Las tensiones en la frontera entre Bielorrusia y Polonia se han exacerbado en las últimas horas, hasta llegar a enfrentamientos. Miles de migrantes venidos de Oriente Medio y África insisten en entrar en territorio polaco y presionan la valla que resguarda la línea limítrofe y lanzan piedras y botellas a policías y militares que responden con cañones de agua, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras.
Las hostilidades, que no se había repetido desde el lunes 8, cuando los migrantes se apostaron en la frontera, dejó un policía polaco herido. Estas personas manifestaban su repudio inicial con piedras y palos. Pero han sido equipados con granadas por los servicios bielorrusos y las han lanzado contra los soldados polacos.
La policía polaca confirmó que uno de sus agentes había sido evacuado de la zona Kuznica con heridas graves, después de que sufrir un impacto en la cabeza. Imágenes facilitadas por el Ministerio de Defensa y la Guardia de Fronteras muestran escenas de la confrontación. Minutos después, los migrantes se han retirado de la alambrada.
Horas antes, se había registrado el primer contacto entre el jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell y el ministro de Relaciones Exteriores de Bielorrusia, Vladimir Makei.
El ministro advirtió que las sanciones contra Minsk son «inútiles» y «contraproducentes», luego de que Borrell anunciara previamente que el bloque europeo se movilizará. A los fines de adoptar nuevas medidas contra Bielorrusia por su papel en la llegada de los migrantes.
En un tuit, Borrell precisó que le planteó al canciller bielorruso «la precaria situación humanitaria en la frontera con la UE». Asimismo, manifestó que «la situación actual es inaceptable y debe parar», ya que «las personas no deben usarse como armas».
Enfrentamientos en la frontera de Bielorrusia y Polonia
La UE acusa a Bielorrusia de favorecer la llegada de los migrantes y ha calificado esto como un «ataque híbrido» en su contra. Este lunes, Bruselas acordó imponer un nuevo paquete de sanciones a Bielorrusia por la situación en la frontera. Posteriormente se registraron los enfrentamientos en el límite de Bielorrusia y Polonia.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, busca la ayuda de los países de tránsito y origen de los migrantes. Y, a la fecha, ha visitado a Emiratos Árabes, Líbano e Irak, y próximamente irá a Turquía.
Entretanto, Polonia está debatiendo con Lituania y Letonia pedir la convocatoria del Consejo de la OTAN para reclamar «medidas concretas» y resolver la crisis migratoria, dijo el primer ministro polaco. Mateusz Morawiecki recordó que estos países pueden solicitar consultas en virtud del artículo 4 del tratado de la Alianza.
Según este apartado cualquier aliado puede solicitar una reunión siempre que, a juicio de alguno de ellos, se vea amenazada su integridad territorial, su independencia política o su seguridad.
Lituania, Letonia y Polonia llevan meses denunciando una avalancha de cruces ilegales desde Bielorrusia. Acusan a Minsk de orquestar una crisis migratoria para desestabilizar a la UE en represalia por las sanciones.
La ONG Grupa Granica ha recibido información sobre los intentos de Bielorrusia de obligar a los migrantes a usar la violencia contra fuerzas polacas, recoge El Mundo. Polonia ha concentrado 15.000 soldados en la frontera con Bielorrusia para frenar la entrada de migrantes ilegales.
Mientras, la secretaria de Exteriores británica, Liz Truss, responsabilizó a Moscú de lo que calificó como «una crisis vergonzosa de migrantes creada artificialmente». Vladimir Putin afirmó que él no tiene nada que ver con lo sucedido. Sin embrago, envió bombarderos con capacidad nuclear para patrullar los cielos bielorrusos y las naciones fronterizas.
Turistas que no son turistas
La irrupción de migrantes en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, que ha derivado en enfrentamientos, tensiones y agitación diplomática tiene detrás muchas historias. Una de ellas, tiene que ver con ciudadanos del Oriente Medio y África que dicen ser turistas. ¿Pero qué tipo de turistas?
Cuando Kamaran Mohammed viajó con su esposa y sus tres hijos a Minsk, el mes pasado desde su casa en el norte de Irak, fueron como turistas.
Se encontraban entre miles de personas que recibieron visas de turista en los últimos meses. Con la ayuda de agencias de viajes en Oriente Medio que trabajan en asociación con operadores turísticos en Bielorrusia, según documentos y relatos de testigos recogidos por Reuters.
Pocos días después de llegar a Minsk, la familia se dirigió a la frontera entre Bielorrusia y Polonia. Sumándose a una ola de iraquíes, sirios, afganos y otros que intentaron el peligroso cruce hacia la UE para comenzar una nueva vida. «Los aviones transportan turistas que no van a hacer turismo. El gobierno bielorruso sabe muy bien que estas personas no son turistas, sino que van a la frontera polaca», dijo Mohammed.
Mohammed y su familia llegaron a Polonia, pero solo brevemente. Fueron deportados a Irak el 31 de octubre, un recordatorio de que gastar miles de dólares y arriesgar vidas no es garantía de establecerse en la UE.
Polonia y Lituania han presentado documentos que muestran que al menos una compañía de viajes estatal bielorrusa facilitó la visita de los posibles inmigrantes en mayo. Mientras que una aerolínea estatal duplicó con creces los vuelos en una ruta popular entre solicitantes de asilo.
Alexander Lukashenko, presidente de Bieolorrusia, niega haber facilitado la crisis, aunque dijo que no retendría a los migrantes debido a las sanciones impuestas por la Unión Europea.