Por Cambio16
25/12/2016
Los avances en la Inteligencia Artificial (IA) ejercen en repetidas ocasiones la predicción de la ascensión de los robots sexuales, lo cuál sólo decirlo alude estrictamente a un lejano y futuro distópico, por no decir que aún es una cosa de ciencia ficción. Sin embargo, algunos expertos en robótica predicen que el tener relaciones sexuales con máquinas no sólo está «a la vuelta de la esquina», sino que además, más que sexo, «vamos a hacer el amor con ellos, con todos los sentimientos románticos que lo acompañan».
Durante los días 19 y 20 de diciembre se celebró en Londres una conferencia titulada «Amor y Sexo con robots«, donde David Levy, autor de un libro sobre el amor humano-robot, predijo que los matrimonios humano-robot serían legales en 2050; y Adrian Cheok, profesor de informática de la Universidad de Londres y director del Laboratorio de Realidad Mixta en Singapur, dice que la predicción no es tan descabellada.
«Esto puede parecer una barbaridad. Pero hace 35 años la gente pensaba que el matrimonio homosexual era una barbaridad«, dijo Cheok. «Hasta la década de 1970, algunos estados no permitían que las personas blancas y negras se casaran entre sí. La sociedad progresa y los cambios son muy rápidos».
Y aunque, según las predicciones, el matrimonio humano-robot podría no ser legal hasta 2050, Cheok cree que los seres humanos estarán viviendo con parejas de robots mucho antes. Asimismo, reconoce que los robots sexuales pudieran cumplir las fantasías masculinas sexistas, pero no duda en apuntar que los matrimonios robot-humano tendrán un efecto muy positiva en la sociedad.
«La gente asume que todo el mundo puede casarse, tener relaciones sexuales, se enamoran. Pero en realidad muchos no lo hacen», dice. «Una gran cantidad de matrimonios humanos son muy infelices (…) en comparación con un mal matrimonio, un robot va a ser mejor que un ser humano».
Ética y realidad
Aunque varios robots sexuales ya están en el mercado, no hay ninguno que se «acerque» a un ser humano y ciertamente no existe un tipo de robot humanoide capaz de replicar una relación de amor. Sin embargo, Cheok cree que la mayor dificultad tecnológica en la creación de robots amor no es un reto mecánico, sino una cuestión de «desarrollar el software necesario para construir un robot que entienda la conversación humana con la suficiente habilidad para hacer el trabajo».
Una vez que ese problema haya sido abordado, Cheok no ve ningún problema con los romances entre el hombre y la máquina. «Si un robot parece que te ama, y sientes que te ama, entonces en esencia vas a sentir como si fuera un amor casi humano», dice Cheok, apuntando que en Japón y Corea del Sur ya hay casos de seres humanos cayendo en el amor con personajes informáticos.
Cheok también compara el amor al robot como el que desarrollan los humanos con especies como los gatos domésticos. «Ya tenemos muy alta empatía por seres no humanos. Es por eso que creo que una vez que tengamos robots que actúen como humanos, con emocionalidad, solo bastará un pequeño salto para que sintamos empatía hacia los robots».
Otros no están tan convencidos. Oliver Bendel, profesor de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes en Suiza, con un enfoque en la ética de la máquina, dice que no cree que los robots sexuales o amor logren desarrollar algún tipo de «integridad moral (…) el matrimonio es una forma de contrato entre los seres humanos para regular los derechos y obligaciones mutuas entre ellos el cuidado y el bienestar de los niños. Tal vez un día los robots pueden tener deberes y derechos reales, aunque en realidad no lo creo», dice.
Sin embargo, reconoce que el matrimonio humano-robot podría llegar a ser legal en 2050 sólo en respuesta a la presión pública.
Por otra parte, dice Bendel, la legislación podría moverse en la otra dirección: «A medida que los robots sexo y el amor se vuelven más realistas, los gobiernos podrían optar por prohibir las relaciones sexuales entre seres humanos y máquinas. De cualquier manera, aunque la tecnología todavía no está lista, los expertos creen que lo mejor es empezar a averiguar las interrogantes morales ahora, para que vamos a estar preparados una vez que los robots sexuales románticos lleguen».
Las populares Real Doll, hoy
Desde hace unos años, el tema del sexo con robots y el desarrollo de la IA para el amor viene presentando productos que buscan hacer de la ciencia ficción una realidad tangible.
Ricky Ma, un diseñador de Hong Kong, necesitó tan solo un año y medio y unos 50 mil dólares para construir un robot humanoide que tiene un increíble parecido con la actriz estadounidense Scarlett Johansson. El androide, bautizado como Mark 1, es capaz de sonreír, guiñar los ojos, mover los brazos y las piernas y responder a los cumplidos de su creador.
Pero, se todos estos desarrollos, quizá el más «laureado» sean las RealDolls, desarrolladas por la compañía del mismo nombre en EEUU, cuyos directivos siempre han sido enfáticos en afirmar que las muñecas de silicona pronto revolucionarán la industria al poder interactuar con sus compradores. Actualmente, en su portal en Internet, RealDoll ofrece sus muñecas y muñecos (también están desarrollando muñecos para el mercado femenino), los cuales occilan entre los 5 y 10 mil dólares.
Matt McMullen, fundador de la empresa, proyecta usar los avances recientes en la tecnología de reconocimiento de voz para crear una IA cuyo principal objetivo es excitar mental y físicamente a su dueña o dueño. La compañía ya viene trabajando en suministrarle la IA a sus creaciones, las cuales -afirman- podrían llegar a los 60 mil dólares, disponibles durante el transcurso de 2017.