La tasa de árboles que mueren en los bosques tropicales antiguos de Australia cada año, se ha duplicado desde la década de los ochenta. Un estudio internacional asoció ese registro con el calentamiento global, que aumenta el poder de secado de la atmósfera
Los hallazgos, publicados en la revista Nature, provienen de un registro extraordinario de muertes de árboles catalogados en 24 sitios en los bosques tropicales del norte de Queensland durante los últimos 49 años.
Los científicos indicaron que los sistemas naturales como las selvas tropicales han respondido a la crisis climática durante décadas. Y sugirieron que otros bosques tropicales en el mundo pueden estar experimentando un aumento similar en la tasa de mortalidad.
El autor principal del estudio, David Bauman dijo que fue un shock detectar un aumento tan marcado en la mortalidad de los árboles. Es investigador y ecólogo de plantas de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido. Señaló que los sitios se inspeccionaron inicialmente cada 2 años, luego cada 3 o 4 años y el análisis se centró en 81 especies clave.
Bauman y su equipo registraron que 2305 de estos árboles murieron desde 1971. Pero calcularon que, desde mediados de la década de 1980, el riesgo de mortalidad de los árboles aumentó de un promedio de 1 % anual a 2 % anual.
En su opinión los árboles ayudan a frenar el calentamiento global porque absorben dióxido de carbono. Por tanto, un aumento en la muerte de árboles reduce la capacidad de captura de carbono de los bosques. “Los bosques tropicales son fundamentales para el cambio climático, pero también son muy vulnerables”, explicó.
Mueren más rápido los árboles en Australia
El estudio encontró que el aumento en la tasa de mortalidad ocurrió al mismo tiempo que una tendencia a largo plazo de aumentos en el déficit de presión de vapor atmosférico. Esto es, la diferencia entre la cantidad de vapor de agua que la atmósfera puede contener y la cantidad de agua que se mantiene en un momento dado. Cuanto mayor es el déficit, más agua pierden los árboles a través de sus hojas.
“Si la demanda de evaporación a nivel de la hoja no puede ser igualada por la absorción de agua en las raíces finas, puede provocar que las hojas se marchiten, que mueran ramas enteras. Y, si se mantiene el estrés, la muerte del árbol es segura”, adicionó.
Los investigadores observaron otras tendencias relacionadas con el clima la longevidad de los árboles y su muerte. Incluido el aumento de las temperaturas y una estimación del estrés por sequía en los suelos. Pero descubrieron que la atmósfera seca tenía el efecto más fuerte. “Lo que mostramos es que este aumento en el riesgo de mortalidad de los árboles en Australia también siguió de cerca el aumento del estrés hídrico atmosférico. O el poder de secado del aire, que es una consecuencia del aumento de la temperatura debido al cambio climático”.
De las 81 especies de árboles que analizó el equipo, el 70% mostró un aumento en el riesgo de mortalidad durante el período de estudio. Entre ellos, el castaño de la Bahía de Moreton (Castanospermum australe). El álamo temblón blanco (Medicosma fareana) y el sicómoro satinado (Ceratopetalum succirubrum).
Tasas de mortalidad en bosques tropicales del mundo
Los autores también detectaron diferencias en la mortalidad en las mismas especies de árboles en las parcelas. Dependiendo de qué tan alto era el déficit de presión de vapor atmosférico en cada parcela.
«Este es un conjunto de datos en el que los árboles han sido monitoreados con bastante detalle desde principios de los años 70», sostuvo Belinda Medlyn, científica de ecosistemas de la Universidad de Western Sydney.
Mientras tanto, Yadvinder Malhi, profesor de Oxford y coautor del estudio, comparó los cambios en las selvas tropicales de Australia con los de los corales en la Gran Barrera de Coral. Estos han sufrido cuatro eventos de blanqueamiento masivo en los últimos siete años.
“El probable factor impulsor que identificamos es el creciente poder de secado de la atmósfera. Causado por el calentamiento global. Esto sugiere que pueden estar ocurriendo aumentos similares en las tasas de mortalidad de los árboles en los bosques tropicales del mundo”, agregó.
Si ese es el caso, confió, los bosques tropicales pronto pueden convertirse en fuentes de carbono. Y el desafío de limitar el calentamiento global muy por debajo de 2º C se vuelve más urgente y más difícil.
El estudio examinó datos de más de 8.300 árboles en 24 bosques del norte de Queensland, en Australia. Gran parte de los datos provienen de un laboratorio de CSIRO en Atherton. El laboratorio se centra en la investigación de bosques tropicales.
“Uno de los desafíos de esta investigación es que es uno de los pocos estudios a largo plazo. Y es muy difícil obtener fondos para hacerlo”, refirió Susan Laurance, experta en ecología tropical de la Universidad James Cook. “Es un poco triste porque CSIRO probablemente fue la única organización en el país que recibió fondos a largo plazo para poder hacer (esa investigación)”.
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