La intensa actividad del sector energético de China aumentó en 5,2% las emisiones de carbono en 2023, dejando de lado sus objetivos de reducir esos gases altamente nocivos para el planeta. Incumplió los compromisos establecidos en el decimocuarto plan quinquenal del país.
Estados Unidos, China y la India lideran la clasificación mundial de países más emisores de carbono. Pero el gigante asiático, en algunas estadísticas aparece en el primer lugar, acaparando por sí solo alrededor del 30% del total de las emisiones globales y desmarcándose de las otras dos naciones.
Un análisis basado en cifras oficiales y datos comerciales, muestra que el rápido crecimiento de la demanda de electricidad y las lluvias débiles empujaron la demanda de energía de carbón en 2023. Mientras que la recuperación posterior a la pandemia impulsó la demanda de petróleo.
Según datos oficiales preliminares del gobierno, el consumo total de energía de China aumentó un 5,7% en 2023, la primera vez desde al menos 2005 que la demanda de energía crece más rápido que el PIB. Un crecimiento del consumo de carbón del 4,4%, produjo un aumento de las emisiones de CO2 del 5,2% -al mismo ritmo que el PIB-, lo que pone de manifiesto los recientes patrones de crecimiento intensivos en energía.
El crecimiento económico de China durante y después de la pandemia ha sido muy exigido en energía y carbono. Las emisiones de CO2 crecieron a una media del 3,8% anual en 2021-23, frente al 0,9% anual en 2016-20, mientras que el crecimiento del PIB se ralentizó de una media del 5,7% al 5,4%, revela una investigación de Carbon Brief.
Emisiones de carbono de China se disparan
Este rápido aumento de las emisiones de carbono en 2023 deja a China muy lejos de su objetivo de reducir la intensidad de carbono en un 18% durante el plan quinquenal (2021-25) del presidente Xi Jinping.
En consecuencia, las emisiones de CO2 deberían reducirse entre un 4% y un 6% de aquí a 2025 para alcanzar el objetivo. Incluso si el crecimiento del PIB de China es elevado y alcanza una media del 6% anual en 2024-25, el objetivo de intensidad exige que las emisiones de CO2 disminuyan un 4%.
Los impulsores del aumento de las emisiones en 2023 fueron la generación de electricidad a partir del carbón y el consumo de petróleo, que aumentaron un 6% y un 8%, respectivamente.
Una de las principales razones del crecimiento de la generación de electricidad a partir del carbón fue que los índices de funcionamiento de la energía hidroeléctrica alcanzaron el nivel más bajo en más de dos décadas debido a una serie de sequías. Es probable que estos índices de explotación se recuperen hacia niveles medios al cierre de 2024.
El aumento del consumo de petróleo representa un repunte tras el lento crecimiento de la demanda durante el período de «covid cero». El consumo de gas repuntó a medida que los precios bajaban desde los máximos de 2022, aunque siguen siendo elevados.
Recientemente, el gobierno reconoció y respondió a la brecha para cumplir sus objetivos, pidiendo controles más estrictos sobre dichos proyectos. Así como un despliegue más rápido de energías renovables.
El auge de la fabricación de energías limpias influye discretamente en el aumento de las emisiones. Debido sobre todo a los procesos de producción de energía solar y baterías, que consumen mucha energía.
Se desvían las metas
Aproximadamente un punto porcentual del crecimiento de las emisiones de CO2 puede atribuirse a estos sectores renovables y sostenibles. En especial, sobre la base de los datos de producción y las intensidades de emisión estimadas para la energía solar fotovoltaica. También la de los vehículos eléctricos y las baterías.
Esto significa que, sin el auge de la fabricación de tecnologías limpias, las emisiones de carbono de China habrían crecido en torno al 4,2%, en lugar del 5,2% estimado en el análisis. No obstante, el aumento de la fabricación se traducirá en una reducción significativa de las emisiones en términos netos, una vez que los productos estén en uso. Alrededor de la mitad de esta reducción se realizará fuera de China, al exportarse los productos.
El compromiso climático de China en el marco del Acuerdo de París (contribución determinada a nivel nacional, CDN) se actualizó en 2021. Siguiendo los compromisos asumidos por Xi Jinping a principios de ese año. E incorporando los objetivos del plan quinquenal.
La NDC actualizada se compromete a limitar el crecimiento del consumo de carbón y controlar estrictamente las nuevas centrales de carbón. A reducir la intensidad energética y de carbono para 2025. Y aumentar la cuota de fuentes de energía no fósiles al 25% para 2030.
Además, los planes quinquenales del país fijan como objetivos aumentar la cuota de fuentes de energía no fósiles al 20% para 2025. Y obtener más del 50% del aumento del uso de energía entre 2020 y 2025 de fuentes renovables. Todos estos objetivos quedan seriamente desviados después de los resultados de 2023, advierte Carbon Brief.
Redoblar esfuerzos
La intensidad de carbono del país descendió un 48% entre 2005 y 2020. China se comprometió a un descenso del 18% de 2020 a 2025. Y a reducir la intensidad de carbono en más del 65% respecto a los niveles de 2005 para 2030. Esto requiere una reducción adicional de al menos el 17% de 2025 a 2030.
Sin embargo, a finales de 2023, la intensidad de carbono de China sólo había descendido un 5% en el plan quinquenal, muy por detrás del objetivo del 18% de 2020 a 2025. Para cumplir este objetivo, las emisiones de CO2 tendrán que reducirse en términos absolutos de 2023 a 2025.