El desarrollo de la cumbre climática anual en un país africano tiene algunas particularidades. Es uno de los continentes más pobres, más agobiados por la crisis climática y, con estrecho margen de maniobra para mitigar o prevenir sus efectos. La cita global en Egipto, ha desenmascarado la necesidad de recursos para encarar la emergencia. De allí, que las finanzas ocupan el foco en las conversaciones de la COP27.
Coincidente con el planteamiento central del IV Congreso Internacional de Sostenibilidad realizado por Cambio16, el 20 de octubre de este año, en la COP27 se pone de manifiesto la urgencia del flujo de dineros para actuar. Show us the Money fue el sugestivo lema del CIS para incentivar el debate en sus expositores. Y, días después, los líderes de los países en desarrollo y más vulnerables también exigen a las naciones más ricas, el cumplimiento de los dineros ya comprometidos.
En la COP27, sus anfitriones han preparado una estrategia para que los países ricos, no escapen a sus responsabilidades y, asuman el aporte financiero para cubrir los desafíos del cambio climático.
África es uno de los continentes más susceptibles de elevar la pobreza y la inseguridad alimentaria por los estragos del clima, la falta de agua y precarias condiciones que atentan contra la seguridad alimentaria. Es una de las regiones más afectadas por el cambio climático. Aunque de las que menos contribuyen con las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, no es el único espacio carente de recursos y abundante en problemas. Este 2022 evidenció la acentuación de fenómenos climáticos extremos, que marcaron récords históricos en sequías e inundaciones.
En alto relieve el tema de las finanzas en la COP27
El planeta está, como dijo Antonio Guterres: “en una autopista al infierno climático y con el pie en el acelerador”. Se requieren decisiones, voluntad política y financiación, añadió el secretario general de la ONU.
Justamente el tema apremiante de las finanzas dio inicio a la agenda de debate y negociaciones de la COP27: como una piedra angular para implementar la acción climática para salvar vidas y medios de subsistencia en todo el mundo, señaló su presidente, Sameh Shoukry.
Se estima que el mundo requerirá entre $ 4 billones y $ 7 billones por año para cambiar hacia el desarrollo sostenible, asegurar la transición energética y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
Y en la jornada en el centro de convenciones Sharm El Sheikh, se sentaron representantes de los sectores público y privado hasta entidades filantrópicas. Bancos multilaterales de desarrollo y organismos de la ONU, con miras a elaborar una hoja de ruta financiera inclusiva. Y que apoye al sur global en la implementación de sus planes de adaptación y mitigación.
Expertos de la ONU publicaron una lista de proyectos por 120.000 millones de dólares que los inversores podrían respaldar para ayudar a los países más pobres a reducir las emisiones. Y al mismo tiempo, adaptarse a los impactos del calentamiento global.
“Show us the money”, el lema de la IV CIS -organizado por Cambio16– fue también escogido por la agencia Reuters para titular una información que reseña la búsqueda de financiamiento por parte de los países en desarrollo. Allí se indica que entre los proyectos, está el de transferencia de agua de $ 3 mil millones entre Lesotho y Botswana. Y un plan de $ 10 millones para mejorar el sistema público de agua en Mauricio.
Definitivamente, Show us the Money
Mahmoud Mohieldin, conocido como uno de los Campeones de Alto Nivel de Cambio Climático de la ONU, abordó el tema de las finanzas climáticas en la COP27. “Ahora podemos demostrar que existe una fuente significativa de oportunidades de inversión en las economías que más necesitan financiamiento”, sostuvo.
En un esfuerzo por responder al argumento de los financistas del sector privado de que es demasiado arriesgado invertir en los mercados emergentes, los expertos elaboraron una lista de proyectos que podrían financiarse más rápidamente. De esta manera, intentan ayudar a los gobiernos anfitriones de la COP a involucrarse con las empresas.
Otro informe sugirió que los países en desarrollo necesitarían obtener $ 1 billón en financiamiento externo cada año para 2030. Y luego igualarlo con sus propios fondos, para cumplir con el objetivo mundial de prevenir el cambio climático descontrolado.
Mientras tanto, se indica que los principales bancos de desarrollo del mundo prestaron $ 51 mil millones a países más pobres en 2021. Y los inversores privados contribuyeron solo con $ 13 mil millones, según un informe reciente de los prestamistas recogido por Reuters.
Llevar dinero a los países de bajos y medianos ingresos para que puedan construir infraestructura, como plantas de energía renovable, ha sido un tema central de las conversaciones climáticas de la ONU. Pero el progreso ha sido lento. “Existe una cartera de proyectos interesantes. Pero requerirán ayuda técnica y financiera para llegar a una posición en la que puedan atraer el tipo de financiamiento adecuado”, indicó Nigel Topping. Otro campeón de alto nivel de la COP26 en Glasgow.
“Necesitamos que todos los actores del sistema se arremanguen para que eso suceda”, añadió. “No llegaremos a desbloquear la escala de financiamiento que necesitan las economías en desarrollo si todos continúan pasando la pelota”.
No es cuestión de indemnización
En la cumbre mundial del clima también se habla de pasar de la negociación a la implementación. Sin más dilaciones. Pero, nuevamente, el tema de las finanzas cobra relieve para dar ese salto en las ya iniciadas negociaciones en la COP27, que se prolongarán hasta el 18 de noviembre.
Jacob Werksman, asesor principal de la dirección de clima de la Comisión Europea, defendió su apoyo a las demandas de estados insulares como Barbados. Y en particular, a la reforma del Fondo Monetario Internacional y de los bancos multilaterales de desarrollo.
Esos cambios en el sistema financiero pasan por asegurar que «todos los flujos del sector privado y del público estén incrementalmente alineados con el Acuerdo de París”, apuntó. El diplomático comentó que la voluntad europea de contribuir a las llamadas «reparaciones climáticas» no se debe a una cuestión de “indemnización”, sino de “hacer lo correcto”.
Y consideró necesario “reconocer que tenemos una responsabilidad histórica de emisiones de forma desproporcionada”. Y Europa se ha enriquecido «en parte gracias a los beneficios de construir una economía dependiente de los combustibles fósiles durante la revolución industrial”.
Entretanto, el FMI advirtió la importancia crítica de la transformación verde. “Hemos reforzado nuestros esfuerzos en este tema. Entre otras cosas, mediante nuestras asociaciones con el Banco Mundial, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos. Y la Red para la Ecologización del Sistema Financiero y otras organizaciones”.
Destacó que han incorporado consideraciones climáticas en todos los aspectos de su trabajo. Incluye la supervisión económica y financiera, la gestión de datos y el fortalecimiento de las capacidades. “Nuestra primera herramienta de financiamiento a largo plazo, el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad, dispone de $40.000 millones en compromisos de financiamiento. Junto con tres acuerdos con Barbados, Costa Rica y Rwanda”.
Gran presencia de cabilderos de combustibles fósiles
A la cumbre también se le conoce como la «COP africana». Es la primera que se celebra en este continente en seis años. Y asuntos prioritarios para los países africanos como las finanzas climáticas están en el centro de la COP27. Este hecho se traduce también en un récord de participantes de las naciones del continente, así como de los países menos desarrollados y de los pequeños Estados isleños, señaló Carbon Brief.
Según los datos de la ONU, la cumbre de Egipto es la segunda más grande desde que se celebró la primera COP en 1995. Con 33.000 personas registradas, se sitúa solo por detrás de la cumbre de Glasgow, a la que asistieron casi 40.000 delegados. También es la que presenta mayor número de representantes de la industria fósil.
Los grupos ambientalistas se quejan de un aumento en el número de cabilderos de combustibles fósiles que están registrados para las conversaciones climáticas de la ONU de este año en Egipto.
La industria de los combustibles fósiles, principal responsable del cambio climático, tiene más delegados en la cumbre que cualquier delegación nacional, excepto la de Emiratos Árabes Unidos. Según Global Witness, Corporate Accountability y Corporate Europe Observatory hay 636 lobistas de esta industria, un 25% más que en la COP26.
El número de representantes con conexiones con compañías de gas y el petróleo supera a las delegaciones de los diez países más afectados por el cambio climático. Solo la supera la delegación de EAU, país anfitrión de la próxima cumbre. Y que ha pasado de 176 representantes a 1.073, lo que la convierte en la segunda mayor delegación de la historia en estas cumbres.
¿Puerta libre para la industria que daña el clima?
Algunos de los 636 participantes identificados como afiliados a compañías de combustibles fósiles están registrados como miembros de 29 delegaciones nacionales como las de los Emiratos Árabes Unidos y Rusia, dijeron las agrupaciones.
“Los cabilderos del tabaco no serían bienvenidos en las conferencias de salud, los traficantes de armas no pueden promover su comercio en las convenciones de paz”, dijeron los grupos. “Aquellos que perpetúan la adicción a los combustibles fósiles en el mundo no deberían poder cruzar las puertas de una conferencia sobre el clima”.