¿Los síntomas severos de la COVID-19 tienen que ver con una excesiva respuesta inmunitaria del organismo? Es lo que está estudiando un equipo de investigación del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
El grupo de expertos también analiza la relación de los microorganismos que viven en el intestino humano con la tasa de infección por el virus. De acuerdo con un comunicado del CSIC, la microbioma intestinal regula el funcionamiento del sistema inmunitario y puede influir en el riesgo de sufrir infecciones y en la respuesta defensiva.
El objetivo es determinar si esto ocurre también con el coronavirus. Es la meta de equipo de expertos que, liderado por la profesora Yolanda Sanz Herranz, trabaja en el proyecto Influencia del microbioma intestinal con la infección COVID-19 y en la efectividad de la inmunoterapia en pacientes con cáncer y controles-Bicoin. Un trabajo que financia la Plataforma Salud Global del CSIC y que se desarrolla en Valencia.
En busca de respuestas sobre síntomas y complicaciones de la COVID-19
El objetivo final del proyecto es determinar si las características del microbioma intestinal del individuo tienen que ver con la tasa de infección de la COVID-19, la severidad de los síntomas y sus complicaciones. Además de que también se podrán identificar cuáles son los mecanismos inmunológicos por los que el microbioma puede dar protección o susceptibilidad a la infección por COVID-19.
De acuerdo con los autores, la investigación permitirá realizar una mejor predicción del riesgo y pronóstico de la enfermedad, además de definir con más precisión quiénes son los pacientes de mayor riesgo. Asimismo, también permitirá hacer una predicción más precisa sobre la eficacia de terapias de base inmunológica, pues pacientes oncológicos sometidos a estos tratamientos también se incluyen en el estudio.
Los investigadores esperan tener los primeros resultados a finales de año. Así podrán avanzar en cuanto al conocimiento de la infección ocasionada por el virus en pacientes de mayor riesgo, como los oncológicos, además de la población general.
Pero, ¿qué tipo de síntomas de la COVID-19 se relacionan con alto riesgo de ingreso en la UCI y la mayor mortalidad?
Síntomas que se relacionan con alto riesgo de ingreso en UCI
Los pacientes con la COVID-19 que ingresan al hospital presentan síntomas y caractertísticas clínicas que pueden servir para precedir una mejor o peor evolución. Es la conclusión de una investigación vinculada al Registro SEMI-COVID-19, que después de analizar 12.066 pacientes hospitalizados en España, identifica, establece y caracteriza grupos fenotípicos.
Son cuatro grandes grupos. 1.- Los pacientes que presentan síntomas como los de un resfriado común o con pérdida de gusto y olfato; 2.- los que tienen fiebre, tos y disnea; 3.- otros que además tienen vómitos y diarrea; y 4.- los que sufren de dolor en articulaciones y músculos, de cabeza y de garganta. Los primeros de esta lista son los de mejor pronóstico y los últimos los de peor, de acuerdo con la investigación y resultados preliminares que publicó Journal of Clinical Medicine.
El objetivo del estudio, que firmaron 24 internistas de hospitales españoles, es poder identificar los fenotipos clínicos en la neumonía que se asocia a la COVID-19. Todo a través de análisis de conglomerados y evaluación del impacto pronóstico entre los segmentos identificados en los pacientes.
La investigación no explica por qué unos síntomas se asocian a mejores o peores pronósticos. Los especialistas creen que tendría que ver con una base genética. Aclaran que cada subfenotipo tiene genes diferentes que pueden predisponer a esos síntomas, como a la escala inflamatoria. Los expertos consideran que el próximo paso del estudio sería el análisis genético para tener el fenotipo completo.
La clasificación de los pacientes y sus síntomas
De los 12.066 pacientes que participaron en el estudio, la mayoría eran hombres (58,5%) y caucásicos (89,5%), con una edad media al diagnóstico de 67 años. Las comorbilidades principales previas al ingreso corresponden a hipertensión arterial (50%), hiperlipidemia (39,4%) y diabetes mellitus (19,2%).
El primer grupo incluyó a 8.737 pacientes con los tres síntomas clásicos: fiebre, tos y disnea. Este fue el más grande y numeroso, el 72,4% de los que participaron en el estudio. El perfil que más se repitió en este grupo fue el de un hombre de edad avanzada y con más prevalencia de comorbilidades.
En este caso el tiempo entre el inicio de los síntomas y la admisión hospitalaria también fue más corto que en los otros grupos. Se registró que uno de cada diez pacientes de este grupo necesitó ingreso en la UCI y una cuarta parte de ellos (24,1%) murieron. La tasa de mortalidad más alta de los cuatro grupos identificados.
En el segundo grupo los síntomas predominantes eran dificultad para para detectar el gusto y la pérdida del olfato, que en casos se complementaba con los tres síntomas clásicos del grupo anterior. En este participaron 1.196 pacientes, un 9,9% del total, y fue el grupo que mostró menor porcentaje de ingreso en UCI y de mortalidad, que fue de 4,3%.
El tercer grupo fue de 880 pacientes, 7,3% del total. Los síntomas predominantes eran dolor en articulaciones o músculos, de cabeza y de garganta; a los que a veces se sumaban fiebre, tos y disnea. De ellos un 10,8% de requirió atención en la UCI y un 14,7% fallecieron.
El cuarto y último grupo contó con 1.253 pacientes, 10,4% del total. Presentaban diarrea, vómitos y dolor abdominal, que frecuentemente iban acompañados de fiebre, tos y disnea. Solo el 8,5% de ellos necesitó ingresar en la UCI, pero 18,6% falleció, la segunda tasa de mortalidad más alta de los cuatro.
Detectar pronósticos a través de síntomas iniciales
El doctor Manuel Rubio-Rivas, primer firmante del estudio, sostiene que con la identificación de estos cuatro grupos fenotípicos los facultativos pueden pronosticar solo con los síntomas iniciales a qué subgrupo pertenece, y su evolución. Estos hallazgos permiten aplicar tratamiento particular para cada caso. Una medicina de mayor precisión. De esta forma, si el paciente tiene un fenotipo de buen pronóstico no haría falta ingresarlo; mientras que los de mal pronóstico se pueden tratar de manera más activa, sin esperar que empeore su situación. En palabras de los expertos, ganarle dos o tres días a la COVID-19 «puede ser mucho».
Los síntomas que se identificaron de manera general en los pacientes analizados fueron fiebre, en 10.346; tos, en 9.142; disnea, en 7.205; dolor en músculos y articulaciones, en 3.794; diarrea, 2.943; dolor de cabeza, 1.402; dolor de garganta, 1.191; dificultad para detectar el gusto, 992; vómitos, 891; pérdida de olfato, 879 y dolor abdominal, en 738 pacientes.
El número promedio de días desde que iniciaron los síntomas de la COVID-19 hasta el ingreso hospitalario de los pacientes fue de 6,7. Los síntomas de fiebre, tos y disnea estuvieron presente casi de forma uniforme entre los cuatro grupos evaluados.
Registro SEMI-COVID-19
La investigación forma parte de las más de 70 en marcha ligadas al Registro SEMI-COVID-19, en el que participan casi 900 médicos internistas de 214 hospitales de España. Es un proyecto que contiene datos de más de 17.000 pacientes de la COVID-19.
Es una iniciativa de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Incluye un gran número de parámetros epidemiológicos, clínicos, de tratamiento, de laboratorio y radiográficos que se obtienen de historias clínicas electrónicas de pacientes hospitalizados por la COVID-19.
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