El aceite de oliva, tan demandado en la mesa de los españoles y a nivel global por su alta calidad y buen precio, atraviesa una crisis derivada de la sequía prolongada y las altas temperaturas en plena época de floración. Estas circunstancias atípicas empeoran la escasa producción que se obtendrá en la campaña de recolección de la aceituna que recién comenzó en España. Los pronósticos son reservados y las causas van más allá de las que se aprecian a simple vista.
La organización agraria Asaja Córdoba prevé que la producción de este año sea igual de escasa que la de 2022, cuando se registraron 142.554 toneladas. Ignacio Fernández de Mesa, su presidente, lamentó que únicamente algunos árboles de secano muy buenos podrán finalizar la maduración de la aceituna de una forma más natural, con menos estrés.
«Los olivares que se han podido regar son muy pocos, debido a las restricciones de riego que ha habido. La lluvia de las últimas semanas es buena, en general, pero llegan algo tarde para favorecer la lipogénesis, el proceso mediante el cual el olivo produce el aceite en la aceituna, que se da desde septiembre a noviembre. La sequía y las olas de calor han acelerado el ciclo de maduración del fruto. Ya la mayoría de las cooperativas y almazaras de la provincia están abriendo la recepción de aceituna para molino. La falta de aceite seguirá siendo la tónica de esta campaña”, explicó
El clima y la producción de aceite de oliva
La situación climática de los últimos meses es una condicionante de la producción de aceituna para aceite de oliva. Los episodios de temperaturas elevadas en plena floración provocan la pérdida de flores y de una pequeña cantidad de fruto. Sin embargo, los árboles se presentan en condiciones heterogéneas en diferentes áreas del producto. En Andalucía -con el 70% de la producción española- se estima que el 40% se verá afectada por el bajo rendimiento en las provincias de Jaén, Córdoba y Granada.
El aforo de la Junta de Andalucía para esta campaña calcula que Córdoba producirá 143.000 toneladas de aceite correspondientes a 751.000 kilos de aceitunas con un rendimiento de 19 %. «La producción de aceite será 48,3 % menos que la media de las últimas cinco campañas, dijo Asaja Córdoba.
Cifras del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación indican que en la campaña, que comenzó el 1 de octubre, se estima que hay 257.000 toneladas, un 43% que las existencias iniciales de la campaña anterior y y un 52% menos que los cuatro últimos campamentos.
Sin dudas, el calor extremo, los incendios forestales y la sequía están bajando el rendimiento de las cosechas. En mayo, el precio mundial del aceite de oliva alcanzó un máximo de 26 años. Desde entonces ha ganado otro 32%, estableciendo un récord histórico. Con casi 6.000 dólares por tonelada métrica en mayo, el precio global ahora supera los 9.000 dólares. Sin embargo, la situación de los productores no ha mejorado sustancialmente. No han bajado los costos de los abonos, gasóleo, mano de obra o los fitosanitarios.
Grandes supermercados pactan subida de precios
Ignacio Fernández de Mesa estima que habrá poco aceite en 2024 y su precio seguirá escalando. Una situación similar ocurre, en Marruecos. También escasea el aceite de oliva por la baja producción de aceituna y el gobierno decidió limitar las exportaciones del producto y darle prioridad al «aprovisionamiento del mercado nacional».
Facua, una organización de defensa de los consumidores, denunció a ocho grandes cadenas de supermercados ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y la Dirección General de Consumo. Sospecha que durante los últimos tres meses han pactado la subida de sus marcas blancas de aceite de oliva. La botella de un litro de aceite de oliva virgen extra sale al mismo precio en Alcampo, Aldi, Carrefour, Dia, Eroski, Hipercor, Lidl y Mercadona: 9,25 euros.
Facua afirma que estas subidas no responden a incrementos de precios en origen sino a una «estrategia paralela de fijación de precios». Los precios del producto en los ocho establecimientos son idénticos, salvo alguna variación de unos pocos céntimos. El secretario general de Facua, Rubén Sánchez, cree que “tanto la CNMC como el Ministerio de Consumo deben investigar si se trata de un cartel y estas prácticas forman parte de un pacto colusorio, (un pacto ilícito con daño de tercero).