La naturaleza sufre una amenaza sin precedentes en la historia de la humanidad y la tasa de extinción de especies se está acelerando. Así lo advertía hace unos meses un informe de IPBES, la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos. El Informe pone de manifiesto que alrededor de 1 millón de especies de animales y plantas están ahora en peligro de extinción. En este sentido, SEO/BirdLife refuerza su compromiso para proteger a la hubara canaria, en peligro de extinción, con un nuevo método de censo.
La isla de Lanzarote continúa albergando en la actualidad el mayor contingente de la subespecie de avutarda hubara (Chlamydotis undulata fuertaventurae), popularmente conocida como ‘hubara canaria’, que evolucionó en las islas Canarias tras llegar hace cientos de miles de años desde África, donde se adaptó a los áridos y descarnados jables, malpaíses y pedregales de las islas orientales.
No obstante, aunque en las últimas décadas se han publicado varias estimaciones del tamaño de esta población, en esta ocasión se han obtenido datos inéditos de proporción de sexos y productividad, de indudable interés desde el punto de vista de la conservación de la especie.
Un método novedoso y más preciso
Otros métodos de censo previos como los transectos a pie o los recuentos de machos en cortejo permitieron contar con las estimas previas de sus efectivos tanto en Lanzarote como en La Graciosa y Fuerteventura.
Precisamente para afinar lo máximo posible el tamaño poblacional de la hubara en Lanzarote, un equipo de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC, liderado por Juan Carlos Alonso, ha desarrollado un método novedoso y más preciso.
El conteo que han realizado aporta una nueva metodología de censo de esta avutarda en esta isla, que acoge en la actualidad el mayor contingente de la subespecie.
Los autores, que han publicado este estudio en Ardeola, la revista científica de SEO/BirdLife, realizaron el censo durante el periodo de apareamiento, en enero-febrero de 2018. A partir de los 370 individuos censados, de los que 161 fueron machos y 209 hembras, se estimó el tamaño de la población en 440-452 individuosdespués de aplicar un índice simple de captura-recaptura basado en la muestra de aves marcadas por ellos mismos.
1,41 hembras de hubara canaria por macho
Además de la precisión del censo, lo novedoso del mismo es que, por primera vez para esta especie en el archipiélago canario, se ha obtenido el dato de proporción de sexos, que ha resultado ser 1,41 hembras por macho, además de valores de productividad juvenil de tres años, con un mínimo de 5,83 y un máximo de 19,57 jóvenes por cada cien hembras en la población.
“El método utilizado en este estudio se propone como alternativa al utilizado en muestreos anteriores, que han podido sobreestimar el tamaño real de la población. Además, el censo completo permite obtener valores de proporción de sexos y productividad juvenil, así como la localización de la mayor parte de los machos adultos territoriales, parámetros todos ellos necesarios para evaluar el estado de conservación de esta subespecie amenazada de hubara”, ha explicado Juan Carlos Alonso.
Aves difíciles de ver
Para establecer el tamaño de esta población en los últimos treinta años, se habían llevado a cabo numerosos intentos, pero todos ellos en la mayor parte de los casos utilizando transectos lineales en pequeñas áreas de muestreo, y después se extrapolaban las densidades de aves obtenidas en toda la extensión del hábitat adecuado en la isla.
En cambio, Alonso explica por qué los transectos lineales, históricamente uno de los métodos más utilizados para estimar las poblaciones de aves, no son tan útiles en este caso: “Las hubaras son particularmente difíciles de ver debido a su plumaje críptico y su comportamiento principalmente solitario, cauteloso y evasivo. Cuando un observador caminante les alerta, en lugar de volar como otras aves, prefieren agazaparse o, con mayor frecuencia, correr increíblemente rápido y esconderse. Este comportamiento de escape puede reducir las posibilidades de que los observadores a pie detecten hubaras o, lo que es peor, puede conducir a un recuento doble si un pájaro se escapa delante del observador a lo largo del transecto y reaparece más adelante”.
“Esto puede ser una fuente importante de error, particularmente con transectos de líneas múltiples —donde varios observadores examinan un área simultáneamente, caminando en líneas paralelas—, y donde las hubaras pueden zigzaguear por delante o en paralelo, pasando del área de inspección de un observador a la de otro vecino, o regresando a su área original”, ha matizado el investigador.
Más precisión en los censos
Para evitar estos problemas, el censo efectuado por la Universidad de La Laguna en 1994 (publicado también en Ardeola) empleaba por primera vez emisoras para mantener contacto permanente entre los censadores y evitar duplicaciones con aves que se movían delante de la línea de progresión de los ornitólogos. Con el paso del tiempo, queda claro que se mejoran las técnicas de estudio y se van obteniendo mejores resultados y más precisión en los censos y las estimas.
Dadas estas vicisitudes, el nuevo método de censo desarrollado por los autores se basa en muestreos de vehículos combinados con paradas frecuentes y prolongadas para el rastreo del territorio. “En Canarias, estos transectos con automóviles se pueden planificar adecuadamente para cubrir toda la isla. Este método simple, además de proporcionar un recuento completo de todas las aves sin la necesidad de aplicar extrapolaciones arriesgadas o inferir la idoneidad del hábitat para áreas no visitadas, nos permitió obtener otros parámetros demográficos interesantes que pueden ayudar a evaluar el estado de conservación y el rendimiento reproductivo de las hubaras en las islas Canarias”, explica el investigador de CSIC.
Garantizar la conservación
A la luz de este censo, los autores confirman que las hubaras se han recuperado de una disminución probablemente severa causada por la caza y la recolección de huevos durante los últimos siglos, pero muestra que los números actuales son menos de la mitad de la última estimación de población, publicada en 2016.
“Esto no es motivo de optimismo, y el aumento actual del turismo sugiere que se deben tomar medidas para garantizar la conservación de esta subespecie única en las islas Canarias”, ha advertido Alonso. Hoy en día, la alteración del hábitat estepario por la construcción de infraestructuras (carreteras, parques eólicos, etc.), la proliferación de actividades al aire libre y sin control (ala delta, parapente, caravanas off road, quads, etc.), y el efecto de los herbívoros introducidos como las cabras, son las principales amenazas para el hábitat de la avutarda hubara y las restantes especies con las que convive en los jables arenosos y llanos terrosos y pedregosos.
Peligros de la hubara canaria
Aparte de la mortalidad directa por colisión con tendidos aéreos, y en menor medida por depredación por mamíferos introducidos como gatos o los atropellos en carreteras.
SEO/BirdLife realiza un trabajo continuo de seguimiento y conservación de la avutarda hubara en la Reserva Ornitológica El Cercado de El Jarde. Este paraje se ubica en el centro de Fuerteventura, al este de Antigua, en la zona conocida por Los Alares.
Fue creada por SEO/BirdLife en 2005 para proteger una de las especies más emblemáticas del archipiélago. Se trata de una zona esteparia de 209 hectáreas en donde convive con la ganga ortega, el alcaraván común, el corredor sahariano, la terrera marismeña o el bisbita caminero, entre otras especies.
SEO/BirdLife ha llevado a cabo una intensa labor para solucionar el problema de la colisión de aves con los tendidos eléctricos de distribución y transporte, así como con los tendidos telefónicos, tanto en Lanzarote como en Fuerteventura, puesto que desde hace años ocasiona las principales muertes de ejemplares de hubara.
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