Los humanos no nacimos para andar solos por la vida, para andar de lobos solitarios. La familia, los amigos, los compañeros de trabajo, aquellos con quienes compartimos ideas o diversiones contribuyen con salud. Según los estudios más recientes socializar es mejor que dejar de fumar o hacer deportes.
Vincularnos con otros nos ayuda a vivir más. Estudios recientes indican que no solo contribuye a nuestra salud mental, también a nuestra salud general. Así es que a su rutina de alimentarse sanamente, caminar o ejercitarse, y alejarse del cigarrillo, sume tomar un café con un amigo, compartir un partido de su deporte favorito (así sea como espectador), formar parte de un grupo que realice cualquier actividad artística (cante, baile, pinte, haga teatro), o cualquier otra actividad en grupo que le venga a la mente.
Lo que dice la ciencia
Los sicólogos Catherina Hasdlam, Niklas K. Steffens y Rolf van Dick afirman que las relaciones son fundamentales para una vida larga y plena. Son tan esenciales como evitar el tabaco y más que el ejercicio físico. La autopercepción y la forma en que uno piensa, siente y actúa están fuertemente influenciadas por los grupos con los que nos asociamos. Sean círculos de amigos, movimientos ideológicos o clubes deportivos.
La desconexión con grupos sociales significativos puede poner en riesgo la salud. Mientras que mitigar la sensación de soledad puede ser beneficioso. Las investigaciones actuales encontraron que las actividades colectivas son buenas para la salud, independientemente de dónde se realicen.
En un estudio, las participantes que bailaron en plazas públicas al menos cinco tardes a la semana durante tres meses tuvieron un riesgo menor de desarrollar depresión en comparación con las que no participaron (grupo de control). Los investigadores confirmaron que esta diferencia no estaba asociada con la edad, el nivel de educación, ni la situación económica, sentimental o laboral.
Aprender cosas nuevas
Un reciente informe del Global Council on Brain Health de la Asociación Americana de Personas Retiradas indica que mantener una vida social activa puede ser un escudo para el cerebro a medida que avanzas en edad. Establecer lazos fuertes con amigos y familiares, así como participar en actividades sociales de valor, puede contribuir a preservar la agudeza mental y la fortaleza de tu memoria.
El estudio de AARP sobre la socialización y la salud cerebral en adultos mayores de 40 años reveló que, aunque la mayoría interactúa socialmente al menos de alguna manera (con un promedio de 19 personas en sus redes sociales), un notable 37% expresó que a veces se sienten solos. Un 35% reportó dificultades para tener interacciones sociales. Casi 3 de cada 10 se sienten aislados. La encuesta también descubrió que 1 de cada 5 adultos mayores de 40 años están socialmente desconectados.
Es relevante porque los adultos que se mostraron satisfechos con sus amistades y actividades sociales tendían a reportar una mejora en su memoria y habilidades de pensamiento en los últimos cinco años. Mientras que aquellos insatisfechos con su vida social informaron lo contrario: un declive en sus habilidades cognitivas.
En cuanto a los hispanos entrevistados, el informe indica que son más propensos a formar parte de un grupo de baile o canto que la población general (37% vs. 20%). Incluso a practicar meditación (30% vs. 17%). Además, la encuesta revela que las relaciones sociales los motivan “en gran medida” a aprender cosas nuevas.
Más allá de lo racional
Quizás el estudio con los resultados más sorprendente es el que se hizo en la India. La investigación se hizo durante el Magh Mela, un peregrinaje hindú que se celebra en el norte de la India y que reúne cada año a millones de personas. Uno de los rituales de este evento incluye un baño colectivo en el río Ganges. Durante el festival, las condiciones higiénicas, de alimentación y descanso son desastrosas. El ruido es abrumador, las temperaturas nocturnas caen por debajo de cero y el riesgo de contraer enfermedades es alto. Se podría suponer que participar en este evento es perjudicial para la salud.
Un equipo de la Universidad de Allahabad en el norte de India, liderado por Shruti Tewari, realizó una encuesta a más de 400 peregrinos antes y después del evento para su estudio. Descubrió algo asombroso. Después del peregrinaje, los participantes se sentían mejor que antes. También informaron que su calidad de vida había mejorado. Experimentaban menos síntomas de enfermedad que las personas que no habían participado en el baño masivo.
Por internet también
Investigaciones recientes indican que tener una experiencia positiva en un grupo y sentirse identificado y conectado con una comunidad promueve nuestro bienestar y salud. No es necesario que estos encuentros sean presenciales. Los contactos virtuales también tienen un efecto positivo. De hecho, las comunidades virtuales luego de la pandemia de Covid adquirieron una relevancia sin precedentes.
Las últimas décadas demuestran que la calidad de las relaciones sociales juega un papel crucial en la longevidad y la salud. Un estudio de Harvard liderado por Robert Waldinger sobre el desarrollo adulto, recopiló datos de más de 700 hombres, en algunos casos durante más de 75 años.
Al inicio del estudio, los participantes eran estudiantes de Harvard o jóvenes de barrios desfavorecidos de Boston. Cada dos años, respondían a cuestionarios sobre su situación económica, sus pasatiempos y la calidad de sus relaciones de pareja. Además, cada cinco años se sometían a un chequeo médico. Incluía un examen cardiovascular, análisis de sangre y orina, y un escáner cerebral.
La calidad de las relaciones sociales al inicio del estudio predecía de manera más precisa la salud y la satisfacción vital que experimentarían los hombres a los 80 años. No los factores como los niveles de colesterol o el desarrollo de una enfermedad crónica, En una conferencia TED, Robert Waldinger, director del estudio, resumió las conclusiones de la investigación. Asegura que la clave para una vida larga y saludable son las buenas relaciones sociales. Por el contrario, la soledad puede ser mortal. Independientemente de si se es rico o pobre.
Mejor que el deporte
El sociólogo Robert David Putnam, de la Universidad de Harvard, llegó a conclusiones parecidas. Notó que la participación activa de los ciudadanos estadounidenses en servicios religiosos, partidos políticos y organizaciones ha disminuido en los últimos años. Lo que afecta su salud.
“Si uno no pertenece a ningún grupo, pero decide unirse a uno, el riesgo de morir en los próximos seis meses se reduce a la mitad (…) Si uno fuma y no pertenece a ningún grupo, desde una perspectiva estadística, podría lanzar una moneda al aire para decidir si dejar de fumar o buscar un grupo”.
Robert David Putnam, Universidad de Harvard
Los descubrimientos indican que el contacto social juega un papel crucial en nuestra salud. Es tan esencial como abstenerse de fumar. Incluso más importante que muchos otros factores que se consideran centrales en los debates públicos.
Desvalorizado
Sin embargo, la mayoría de las personas subestiman la importancia de los factores sociales para la salud, como confirmó el equipo de Alexander Haslam de la Universidad de Queensland en 2018. En su estudio, los investigadores pidieron a 500 personas que clasificaran por su importancia 11 factores de salud. Al comparar la clasificación subjetiva con los resultados objetivos, se encontró que las personas estiman con precisión la influencia de los factores comúnmente asociados con la salud (como fumar o beber alcohol).
Sin embargo, se equivocan al valorar la importancia de los factores sociales: los participantes consideraron que estos eran los menos importantes. Aunque en realidad son algunos de los más esenciales. A pesar de que los factores sociales son claves para una vida saludable y prolongada, rara vez se incluyen en las recomendaciones de salud oficiales. Se aconseja a los ciudadanos que hagan ejercicio regularmente, eviten fumar, se protejan del sol, participen en campañas de detección temprana de cáncer, consuman alcohol con moderación (si es que lo hacen) y conduzcan con precaución. Sin embargo, los vínculos sociales, que son cruciales según la investigación, rara vez se mencionan.
Salud mental
A primera vista, puede parecer extraño que la pertenencia a un grupo, incluso uno abstracto, sea tan relevante para el bienestar. Los humanos siempre hemos vivido en comunidades, que suelen ser un componente central e integral de nuestra identidad. Estas comunidades influyen en cómo nos describimos, pensamos, sentimos y actuamos.
Los grupos dan forma a lo que llamamos “identidad social”. Contribuyen a nuestra conciencia de un “nosotros”. Cuanto más nos identificamos con un grupo específico, más fuertemente internalizamos sus valores. La pertenencia a un grupo es importante para la salud mental y cognitiva. Entre otros beneficios, reduce el riesgo de recaída en personas con antecedentes de depresión. Y que las relaciones grupales contribuyen significativamente a nuestra salud mental.
En un estudio publicado en 2014, el equipo de Haslam comparó, durante cuatro años, cómo las relaciones cercanas con otra persona (como una pareja) y la pertenencia a un grupo social influían en la memoria y la atención. La investigación, que contó con la participación de adultos jóvenes y mayores, controló varios factores que podrían afectar el rendimiento cognitivo (incluyendo la edad y la situación socioeconómica).
El resultado fue que las relaciones grupales no solo estaban fuertemente vinculadas con la salud mental, sino que su importancia aumentaba con la edad. Así, las personas de 50 años que sentían que pertenecían a muchos grupos resolvían las tareas cognitivas antes que las de 46 años. Por otro lado, los participantes de 80 años vinculados a muchos grupos mostraban la capacidad mental de una persona de 70 años. En otras palabras, las buenas relaciones sociales protegen nuestro cerebro.
Más importante con la edad
Aún no se entiende completamente cómo la sociabilidad mejora la salud cerebral, pero los expertos sugieren que las interacciones significativas con otras personas pueden proteger el cerebro contra los efectos dañinos del estrés. Según una encuesta de AARP, los hombres y mujeres de 60 años o más tuvieron más interacciones sociales y se sintieron más satisfechos con sus relaciones que aquellos entre 40 y 59 años.
Aunque a medida que las personas envejecen, se enfrentan a numerosos desafíos para mantener una vida social. Como la pérdida de familiares y amigos, problemas de salud, movilidad limitada e incluso vecinos que no desean socializar. Cuando las personas pierden los vínculos que son importantes para ellas, su salud se ve afectada. Ya sean procesos esperados como la jubilación, inesperados como una lesión, agradables como convertirse en padres, o desfavorables como el desempleo. Todos ellos disminuyen la conexión con los demás. Esta pérdida de relación social se acompaña de una serie de problemas de salud.
En un estudio publicado en 2014, el equipo de Haslam comparó durante cuatro años cómo las relaciones cercanas con otra persona (como una pareja) y la pertenencia a un grupo social influían en la memoria y la atención. La investigación, que contó con la participación de adultos jóvenes y mayores, controló varios factores que podrían afectar el rendimiento cognitivo, incluyendo la edad y la situación socioeconómica.
El resultado fue que las relaciones grupales no solo estaban fuertemente vinculadas con la salud mental, sino que su importancia aumentaba con la edad. Así, las personas de 50 años que sentían que pertenecían a muchos grupos resolvían las tareas cognitivas antes que las de 46 años. Además, los participantes de 80 años vinculados a muchos grupos mostraban la capacidad mental de una persona de 70 años. En resumen, las buenas relaciones sociales protegen nuestro cerebro.
Medidas para fortalecer las conexiones sociales:
- Enfócate en lo que disfrutas: Participa en actividades que te gusten, como deportes en equipo, grupos de intereses o actividades políticas.
- Busca ayuda profesional: Si te sientes aislado, no dudes en buscar ayuda de líderes religiosos, líneas de ayuda telefónicas y centros sociales.
- Pide ayuda para superar barreras: Si tienes dificultades para desplazarte, pide ayuda para eliminar estas barreras a la interacción social.
- Comunicación regular: Haz un esfuerzo por comunicarte regularmente con tus familiares, amigos y vecinos. La comunicación digital también es valiosa. Un estudio mostró que los adultos mayores que aprendieron a usar Facebook mejoraron su rendimiento en tareas de memoria en un 25%.
- Cultiva conexiones intergeneracionales: Mantén la comunicación con personas de diferentes edades, incluyendo a los más jóvenes. Ofrece enseñar tus habilidades, como entrenar un equipo o cocinar.
- Amplía tu círculo social: Añade una nueva relación o prueba una actividad que no hayas hecho antes. Desafíate a ti mismo a asistir a diferentes clubes y oportunidades sociales.
- Considera la adopción de una mascota: Cuidar de un gato, perro o pájaro puede ser un catalizador para las interacciones sociales.
- Diversifica tus actividades: Si ya tienes una vida social activa, intenta diversificar tus actividades para mantener las cosas interesantes.
Sabiduría popular
En las culturas hispánicas existe un dicho popular “la soledad es mala consejera” y ahora la ciencia le da la razón al descubrir cómo afecta nuestra salud. De acuerdo a las investigaciones que, en equipo o por separado, han realizado Catherina Hasdlam, Niklas K. Steffens y Rolf van Dick, nos conviene más andar en grupo. Aunque reconocen que hay grupos que pueden no ser muy saludables.
Los sicólogos encontraron que, a los beneficios relacionados con la salud mental, que ya eran aceptados por la comunidad científica, se unen beneficios en la salud física de las personas que socializan. Sea que comparta conversando de deportes, cantando en un coro, bailando en la plaza, o jugando ajedrez, lo importante es pertenecer a un grupo. Los estudios demuestran que socializa es beneficioso, es saludable, es mejor que hacer deportes. Así que si quiere prolongar su vida anótese en un grupo ya sea por sus gustos deportivos, culturales, aficiones u ocio. Recuerde que por internet también puede hacerlo. Hay que socializar porque los humanos no estamos hechos para vivir como lobos solitarios.