La mayor reserva ecológica de Europa sigue inquietando a científicos y ambientalistas. El cambio climático, el exceso de fertilizantes y la caza furtiva han empañado su invaluable mosaico de ecosistemas en los últimos años. Ahora, según datos oficiales recopilados por WWF, la sobreexplotación de sus aguas subterráneas, está reduciendo en forma alarmante el nivel del acuífero de Doñana.
El Fondo Mundial para la Naturaleza elaboró un informe en el que cuestiona la manera de gestionar esa impresionante formación geológica capaz de almacenar y ceder agua. Reveló que “se extrae de manera insostenible más agua subterránea de la que se recarga en el acuífero. Con un índice de explotación del 109 %”.
La organización ambientalista alertó además que esta situación “sobrepasa ampliamente los límites viables para su recuperación”.
El documento precisó que se extraen, al menos, 106 hectómetros cúbicos de agua al año, frente a un recurso disponible real estimado en 97 hm3 como recarga media. Este dato supone que el índice de explotación del acuífero es de 109 %. Y que se bombea más agua subterránea de la que se recarga en el acuífero Almonte-Marismas que alberga, en su parte meridional, el Espacio Natural de Doñana.
Este espacio presenta una extensión de 1030 km2, cerca del 39% de la superficie del acuífero. Y está constituido por un complejo de marismas y lagunas freáticas de gran valor ecológico. Desde hace varias décadas las aguas subterráneas de Doñana sustentan la mayor parte de las actividades socioeconómicas de la zona. Especialmente la agricultura intensiva y el turismo y, también a sus pobladores.
El uso excesivo sobrepasa sus capacidades, las limita y ocasiona serios riesgos a los hábitats y especies de Doñana.
En descenso las aguas del acuífero de Doñana
Este problema de la disminución progresiva de las aguas subterráneas del acuífero de Doñana es de vieja data. Datos de la Red de Seguimiento del Estado e Información Hidrológica del Minteco recogidos por Público, advirtieron un descenso de 3 metros de media desde la primera vez que se tomaron muestras hasta 2020.
La sobreexplotación está provocando descensos significativos en el nivel freático y en la descarga hacia los arroyos que deben entrar y alimentar a la Marisma. Además del desacertado uso de las aguas, WWF observó que la información incompleta y la mala interpretación de algunos de los datos ha llevado a que se tomen decisiones erróneas.
El estudio es crítico con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el organismo estatal encargado de la gestión del agua en este espacio. Por un lado, cuestiona que haya dividido el acuífero en seis masas de agua, una separación administrativa que a su juicio complica el cálculo de las dotaciones para cada pozo “con criterios técnicos y científicos”. Y por otro, considera que hay un “error conceptual importante” en sus cálculos que le lleva a sobreestimar el nivel de recarga subterránea.
“Todo ello tiene graves consecuencias para los hábitats y la biodiversidad de Doñana”, lamentó la organización. Especialmente en un contexto en el que “no se conoce el volumen total anual extraído por bombeo de forma exacta” porque lo que se utilizan son métodos indirectos como modelos matemáticos y técnicas de teledetección.
A todo esto hay que sumar la existencia de “numerosas captaciones ilegales”, un pirateo de agua al que hay que añadir el crecimiento brutal de las zonas de riego en las dos últimas décadas.
El acuífero de Doñana está ubicado entre las provincias de Huelva y Sevilla y pertenece a la cuenca baja del río Guadalquivir.
Pozos y tomas ilegales de agua
El acuífero de Doñana, como toda la región y buena parte del territorio español ha sido golpeado por una intensa sequía y diversas olas de calor que impactan los niveles de los embalses. Por añadidura, el robo de agua eleva la precariedad en ese gigantesco y valioso espacio natural.
El robo del agua es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad de Doñana. La gestión insostenible de los recursos hídricos tiene efectos negativos sobre la economía y la conservación de los espacios naturales de esta comarca, que pueden verse agravados en los próximos años como consecuencia del cambio climático.
WWF pide frenar la proliferación de pozos y de tomas de agua superficial ilegales en varias zonas del parque nacional. Este es un problema recurrente en Doñana. Se elaboran planes para su posible eliminación. La mayoría de las veces mediante una legalización de difícil encaje legal y ambiental. Se abren algunos expedientes que finalizan rara vez en multas y se cierran algunos pozos. Mientras aparecen nuevos casos.
Sin embargo, denuncia que las autoridades no han sido capaces de darle una solución a este grave problema. En ocasiones, incluso las declaraciones de los responsables públicos se acercan más a la defensa del infractor que a la reprobación de una acción ilegal y que va en detrimento de los bienes públicos.
La organización ambientalista ha identificado casos concretos de ilegalidad en el uso del agua en Doñana, en 5 ámbitos diferenciados y muy significativos. Son la muestra de una preocupante situación que incluye entre 1.000 y 2.000 infraestructuras de uso del agua no legales, según las diferentes fuentes. Detectados en la Zona Forestal en la cabecera del arroyo de la Rocina, Arroyo de la Cañada, Matalagrana y su entorno, Laguna de Las Madres y Los Hatos.
¿De manos cruzadas?
Desde el año 2020, el acuífero de Doñana se ha declarado oficialmente como sobreexplotado y, hasta la fecha -denuncia el Fondo Mundial para la Naturaleza- no se ha aprobado un plan de acciones para revertir esta situación. Las medidas que se pongan en marcha en Doñana por parte de las administraciones, deberían priorizar la reducción del índice de explotación del acuífero hasta valores más sostenibles.
Necesitamos garantizar que el acuífero alcance el buen estado, así como el de los hábitats y especies de Doñana. En ese sentido, WWF propone:
- Pedir a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que asegure el control y el seguimiento de todos los bombeos de agua. Algo esencial para poder poner en marcha un plan de acción que corrija el desequilibrio entre las extracciones y los recursos disponibles, y que garantice la recuperación del acuífero de Almonte-Marismas.
- Es esencial proceder de manera urgente al cierre cautelar de todas las extracciones de agua con indicios de ilegalidad para reducir la presión adicional sobre el sistema acuífero de Almonte – Marismas.
- A la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía reclamamos que actúe de forma coordinada y leal con la CHG. Y se aplique el Plan Especial de ordenación de las zonas de regadío ubicadas al norte de la corona forestal de Doñana aprobado en 2014. A fin de reducir y ordenar las superficies agrícolas regables del entorno de Doñana.
- Y se eliminen de una vez por todas aquellas hectáreas ilegales de riego en lugar de buscar fórmulas dilatorias para mantener esta situación de uso del agua totalmente insostenible.
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