Por Cambio16
Wall Street cerró el miércoles con fuertes pérdidas por una sesión de pesadilla que se vio impactada por las caídas en los mercados de China y por un problema técnico que forzó la suspensión de las operaciones del parqué por más de tres horas.
Al cierre de la sesión, el Dow Jones de Industriales, el principal indicador, cayó un 1,47% o 261,49 puntos, hasta las 17.515,42 unidades, mientras que el selectivo S&P 500 cedió un 1,66% o 34,65 puntos, hasta los 2.046,69 enteros.
Estos dos indicadores terminaron muy por debajo del cierre del año pasado, cuando el Dow acabó con 17.823,07 puntos y el S&P 500 2.058,90 enteros.
Por su parte, el índice compuesto del mercado Nasdaq, en el que cotizan las principales empresas tecnológicas, cayó más, un 1,75% o 87,70 puntos, hasta los 4.909,76 enteros, todavía con casi doscientos puntos sobre el nivel de cierre del año pasado.
China
La jornada había comenzado con fuertes pérdidas por el impacto en el mercado de la caída en las Bolsas de China, lo que, sumado a las repercusiones de la crisis griega, derivaron en una jornada que se presentaba negativa para Nueva York.
Wall Street reaccionó negativamente después de que la Bolsa de Shanghái se hundiera un 5,9% y el segundo mercado bursátil más importante de la China continental, la Bolsa de Shenzhen, bajara un 2,95%, mientras que la Bolsa de Hong Kong cayó un 5,84 %.
Este panorama se sumó a las preocupaciones que ha vivido el mercado bursátil en los últimos días por la falta de soluciones definitivas en las negociaciones que mantiene Grecia con sus principales acreedores para superar su crisis financiera.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, afirmó que el caso de Grecia y el de China deben ser vigilados de forma estrecha, aunque no hay motivos para pensar que representen una «amenaza inmediata» para el crecimiento económico de Estados Unidos.
Pero, en el caso de China, las caídas del miércoles, que se suman a otras de fechas previas, pueden significar un retroceso en la dinámica del Gobierno de Pekín para generar mayores reformas económicas en ese país, según Lew.
Ya desde el lunes los analistas de Wall Street estaban sugiriendo pasar la página por el caso griego y enfocar la atención en China, lo que quedó confirmado con las caídas de hoy en los mercados de ese país asiático.
Según el analista Mark Spellman, las turbulencias chinas pueden llegar a impactar en los mercados de Estados Unidos en una proporción de 9 a 1 respecto a la crisis de Grecia, donde las empresas estadounidenses tienen una exposición mínima.
Las bolsas chinas cerraron este jueves con fuertes ganancias, de un 5,76% en Shanghái y de otro 4,25% en Shenzhen, tras el anuncio que hizo el Ministerio de Seguridad Pública (policía) de que está investigando las actividades especulativas en el mercado.
Después de perder un tercio de su valor en tres semanas y media, con la vaporización de unos 3 billones de dólares (2,7 billones de euros), y de una larga batería de medidas financieras sin precedentes, directas e indirectas, impulsadas por Pekín, no ha sido un anuncio económico, sino uno policial, el que lo cambió todo.
Las operaciones. suspendidas
En plena caída, y como si un problema peor opacara otro anterior, las operaciones en Wall Street quedaron desquiciadas cuando se suspendieron las transacciones en el parqué de la Bolsa de Nueva York (NYSE), aunque continuaron sin problemas las electrónicas y en otras plataformas.
No ha habido explicaciones precisas sobre qué pudo causar la suspensión de las operaciones. Fuentes del mercado creen que se debió a un problema de las conexiones de los sistemas de transmisión de datos o por una actualización de los programas informáticos.
Las operaciones del parqué estuvieron suspendidas durante tres horas y media, y sólo se reanudaron 50 minutos antes del cierre, aunque de una forma muy lenta.
El volumen de operaciones fue más bajo de lo que se esperaba para una jornada que se presentaba tan intensa.
«A lo mejor los inversores se dieron un pequeño descanso», dijo a la cadena financiera CNBC el analista David Scranton al referirse a los problemas técnicos después de intensas jornadas por las repercusiones de la crisis griega.