Por JORGE PERIS | EFE
10/07/2016
La estadounidense Serena Williams no dejó escapar el tercer Grand Slam de la temporada y se impuso a la alemana Angelique Kerber por 7-5 y 6-3, en una hora y 21 minutos, para revalidar su título en Wimbledon e igualar los 22 ‘grandes’ de Steffi Graf.
Tras inclinarse en dos finales consecutivas de Grand Slam por primera vez en su carrera, la número uno del mundo saltó a La Catedral mucho más tranquila, relajada y calmada que en Melburne y en París.
Llegó Serena, seis veces campeona, a la final -su novena en Wimbledon- después de ceder solo un set en el camino, dominando su parte del cuadro sin excesivos problemas y sufriendo lo justo, sólo en el partido de tercera ronda ante su compatriota Cristina McHale.
Con un tenis agresivo, sólida desde el fondo de la pista y más contundente que nunca con su servicio, Serena buscó desde el primer punto su séptimo entorchado en Londres y su ansiado vigésimo segundo ‘major’.
La igualdad predominó el primer set, con ambas jugadoras manteniendo su saque hasta el duodécimo juego, cuando la norteamericana se fue al ataque y, en su segunda bola de ‘break’, se llevó la primera manga por 7-5, en 47 minutos.
La tónica se mantuvo en el segundo set, con una Serena muy agresiva y segura al servicio -89 % de puntos retenidos con su primer saque y 5 ‘aces’, además del servicio más rápido del torneo (199,5 kilómetros/hora)- y que precisó de apenas 34 minutos para apuntarse la manga y el partido por 6-3.
«Es maravilloso estar aquí. Gracias a mi familia, a mi equipo, a mis amigos y a Angelique; me encanta jugar con ella y me hace desplegar mi mejor tenis. Siento que la pista central es como mi casa y estoy muy feliz», dijo, visiblemente emocionada, Serena tras levantar el título. La número del mundo, que consiguió su séptimo entorchado en la capital británica, igualó además a la alemana Steffi Graf con 22 títulos de Grand Slam. «Ha sido difícil no pensar en ello durante todo el año. Lo intenté en los torneos anteriores y en ambos caí, lo que hace que la victoria sea todavía más dulce, ya que el camino ha sido muy duro», prosiguió.
Kerber, por su parte, aceptó la derrota con deportividad. «Creo que he hecho lo que he podido», dijo. «Ella sirvió de forma increíble. Intenté todo, pero ella jugó un tenis maravilloso. No perdí el partido, ella lo ganó. Sólo una podía llevarse el título y ella lo mereció».