabilidad requerido, al tiempo que debemos exigir a nuestras autoridades el rigor, la claridad y la objetividad precisas para los excepcionales tiempos que estamos viviendo; y a los medios de comunicación, redes,… una total fiabilidad informativa. Todos debemos ser responsables y estar activos y vigilantes.
Los mayores y la soledad
Desde la sociedad civil debemos tener una especial atención por nuestros mayores, el sector que cada día está creciendo más tanto en número como en necesidades, sin olvidarnos de la soledad. Las estadísticas nos dicen que el 43,6% de los españoles sufre aislamiento social o se sienten solos. La soledad es la gran epidemia del siglo XXI, que se ha visto amplia y gravemente vivida y reflejada en estos últimos cien días. Diariamente sufrimos los estragos que está haciendo entre los humanos el coronavirus. Miles de personas en todo el mundo han fallecido en soledad. Sin la cercanía ni el consuelo de los más próximos han vivido la enfermedad. Y sin ellos han traspasado el umbral de la vida.
Y los que no pudieron despedirse, se han quedado con el dolor y la soledad de su ausencia y la carencia de un adiós añorado. Entre las enfermedades que en España ha crecido está el alzhéimer. Es por ello, que desde la sociedad civil damos la bienvenida a la Ciudad del Alzheimer Madre Teresa, que ha promovido la Fundación Padre Damián y Madre Teresa, cuyo Consejo Asesor presido, y que ha iniciado un muy positivo y esperanzado camino.
El desarrollo de una nación no puede medirse solo por sus recursos, sino fundamentalmente por la calidad de las personas que lo conciben, lo elaboran, lo transforman o lo usan. El capital humano se ha demostrado esencial para la restauración de las catástrofes guerreras que se abatieron en el siglo pasado.
En la gravísima situación que nos ha tocado vivir es muy importante, diría imprescindible, que aunemos fuerzas. Debemos olvidarnos de personalismos, ideas políticas y circunstancias de todo tipo. Nuestro desarrollo hoy en gravísimo retroceso no tiene paragón en los últimos 70 años. Sus consecuencias marcarán el futuro de varias generaciones. Es por ello que precisamos del mejor capital humano y de la unión de todos los españoles para hacer frente a una situación de una complejidad y gravedad desconocidas. Debemos, hoy mejor que mañana, tomar las medidas precisas para que los mejores estén al frente de la gravísima situación que estamos viviendo y que nos conducirá en los próximos meses, si no tomamos con urgencia las medidas oportunas, a una situación de inestabilidad social, económica y política de muy difícil solución. Precisamos de un Gobierno de concentración con nuestros mejores políticos, miembros representativos de la sociedad civil y tecnócratas experimentados. Actuemos.
Lea también:
Este y otros contenidos están en la edición 2.268 de Cambio16
-
Revista 2268
4,00€ Leer más -
Revista 2268 (Digital)
2,30€ Añadir al carrito -
¡Oferta!
Revista 2268 Suscripción Digital
El precio original era: 23,00€.19,90€El precio actual es: 19,90€. Añadir al carrito -
¡Oferta!
Revista 2268 Suscripción Total
El precio original era: 40,00€.36,00€El precio actual es: 36,00€. Leer más