La pandemia de la COVID-19 ha cambiado muchas cosas, especialmente la forma de trabajo en algunas empresas. Son muchos los expertos que consideran que la semana de cinco días laborales ya no es necesaria. Por ello, España acaba de unirse a un plan piloto en el que también está Alemania, para reducir las jornadas laborales. En lugar de cinco serán cuatro días de trabajo a la semana y en algunos casos prometen que el sueldo sea el mismo. ¿Será un modelo viable?
Si bien la semana de cinco días solía ser un gran modelo que aprovechaba al máximo a sus trabajadores, ya está algo obsoleto. Es un modelo que nació en una época en la que el trabajo en las fábricas era lo habitual. Sin embargo, con la evolución de la tecnología y el aumento de los trabajos de oficina, muchas empresas consideran que lo importante es trabajar por objetivos, no con horarios tan estrictos. A esto se le suma la pandemia del coronavirus que llegó para cambiarlo todo y para volver las labores diarias mucho más dependientes de la tecnología.
Algunos estudios señalan que si en lugar de trabajar 40 horas a la semana, se trabajan 32, habrá una reducción de la producción, simplemente por el hecho de estar trabajando menos. Sin embargo, experiencias pasadas revelaron que al contrario, tras un periodo transitorio, el bienestar de los trabajadores aumenta y comienza una cadena de efectos positivos debido a la reducción en el número de desplazamientos. «El hecho de que esta idea se desarrolle como un experimento piloto ya es algo positivo en sí mismo. Ese es el estándar de oro para evaluar el acierto de las políticas públicas», explica Carlos Victoria, economista e investigador en el centro de Políticas Económicas de ESADE.
Un proyecto financiado por el Gobierno
Poco a poco el experimento de reducir la semana laboral a cuatro días en España se irá implementando en todos los sectores para ver si funciona o no. Mientras tanto, se espera que el gobierno de Pedro Sánchez financie el proyecto con unos 50 millones de euros. Con esa cantidad el plan piloto debería llegar a unas entre 200 y 400 empresas para que, a cambio de unas ayudas financieras, reduzcan la jornada de los trabajadores sin pérdida de salario.
No se puede poner a funcionar un cambio tan drástico de la noche a la mañana, y aunque hay muchas empresas interesadas en participar, se espera que se vaya haciendo en los próximos meses y de forma gradual, que avance de la mano de las empresas y otros agentes sociales.
Experimento con resultados positivos en España
Varios países y empresas han puesto a prueba medidas similares y desde hace años economistas de todos los ámbitos analizan los pros y los contras de este modelo. En España fue una propuesta del partido de izquierda Más País, que busca probar a pequeña escala qué sucede en la productividad de las empresas cuando sus trabajadores solo van a trabajar 32 horas en lugar de las 40 habituales.
Entre las compañías que ya prueban la semana de cuatro días está la empresa española software DELSOL. En su primer mes de prueba, comparando un año con otro, el ausentismo injustificado cayó un 30%. En la empresa notan que hay mayor implicación y rinden más porque están más descansados. Son más creativos y además, lo que están viendo es que tienen menos rotación. Se va menos gente.
Y es que es un hecho, tras más de un año en pandemia los trabajadores valoran mucho más el estar en casa con su familia. Recordemos que en muchos países los niños aún no se reincorporan a la escuela, lo que podría afectar el rendimiento de los padres en el trabajo fuera de casa. Los psicólogos señalan que a esto se le suma el tema de la salud mental.
No es igual para todos los sectores
Hay que tener en cuenta que en algunos sectores será más complicado que en otros implantar la semana laboral de cuatro días. Sobre todo en sectores como la hostelería o la medicina, incluso el trabajo de un guardaespaldas. En esos trabajos no hay posibilidades de hacer las mismas tareas que antes en una menor cantidad de tiempo.
Otra empresa en España también ha puesto en marcha la medida y hasta ahora los resultados obtenidos contradicen todo lo que se piensa sobre el sector servicios, uno de los mayores en España y con más aportación a la economía. En los restaurantes La Francachela han conseguido reducir la semana de sus trabajadores a cuatro días a la semana y mantener el sueldo a todos.
Tras varios meses con este sistema y el despliegue de inversiones puntuales, la productividad de los restaurantes ha aumentado. María Álvarez, cofundadora de La Francachela, explica que la pandemia fue la palanca que les ayudó a impulsar el cambio. Las dos socias tienen hijos muy pequeños en casa y no querían abandonarlos. Lo que hicieron fue para permitir que todos pudieran conciliar trabajo y familia es analizar cómo podían adaptarse e implantar una semana laboral más corta. El resultado fue satisfactorio para todos.
Tres de cada cuatro empresas españolas lo ve inviable
Los estudios no se hicieron esperar y fue la compañía de recursos humanos Adecco y el Instituto Cuatrecasas quien se encargó de realizar un sondeo para determinar si es un proyecto viable en España. Los resultados arrojan que tres de cada cuatro empresas, un 74%, encuentra imposible implementar en el corto plazo la jornada laboral de cuatro días semanales.
Para la muestra se tomaron 500 empresas españolas. Un 14% de ellas ve factible la concentración de la jornada laboral en cuatro días siempre que el salario sea proporcional al tiempo trabajado. Mientras que solo el 12% cree que se podría implantar manteniendo el nivel salarial. Las principales razones por las que las empresas consultadas creen que será imposible reducir la jornada laboral a cuatro días son no tener margen de productividad para amortizar una jornada a la semana (52%), no disponer de margen de beneficio para mantener el nivel salarial con menor jornada (42%) y no poder cubrir la quinta jornada con otros trabajadores a tiempo parcial (38%).
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