Por Andrés Tovar
30/05/2018
La sesión de Control en el Congreso ofreció un spoiler de lo que será el debate de la moción de censura. Veinticinco minutos bastaron para anticipar la temperatura en el cuadrilátero. Donde, sin poner las manos en las cuerdas, Mariano Rajoy, resistió y contraatacó desde su esquina.
«Ha regresado Torquemada» le espetó un inmutable Rajoy a Margarita Robles desde su esquina. Manteniéndose firme ante el aforo de una sesión de Control en la que todo el mundo tenía en mente la posibilidad de que prospere la moción presentada por Pedro Sánchez. En respuesta, apuntó al rostro de lo que considera un «chantaje» del líder socialista. Y recordó que desde que la justicia investiga la trama Gürtel él se ha sometido a tres elecciones y en todas ellas su partido ha sido la fuerza más votada.
En cambio, el líder socialista, Pedro Sánchez, obtuvo en 2015 y 2016 los peores resultados históricos para su partido. «Por eso huye de las urnas y plantea la moción de censura. Tiene que utilizar atajos y sistemas torticeros», enfatizó.
Las esquinas tras la sesión de Control
No obstante, el presidente del Gobierno sabe qué en estas últimas horas debe hacer gala de más de un juego de piernas. A pocas horas para el debate de la moción de censura, es probable que los separatistas catalanes se pongan del lado de los socialistas cuando se reúna su liderazgo en Barcelona. Los nacionalistas vascos, por su parte, planean tomar la decisión final en Vitoria el jueves por la mañana. La posición de los nacionalistas vascos es esencial en la votación del viernes. Pero hasta ahora no han verbalizado su voto. Y le han trasladado al Gobierno y al PP que se están pensando si apoyan la moción.
Así, con Podemos en la otra esquina, los vascos y los catalanes podrían darle a Sánchez la energía para ganar el combate final. No obstante, los vascos están sensibles. Fundamentalmente por otro combate en su región de origen. Después de apoyar a Rajoy a aprobar los Presupuestos, les preocupa que su rival de izquierda, EH Bildu, logre ganancias significativas. Ésto, si respaldan nuevamente a Rajoy. Un factor determinante que también deben sopesar.
Por su parte, Ciudadanos ha decidido replegarse y mantendrá su «No» a la moción. Tras el rechazo del PSOE al ofrecimiento de Albert Rivera, de tres candidatos independientes para la moción (Ramón Jáuregui, Nicolás Redondo y Javier Solana), la formación naranja ha decidido definitivamente no sumarse a la esquina de los que apoyan la moción. «Hay dos opciones. Que el señor Sánchez pacte un gobierno en un cuarto oscuro junto a Rufián, Puigdemont e Iglesias. O que los españoles decidan. Es mucho mejor ir a las urnas».
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— Ciudadanos 🇪🇸🇪🇺 (@CiudadanosCs) May 30, 2018
Rajoy, el fajador
No obstante, las presiones no doblan la punta del guante del presidente del Gobierno. En la sesión de Control, Rajoy les dijo a catalanes y a Ciudadanos que Sánchez los estaba enfrentando.
«Lo que está haciendo el PSOE es un chantaje. Decirle a los del gobierno Frankenstein -en referencia un pacto entre secesionistas y Podemos- que si no le votan tendrán que pactar con Ciudadanos y adelantar las elecciones. Y a los de Ciudadanos les está diciendo que, como le siga exigiendo adelantar las elecciones, se va con el gobierno Frankenstein«.
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— Cambio 16 (@Cambio16) May 30, 2018
Rajoy ha demostrado ser el gran sobreviviente de la política española desde que se convirtió en líder del PP en 2004. Perdió dos elecciones generales antes de convertirse en primer ministro en 2011. Y sobrevivió a la pérdida de su mayoría parlamentaria en 2015 para asumir un segundo mandato en octubre 2016. Con esa confianza, le dijo a los legisladores el miércoles que tiene la intención de terminar su mandato de cuatro años. Confianza que también guarda en su buena relación con el PNV, a quienes le ha ofrecido «presupuestos y estabilidad».
«A ver quién acepta el chantaje», fue la respuesta de Rajoy.