Por Cambio16
Hace un año. Boko Haram aparecía en la escena internacional, se daba a conocer más allá de sus fronteras y le mostraba al mundo su crueldad. Los yihadistas secuestraron el 14 de abril de 2014 a más de 200 niñas en una escuela de secundaria de Chibok, un pueblo del noreste de Nigeria.
Ese día medio centenar de hombres armados llegaron en camionetas e irrumpieron salvajemente en el centro educativo, mientras dormían las niñas. Esta vez, en lugar de asesinar a profesores y alumnos mientras dormían -como sucedió en otras acciones de Boko Haram-, decidieron capturar a las niñas.
A las chicas les contaron que la escuela iba a ser atacada por insurgentes y que iban a llevarlas a un lugar seguro. Los terroristas lograron así que las niñas subieran a los camiones que tenían preparados para su traslado.
Hoy, un año después, no se sabe nada de ellas. En total, fueron secuestradas 276 adolescentes. Algunas de ellas lograron escapar. De 219 se desconoce su paradero.
Un informe de Amnistía Internacional alerta del «reinado de terror» impuesto por Boko Haram y cifra en más de 5.500 los civiles asesinados por el grupo terrorista. Además, desde el inicio de 2014 al menos 2.000 mujeres y niños han sido secuestrados por los yihadistas.
Destaca que las escolares de Chibok son solo una pequeña parte de las mujeres y niñas que han sufrido la brutalidad de Boko Haram. El grupo lleva primero a las secuestradas a campos ubicados en zonas remotas para más tarde trasladarlas a pueblos y ciudades donde las adoctrinan y preparan para el matrimonio, explicó el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty.
Culpables
Las organizaciones internacionales señalan como responsable al Gobierno del entonces presidente, Goodluck Jonathan, a quien siempre se le reprochó el abandono del norte del país, donde reside la mayoría de su población musulmana.
«Su Gobierno falló en la prevención de estos crímenes, en su persecución y en la protección de las víctimas», censuró en un comunicado el director la Federación Internacional para los Derechos Humanos, Karim Lahidji.
«El nuevo presidente tendrá que hacerlo mejor y más rápido», demandó, en alusión al vencedor de las recientes elecciones, Muhamadu Buhari, quien aún no ha tomado posesión.
Pero transcurrido un año, y dada la naturaleza de sus captores, parece poco probable que el nuevo mandatario pueda hacer algo por unas niñas que perdieron su libertad, y quien sabe si su vida, en una escuela de Chibok.
El vídeo
Después de aquel asalto, solo se las vio una vez más a través de un vídeo difundido por el grupo terrorista, que anunciaba que iba a venderlas como esposas en diferentes países africanos.
Las imágenes alarmaron a gobiernos como los de Estados Unidos y Gran Bretaña, que entraron en liza para intentar localizar y rescatar a las escolares apoyando a un maltrecho Ejército nigeriano y a su desinteresado Gobierno.
Pero la ayuda militar internacional, auspiciada por la célebre campaña en redes sociales «BringBackOurGirls» («Traed de vuelta a nuestras niñas»), fracasó progresivamente.
Our prayers are with the missing Nigerian girls and their families. It’s time to #BringBackOurGirls. -mo pic.twitter.com/glDKDotJRt
— The First Lady (@FLOTUS) Mayo 7, 2014
El Gobierno de Barack Obama envió aviones no tripulados, desplazó a decenas de expertos y cedió cámaras capaces de captar movimientos en la selva, pero el resultado ha sido nulo.
La búsqueda de las niñas comenzó tres semanas después de su desaparición, lo que, en un entorno sociogeográfico como el de Nigeria, es demasiado tiempo para encontrar un rastro.
Engaños
Desde entonces, solo ha habido engaños y falsas esperanzas para sus familias.
El 23 de septiembre del pasado año, un portavoz del Ejército nigeriano anunció que un numeroso grupo de niñas había sido liberado, pero una hora más tarde se retractó.
Un mes después, el Gobierno -con la vista puesta en las elecciones generales de febrero, que finalmente perdería- fue más allá y anunció un acuerdo de alto el fuego con Boko Haram que incluía la inminente liberación de las menores.
El grupo yihadista siguió cometiendo atentados, cada vez con más frecuencia, y las menores nunca fueron puestas en libertad, algo que aclaró la sospecha generalizada: que el anuncio solo respondía a intereses electorales.
«El asunto de las niñas está olvidado porque hace tiempo que fueron casadas», dijo el líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, en un vídeo.