Por Andrés Tovar
29/12/2016
La estrella de Hollywood, Debbie Reynolds, murió este 28 de diciembre en Los Ángeles, un día después de que su hija, la actriz Carrie Fisher, falleció después de un ataque al corazón. El hijo de Reynolds, Todd Fisher, dijo a la prensa que su madre estaba discutiendo los arreglos del funeral de su hija cuando sufrió el colapso que la llevó a ser ingresada de urgencia. Horas antes de que fuera trasladada, Reynolds le dijo a TMZ sobre su recién fallecida hija: «La extraño tanto, yo quiero estar con Carrie«.
Reynolds murió de un derrame cerebral, una reacción muy humana para hablar de una muerte «por un un corazón roto«. De hecho, hay un término médico para esto: se denomina cardiomiopatía por estrés, y refiere a un caso específico del corazón, que se cree es la consecuencia de una oleada de hormonas que «abruman» al corazón.
Debbie Reynolds most likely died from a broken heart and if that doesn't make you wanna cry, I don't think you have any capacity for emotion
— Thomas (@Thomas_A_Moore) December 29, 2016
La Asociación Americana de Cardiopatía dice que el incidente, que se siente en el cuerpo como un ataque al corazón, se produce cuando «una parte del mismo se agranda temporalmente y no bombea bien, mientras que el resto de sus funciones (del corazón) siguen normalmente o con contracciones aún más contundentes.»
Algunos médicos coinciden en llamarlo takotsubo cardiomiopatía, llamado así por la trampa de pulpo japonesa con una forma similar a una olla, la cual se asemeja a la de un corazón en esta condición.
Esta reacción, según los médicos, se vincula con una muerte inesperada, un desastre natural u otro tipo de sorpresa inesperada. Generalmente -apuntan- se produce una situación inicial estrés, de la que una persona puede recuperar al cabo de unos pocos días. Pero la «muerte por un corazón roto» después de la pérdida de un cónyuge o un niño, es un fenómeno muy real, documentado. No pocos han sido los casos conocidos de parejas de edad avanzada -como Johnny Cash y su esposa, June Carter Cash- que murió al poco tiempo después de la muerte del músico.
Un importante estudio del «efecto viudez», publicado en el Journal of American Journal of Public Health en 2008, no encontró aumento en las muertes del cónyuge tras la pérdida de un esposo o esposa. Sin embargo, fue nombrado como «una amenaza significativa para la salud» que plantea «un riesgo considerable de muerte por cualquier causa».
Y un estudio de 2014 encontró aumentos en los casos de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, todos tras la muerte de un ser querido.