Un estudio reciente que publicó en la revista Global Change Biology encontró que el cambio en el uso de los pastos de montaña por el azote de la peste negra condujo a otra transformación: el crecimiento de los bosques de montaña de la cuenca mediterránea. Árboles milenarios, los más viejos de Europa
El uso de los pastos de montaña atravesó hace muchos años un cambio profundo por dos factores. Primero, por la inestabilidad social y sanitaria a causa de la epidemia de la peste negra entre los siglos XIV y XV. Segundo, por el comienzo de la Pequeña Edad de Hielo.
Las pandemias y las guerras han causado crisis cuyas consecuencias han durado mucho tiempo. Se conocían sus efectos sanitarios y económicos, pero no con respecto a la configuración actual de los paisajes de montaña.
El estudio lo dirigió el investigador Gabriel Sangüesa Barreda, del Campus de Soria de la Universidad de Valladolid. Lo acompañaron científicos de otras universidades europeas como la Johannes Gutenberg de Maguncia, Alemania, y la de Cambridge, del Reino Unido.
Los autores llegaron a la conclusión de que el impacto de la peste negra fue mucho más profundo y duradero de lo que se pensaba. Analizaron tres bosques únicos y longevos en el sur de Europa. Estas áreas albergan algunos de los pinos más viejos del continente. No pocos tienen más de 1.000 años de vida. Se encuentran en montañas mediterráneas como los Pirineos, Pollino (sur de Italia) y el Monte Smolikas (noroeste de Grecia).
La reconquista del terreno perdido
En la investigación se determinó que muchos árboles germinaron y se establecieron en el territorio en un momento que coincide con el periodo posterior al comienzo de la peste negra. La epidemia ocasionó un fuerte descenso demográfico en el campo, a pesar de siglos de uso intensivo del paisaje de la alta montaña en la época medieval.
Esta situación condujo al cese o la ralentización de la agricultura y la ganadería de montaña, actividades fundamentales para el sustento de la población. «Tras un tiempo de restauración de los terrenos degradados, las zonas pastoreadas fueron dominadas por especies arbóreas. El bosque reconquistó los lugares que le habían sido arrebatados», afirmó Sangüesa,
El clima también cambió. Aproximadamente a mediados del siglo XV se hizo más frío y húmedo. Comenzó un periodo inestable que se denominó Pequeña Edad de Hielo que pudo haber tenido un papel clave en el abandono de las actividades ganaderas de alta montaña.
“Los árboles viejos y bosques maduros —agregó Sangüesa— presentes en lugares remotos y bien conservados son testigos de estos hechos históricos”.
Los autores se valieron de la dendrocronología, la ciencia que estudia la datación de los anillos de crecimiento de los árboles. Permite conocer datos tan importantes como la edad, el crecimiento anual y el momento exacto en el que germinaron.
Sobre la peste negra y la Pequeña Edad de Hielo
La peste negra o peste bubónica causó cerca de 50.000.000 de muertes en Europa durante la Edad Media. Es una infección bacteriana grave que se transmite, sobre todo, a través de las pulgas infectadas con la bacteria zoonótica Yersinia pestis. Se suele encontrar en las pulgas que parasitan pequeños mamíferos como ratas y conejos. Actualmente, esta enfermedad afecta a menos 5.000 personas al año en el mundo, indicó la Mayo Clinic, institución médica de Estados Unidos.
Pequeña Edad de Hielo
La Pequeña Edad de Hielo fue una época de actividad solar muy baja y ocurrió desde aproximadamente 1650 hasta 1715.
La NASA agregó que este periodo se dio por una combinación que hubo entre el enfriamiento por aerosoles volcánicos y la poca actividad solar. Ello causó temperaturas superficiales más bajas y se dice que en España el Ebro se heló siete veces: entre 1505 y 1789.
Esta etapa también recibió el nombre de Pequeña Glaciación. Se ha especulado que se pudo haber prolongado a causa de la despoblación de Eurasia por la peste negra y la consecuente disminución del rendimiento agrícola, señaló Wikipedia.
En 1850 el clima mundial se empezó a calentar otra vez y se terminó la Pequeña Edad de Hielo.
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