Por Joaquín Robles, analista de XTB
El selectivo español finalizó la semana ligeramente al alza. A ello contribuyó la decisión del Tribunal Supremo de aplazar la decisión sobre a quién le corresponderá pagar los impuestos hipotecarios. Un fallo que ha provocado el desplome del sector bancario español. A pesar de haber empezado la semana con un rebote cercano al 2% no ha logrado recuperar el optimismo de los inversores. El cierre ha sido prácticamente plano.
Los catalizadores negativos presentes en el mercado han provocado una fuerte caída del índice. Entre estos factores se encuentra la guerra comercial y la subida del bono americano a 10 años. También las discrepancias presupuestarias entre Bruselas e Italia. Y, en la misma línea, se ha sumado una ligera caída en el crecimiento en China.
Pero sobre todo ha incidido la decisión del Tribunal Supremo español. El alto tribunal ha dictaminado que los bancos son los que se tienen que hacer cargo de los impuestos presupuestarios. Esta noticia ha provocado una fuerte caída en la banca española y por consiguiente en el índice español. Aunque el Tribunal Supremo ha congelado la sentencia, los inversores ya han descontado la noticia. El Ibex cierra por segunda semana consecutiva por debajo de los 9.000 puntos. Ya se acerca al 10% de caída en lo que va de año.
El sector bancario español
El sector bancario español ha sido el peor parado durante esta semana. La decisión del Tribunal Supremo le podría hacer desembolsar una cantidad de dinero difícil de cuantificar. Ante esta situación, los inversores han optado por el cierre de posiciones. Al menos hasta conocer el alcance de esta sentencia, en el caso de que confirme.
Los bancos con mayor exposición al mercado español como Sabadell, Bankia, Caixabank y Bankinter han sido los que se han llevado la peor parte. Aunque la compañía que peor se ha comportado fue Dia. La cadena de supermercados cayo más de un 50% de su valor. El desplome vino después de anunciar un profit warning, que eliminará el dividendo y ejecutará varios cambios dentro de su ejecutivo. El sector energético se recuperó de la caída de la semana pasada. Fundamentalmente porque, de momento, no se han confirmado los temores de una nueva regulación por parte del gobierno.
La renta variable europea sigue totalmente condicionada al comportamiento de Wall Street, que está atravesando un proceso correctivo. La guerra comercial continúa siendo una amenaza para los mercados. Esta semana hemos conocido una ligera caída en el crecimiento de China. Y además se ha publicado como la balanza comercial entre EEUU y China ha aumentado todavía más a favor del gigante asiático. La subida del bono a 10 años en EEUU también está tensionando a los inversores. Las siguientes subidas de tipos de interés pueden encarecer el dinero de tal manera que la renta variable pierda atractivo.
Brexit
En Europa, las negociaciones a cerca del Brexit continúan estancadas a medida que se acerca la fecha límite para llegar a un acuerdo. Parece que las opciones más probables en este momento son un Brexit sin acuerdos importantes, que perjudicaría a Gran Bretaña o la celebración de un nuevo referéndum. Pero sin duda, la mayor preocupación continúa siendo la relación entre Bruselas e Italia. La coalición formada por el movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte continua con su intención de ampliar el déficit hasta el 2.4% durante el año 2019. Esto supone un desafío para las instituciones europeas. Italia es la tercera potencia de la Unión Europea, y ya acumula la segunda mayor deuda en Europa después de Grecia.
A pesar de que los datos macro continúan mostrando la economía a nivel global en un ciclo expansivo, estamos empezando a ver ciertos síntomas de agotamiento. Esto no quiere decir que se vaya a producir un cambio de tendencia en el corto plazo, pero sí que podríamos ver una corrección más severa. Aunque es cierto que la resolución de alguno de los actuales catalizadores negativos podría provocar un rebote en el mercado, también es posible que durante este trimestre se sumen nuevas dudas al mercado, como los resultados empresariales, las elecciones al senado en EEUU, la fortaleza del dólar o la evolución de los precios del petróleo.
Resultados empresariales
La semana que viene estará marcada por el gran número de compañías que presentan los resultados correspondientes al tercer trimestre. También por la reunión del BCE, en la que no se esperan grandes novedades. El fin de los estímulos a partir de próximo mes de diciembre parece totalmente descontado por el mercado. Ante este escenario de cara a la próxima semana esperamos que el Ibex se mueva en el rango comprendido entre los 8.600 y los 9.200 puntos. En el caso de que continúen las tensiones el mercado podría seguir cayendo. No obstante, una buena lectura de los resultados empresariales podría devolver temporalmente el ánimo de los inversores
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