El Tigris y el Éufrates -situados entre Irak y Turquía, antigua Mesopotamia- son dos de los ríos más emblemáticos por los cuales se fundaron y derribaron civilizaciones, e incluso estallaron guerras. Sus nombres están plasmados en la Biblia por ser un referente de la región. Diversas poblaciones han querido asentarse en sus riberas fecundas a lo largo de la historia. En los últimos años, sus afluentes lucen disminuidos. La sequía, el cambio climático y el mal uso de sus aguas, atentan contra la opulencia del Tigris y el Éufrates.
El Éufrates nace en Turquía, pero fluye a través de Siria e Irak. El río se une al Tigris antes de desembocar en el Golfo Pérsico. Tiene aproximadamente 2735 kilómetros de largo y es el más extenso del oeste de Asia. Por lo general, hay un nivel de agua más alto de abril a mayo, ya que hay más precipitaciones y escorrentía que se derrite.
La vegetación original sobrevive a pesar de la acción del hombre. Por ejemplo, el Éufrates circula a través de un bosque xerófilo en las montañas del sureste de Turquía. También puede encontrar una variedad de plantas y árboles a lo largo de la costa del río, incluidos rosales, ciruelos, pistachos y robles. En los ambientes más secos, los granos de cereales como el trigo, el centeno y la avena son comunes y abundantes.
El río Éufrates es el hogar de muchos tipos de animales, incluidas serpientes, mamíferos pequeños y grandes y peces. Variados tipos de serpientes, musarañas, nutrias de río, lobos, erizos y jabalíes.
Ahora en Nasiriyah, una ciudad de Irak levantada a orillas del Éufrates, a unos 330 km al sureste de Bagdad, el lecho del brioso río se ve menguado. Cada vez con más apremio y urgencia. Encendiendo las alarmas.
El Tigris y el Éufrates batallando con la historia
El Ministerio del Agua de ese país culpó de la situación en algunas provincias del sur a «la poca cantidad de agua que llega a Irak desde la vecina Turquía y a la actuación humana. Esto ha provocado una fuerte caída en las reservas de agua del país», consideró el funcionario.
Tanto el Tigris como el Éufrates tienen su origen en Turquía. Y las autoridades de Irak han acusado durante mucho tiempo al gobierno de Ankara de retener el agua en las represas que obstruyen los ríos. Reduciendo drásticamente los flujos hacia Irak.
Asimismo acusan a los agricultores de abusar de los suministros de agua y burlar las restricciones para regar sus tierras.
La escasez de agua afecta a la agricultura y la seguridad alimentaria. Son problemas se encuentran entre los «principales impulsores de la migración rural a urbana» en Irak, señalaron las Naciones Unidas y varios grupos no gubernamentales en junio de 2022.
Según estadísticas oficiales iraquíes de 2022, el nivel del Tigris que ingresa a Irak se ha reducido a apenas el 35% de su promedio durante el último siglo. Mientras, el vocero del Ministerio del Agua, Khaled Chamal, indicó que Irak está recibiendo sólo el 30% del agua que esperaba del Tigris y el Éufrates.
Irak pide regularmente a Turquía que libere más agua. E impone medidas para racionar el agua para la agricultura y el uso doméstico.
El agua también se retiene a menudo en las represas en el norte de Irak, lo que provoca la ira entre los residentes del sur.
Después de décadas de conflicto, Irak, rico en petróleo, ha estado plagado de pobreza, sequía y desertificación. Es uno de los cinco países más expuestos a los impactos del cambio climático, dijo la ONU.
Agricultores abandonan tierras milenarias
Los ríos Éufrates y Tigris, la fuente principal de agua potable en el Oriente Medio, se están secando durante años, pero ¿por qué?
El secretario general de la ONU, António Guterres, en su reciente visita a Bagdad, lamentó que «hoy, el Tigris y el Éufrates se estén secando» puesto que sus flujos de agua han disminuido «drásticamente». Debido a la construcción de represas principalmente en Turquía, la mala gestión del agua y la crisis climática que azota a la región.
«La escasez de agua en Irak se ve agravada por la reducción de las entradas del exterior, la gestión insostenible del agua y ahora cada vez más el cambio climático. Es una amenaza que requiere atención internacional», dijo Guterres junto al primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani. Recordó que Mesopotamia (territorio histórico que comprende el Irak actual) significa «la tierra entre los ríos». Y aquí, «la agricultura floreció por primera vez hace unos 10.000 años».
Por tanto, comentó, «me rompe el corazón ver a los agricultores obligados a abandonar tierras en las que se han cultivado durante milenios».
Precisó que el calentamiento global también «genera desplazamientos, amenaza la seguridad alimentaria. Destruye los medios de vida, alimenta los conflictos y socava los derechos humanos, en particular para las poblaciones más vulnerables». En este sentido, declaró que a finales de este mes tendrá lugar la Conferencia del Agua de la ONU en Nueva York, en la que espera la participación de Irak.
La sequía en Irak también ha empeorado en los últimos años debido a la escasez récord de precipitaciones y al aumento de las temperaturas. Unos factores que evidencian que «Irak es uno de los países más afectados por el cambio climático», añadió.
Realidades y simbolismos
Autoridades y científicos llevan años alertando la disminución severa de los ríos Éufrates y Tigris. Muchas familias en Irak que dependen del río están desesperadas por agua. En Irak, están luchando contra la peor sequía que jamás hayan visto. Junto con las sequías, Irak y sus alrededores también sufren el cambio climático y el aumento de las temperaturas.
Más de 7 millones de personas se ven afectadas por este extendido fenómeno climático severo. Las cosechas están fallando, lo que ha llevado a más de 1000 familias a abandonar las aldeas alrededor del Éufrates. Circunstancia que se registra igualmente en el Tigris.
El Éufrates es un río largo que simboliza, para algunos, el fin del mundo. En la biblia cristiana, el Éufrates es significativo. Este río, cuando se seca, es una señal de que se acerca el fin de los tiempos. Esta es una predicción de lo que sucederá justo antes del apocalipsis. Según algunas personas, el Jardín del Edén estaba ubicado entre el Tigris y el Éufrates.
Aunque no es seguro si el secado de este río simboliza el fin del mundo, es un problema para quienes viven cerca del río y dependen de él para el agua y la agricultura. No hay soluciones rápidas para llenar el río Éufrates, especialmente con precipitaciones anuales récord.