Por Mario Saavedra
Se calcula que por estos territorios pasa cada año un tercio de la riqueza que se genera en el mundo. Estas son las claves para entender los lugares a los que acude la élite económica internacional para evitar pagar impuestos en sus países.
1. ¿Por qué se les llama así?
Los territorios conocidos como paraísos fiscales son una herramienta creada y utilizada por parte de la gran banca y la élite económica internacional para mover capitales libremente y de forma ajena a cualquier intervención de los Estados: investigaciones de Hacienda o judiciales, sobre todo. Además, también tienen finalidades empresariales, bursátiles o de especulación. Se estima que por sus oscuras empresas pantalla pasa cada año, huyendo del fisco, el equivalente a un tercio de toda la riqueza que se genera en el mundo en ese mismo periodo. Varias marcas de nacimiento los hacen reconocibles: leyes distintas para oriundos y extranjeros, protección de datos estrictamente regulada, secreto bancario y, por supuesto, unos impuestos ridículos o nulos a los foráneos. Estos paraísos son el enemigo público número uno de las arcas de los Estados.
2. ¿Cuáles son las condiciones para que un territorio sea considerado como tal?
Hay un serio problema de definición de paraíso fiscal, y por eso es tan difícil luchar contra ellos, explica Juan Carlos Galindo, experto en temas de blanqueo y evasión fiscal. “Pero hay tres características claras: que te permita abrir una cuenta sin ser residente, que no te cobre impuestos y que tenga secreto bancario”.
La catalogación es complicada. Por ejemplo, para España Suiza no es un paraíso fiscal porque aunque ofrece secreto bancario, coopera judicialmente. Delaware tampoco porque tiene convenio de doble imposición con nuestro país. Otro ejemplo: para la organización internacional de ayuda humanitaria y cooperación al desarrollo Christian Aid, España es uno de los 73 paraísos fiscales listados en su InspirAction. Y para casi todo inspector de Hacienda lo son Delaware, Wyoming o Nevada, en Estados Unidos. La OCDE dice, sin embargo, que no existen.
3. ¿Cómo los clasifica la legislación española?
Según la normativa actual, de 2015, se tienen en cuenta los siguientes criterios para incluir o excluir a un país de la lista de paraísos fiscales:
—Si existe o no un efectivo intercambio de información tributaria.
—Los resultados de las evaluaciones ‘inter pares’ realizadas por el Foro Global de Transparencia e Intercambio de Información con Fines Fiscales.
—Si existe o no con dicho país o territorio un Convenio para Evitar la Doble Imposición internacional con cláusula de intercambio de información, o un acuerdo de intercambio de información en materia tributaria o se ha firmado el Convenio de Asistencia Administrativa Mutua en Materia Fiscal de la OCDE y del Consejo de Europa enmendado por el Protocolo 2010. Por haber firmado tal convenio (y para favorecer los proyectos de constructoras españolas), el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero excluyó a Panamá de la lista negra en 2011.
En base a estos criterios, España señala 33 paraísos fiscales.
4. Soy un paraíso fiscal, ¿y qué?
Entrar en la lista negra supone que se aplican una serie de medidas antielusión fiscal a todas las transacciones con destino u origen de ese país. “Por ejemplo, una persona que ha cambiado su domicilio fiscal a un país considerado paraíso va a tener que seguir realizando la declaración con Hacienda durante cuatro años”, explica Carlos Cruzado, presidente del sindicato de técnicos de Hacienda Gestha. “Las sociedades que tengan bienes o sociedades en España tendrán que seguir tributando en España aunque tengan la residencia fiscal en un paraíso. Además, deberán acreditar que los precios de las transacciones (compraventa de productos o materiales o créditos, por ejemplo) son de mercado, y no ficticios. Esto lo tienen que hacer siempre y es algo que no se les exige a las empresas que trabajan con jurisdicciones normales”.
5. ¿Por qué no existen para la OCDE?
Panamá es el último gran reducto que sigue permitiendo la ocultación de fondos en paraísos fiscales”. Así se expresaba Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tras la publicación de los Papeles de Panamá (millones de documentos del despacho Mossack Fonseca sobre la creación de empresas pantallas). La OCDE es la responsable de la definición más usada de tax haven (literalmente, refugio fiscal). Son un paraíso fiscal los que cumplen estas cuatro condiciones:
—No cobran impuestos a las personas (IRPF) o cobran muy poco, y eso les sirve para atraer a ciudadanos no residentes que buscan escapar de los impuestos en sus lugares de origen.
—Sus leyes o prácticas administrativas impiden el intercambio efectivo de información con otros gobiernos sobre contribuyentes que se benefician de esa jurisdicción impositiva favorable.
—No son transparentes.
—No exigen a las empresas realizar una actividad real y sustancial para así atraer a su jurisdicción inversiones que buscan meramente la evasión de
impuestos.
A día de hoy no hay ningún país en la lista de paraísos fiscales de la OCDE. Los últimos tres (Andorra, Liechtenstein y Mónaco) desaparecieron en 2009 del mismo modo que lo habían hecho unos años antes otra treintena de países: comprometiéndose a implementar las reglas de transparencia.
6. ¿Qué se puede hacer en estos lugares opacos fiscalmente?
Según un listado elaborado por The Economist, se dan algunos motivos razonables para abrir una empresa pantalla en una jurisdicción offshore, normalmente relacionadas con un paraíso fiscal. Este tipo de firmas permiten evitar, por ejemplo, que marcas muy conocidas paguen un sobreprecio mientras negocian con otra compañía la compraventa de un activo: al usar una empresa pantalla, la otra parte no sabe que se trata de una marca potente y renombrada, y no puede cobrarle más de lo que lo haría a un actor de tercera.
Pueden también ayudar a salvaguardar capitales de economías inestables. Permiten que muchos agentes internacionales reúnan su dinero en forma de pool para realizar inversiones y proteger secretos comerciales de sus competidores.
Asimismo, se utilizan para proteger los bienes de un cónyuge en los trámites de divorcio, para evadir impuestos gracias al uso de las cuentas anónimas que ofrecen asociadas a la empresa pantalla y para guardar los capitales ilegítimos obtenidos por funcionarios corruptos.
Y, en última instancia, permiten delitos como manipular los precios de los mercados, evitar las sanciones económicas internacionales, pagar a los traficantes de armas y de drogas y crear esquemas para financiar el terrorismo internacional.
7. ¿Qué son las IBCs y los bancos offshore?
La clave de los territorios paraíso es la existencia de leyes diferenciadas para los locales y para los extranjeros. Eso se plasma habitualmente en dos vehículos empresariales clave: los bancos offshore y las Compañías de Negocios Internacionales (IBCs en sus siglas en inglés).
Las cuentas bancarias offshore son cuentas secretas que permiten recibir pagos o realizarlos para extranjeros. Los precios son relativamente asequibles. Una cuenta bancaria offshore en San Vicente y las Granadinas, publicitada por la empresa proveedora OBS como “magnífica jurisdicción offshore del Caribe” y con “flexibilidad jurídica y exoneración de impuestos para los no residentes”, tiene un precio de 695 euros.
Las IBCs son las empresas pantallas en sí mismas. Abrir una en Delaware, por ejemplo, cuesta 1.995 euros. Los precios son similares en otros lugares como Panamá. La clave más importante es la existencia de una persona, normalmente de rentas bajas, que es el “representante” oficial. Sólo el agente local sabe quién es realmente el dueño de la empresa, normalmente ligada a una cuenta bancaria en otro paraíso fiscal.
8. ¿Cuáles son los oasis fiscales de Estados Unidos?
Si los paraísos fiscales son tradicionalmente Estados, los oasis fiscales son áreas dentro de estos que operan como centros de evasión de impuestos, secreto corporativo y bancario. Estados Unidos es, por ejemplo, uno de los cuatro países, junto a Bahrein, Nauru y Vanuatu que se han negado a firmar el acuerdo contra los refugios fiscales de la OCDE. Se está lucrando enormemente por ello. Después de que Suiza empezara, en 2014, a colaborar con la organización internacional, centenares de miles de millones de euros han viajado hacia Delaware, Wyoming o Nevada, paraísos fiscales de facto. Naciones Unidas sitúa en cerca de 1,5 billones de euros (un tercio más que el PIB español) el dinero proveniente de actividades ilícitas que entra en Estados Unidos, a través principalmente de estos tres estados.
9. ¿Existen paraísos fiscales en Europa?
Sí, y se contabilizan cinco. La Isla de Man, que se ubica geográficamente entre Gran Bretaña e Irlanda y que depende del Reino Unido. Las también islas de Guernsey y Jersey, así como Gibraltar, también forman parte del territorio controlado por los británicos. La lista la completan Liechtenstein y Mónaco.
10. ¿Cuál es la implicación de los grandes bancos?
A pesar de lo que se está contando últimamente, no es cierto que existan paraísos fiscales a medida para cada tipo de evasión fiscal. Lo que sí encontramos son paraísos que trabajan con uno u otro banco, que son los que les llevan el grueso del negocio. Cuando un cliente de HSBC, Santander o cualquier otra entidad le pide un tipo determinado de producto a su banquero personal, éste recurre a los lugares donde suele operar. Por eso el exministro de Industria, Turismo y Energía José Manuel Soria, que dejó su cargo tras las explicaciones dadas por su participación en una empresa pantalla en Panamá, se defendió diciendo que el banco BBV (el BBVA antes de la fusión con Argentaria) le recomendó trabajar con el paraíso fiscal de Jersey. “Si yo quiero un producto específico de UBS tengo que ver con qué territorio offshore trabaja; son los bancos los que mantienen los paraísos fiscales”, afirma Galindo. “El producto más novedoso son las cuentas móviles. Valen bastante dinero, pero son efectivas. Funcionan así: yo hago mi transferencia primigenia a mi cuenta móvil en, digamos, Suiza. Desde allí salta a cualquier otro lugar, por ejemplo, Nassau. Si un juez pide una comisión rogatoria a Suiza, el dinero ya no estará allí”.
11. ¿Cómo se mantiene el secreto?
Tras el escándalo de los Papeles de Panamá, algunos despachos del istmo han lanzado comunicados en sus páginas web para tranquilizar a sus clientes, subrayando por qué no deben preocuparse. Aseguran, por ejemplo, que todas las comunicaciones utilizan software que promueve el secreto: OPM Corporation, encargada de crear estas empresas, afirma que las comunicaciones telefónicas se hacen por medio de los servicios de una empresa –OPMVOIP– que evita las escuchas; que los correos electrónicos están encriptados y se autodestruyen después de haber sido leídos por medio del sistema ‘007emails’, y que con la versión móvil evitan la lectura por terceros de los mensajes de texto. Que no tienen informaciones en los ordenadores ni en archivos físicos y que, por tanto, nada podrá ser requisado por la Policía. Además, la elaboración de los servicios jurídicos y bancarios se realiza en compartimentos cerrados.
12. ¿Quién lucha contra los paraísos fiscales?
En general, al no existir ni definición ni listas comúnmente acordadas, cada país va por su cuenta a la hora de presionar a los distintos gobiernos a que se comprometan en una mayor transparencia.
La Fuerza Operativa de Acción Financiera (FATF en sus siglas en inglés o GAFI en francés, por la que se le conoce más frecuentemente) es el organismo encargado técnicamente de estos menesteres. Se estableció en 1989 y actualmente la componen 36 países, en su mayoría economías avanzadas, incluida la Unión Europea y Estados Unidos. Se reúne cada tres años y, en teoría, es el cuerpo internacional que estudia y dictamina cómo luchar contra la evasión fiscal, el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo. Emite recomendaciones contra estas prácticas financieras, las últimas en 2012.
13. ¿Habrá nuevos paraísos en el futuro?
Algunos países que están fuera del radar internacional han hecho una apuesta decidida por convertirse en receptores de dinero internacional a cualquier precio. “Cuba, Senegal y Guinea Ecuatorial no se tienen en cuenta como paraísos fiscales y están empezando a operar como ellos. Guinea quiere serlo, de hecho, a toda velocidad”, afirma Galindo. Son, eventualmente, el futuro de los paraísos fiscales.