Desde hace semanas los médicos e investigadores están a la caza de explicaciones que ayuden a entender la falla multiorgánica que produce el virus SARS-CoV-2, que no solo se produce cuando la enfermedad evoluciona a su fase más grave. El fallo de órganos vitales puede estar presente desde el principio. Pacientes con síntomas que no se asocian a la COVID-19 han despistado a más de un médico.
Daños a través de coágulos cerebrales y pulmonares, daño a los riñones, daño al revestimiento de los vasos sanguíneos, pérdida total del gusto, diarrea, ojos enrojecidos, vómito, impacto general al sistema inmunitario... forman parte de una larga lista de síntomas y efectos, que muestran el caos que deja la COVID-19 a su paso por el cuerpo humano.
Ya está aceptado que el nuevo coronavirus es muy impredecible y es más que un simple virus respiratorio que impacta gravemente a los pulmones. Diferentes expertos en salud, virología y epidemiología de los Estados Unidos señalan que a pesar de que hay una base importante en la OMS de investigaciones relacionadas con el nuevo coronavirus, no hay un conocimiento sólido de la enfermedad que explique la multitud de síntomas y consecuencias.
Los médicos están tratando desde reacciones inflamatorias que atacan al virus y al organismo al mismo tiempo hasta pacientes que requieren ventilación artificial, porque los alvéolos de sus pulmones están tan llenos de líquido y moco que no permiten el paso del oxígeno que necesitan los tejidos del cuerpo humano para seguir con vida.
Diferentes presentaciones de la enfermedad
Angela Rasmussen, viróloga del Centro de Infección e Inmunidad de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, señala que es un virus muy nuevo y que aún no hay explicaciones que ayuden a entender tantas presentaciones de la enfermedad.
En el ataque al corazón, la COVID-19 debilita el músculo cardíaco, interrumpiendo su ritmo. También debilita los vasos sanguíneos del cerebro y los pulmones. Se han registrado pacientes con accidentes cerebrovasculares y otros han presentado embolia pulmonar. Algunas teorías apuntan a que el debilitamiento de los vasos sanguíneos se debe a que el virus ataca las células endoteliales que recubren estos vasos sanguíneos (venas, arterias y capilares).
La enfermedad también desencadena lo que los expertos llaman una «tormenta de citoquinas». Cuando un virus invade el tejido sano de los seres humanos, el sistema inmune activa la maquinaria productora de glóbulos blancos para contrarrestar el ataque del virus.
Sin embargo, la reacción que está registrando el sistema inmune es tal que desemboca en una respuesta hiperinflamatoria del sistema inmune que termina perjudicando al paciente, ya que muchos órganos vitales se afectan.
Vasos sanguíneos y «tormenta de citoquinas»
Los expertos apuntan a que tanto el daño a los vasos sanguíneos como la «tormenta de citoquinas» se entrelazan y desencadenan la falla multiorgánica que afecta pulmones, corazón, olfato, vista y cerebro.
Mandeep Mehra, profesor en la escuela de medicina de la Universidad de Harvard, señala que la inflamación de las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos podría explicar por qué daña tantos órganos en el cuerpo.
Comienza como una infección viral que ataca los pulmones, luego altera al sistema inmunitario, afectando a los vasos sanguíneos y debilitando el sistema cardiovascular. «Nuestra hipótesis es que COVID-19 comienza como un virus respiratorio y mata como un virus cardiovascular», dice Mehra.
Los riñones también sufren por el paso de la enfermedad. Al principio, los médicos creían que los riñones se veían afectados por el uso de ventiladores artificiales en los pacientes que presentan falla respiratoria o también como consecuencia del uso de algunos fármacos.
Más explicaciones…
Ahora, las investigaciones notan daño directo del virus en las células renales. El SARS-CoV-2 afecta las células que filtran los desechos humanos en los riñones. El daño se ha observado tanto en pacientes que pasaron por las UCI como otros que no. Además, estudios realizados en Wuhan detectaron el patógeno en los riñones.
La falla multiorgánica también encuentra una explicación en las enzimas receptoras del virus en el cuerpo humano, ACE 2 (angiotensina 2). La proteína espiga característica del SARS-CoV- se acopla a la ACE 2 para entrar, replicarse e infectar a las células humanas.
El dato interesante para la ciencia es que la angiotensina 2 es una enzima receptora abundante en los pulmones, los riñones y los intestinos. Además, los receptores de angiotensina 2 ayudan a regular la presión sanguínea. La falla multiorgánica que provoca el SARS-CoV-2 es un hecho.
Las investigaciones, los expertos y médicos deben profundizar en los los efectos sobre diferentes órganos vitales para dar con mejores tratamientos. A veces un paciente puede tener diarrea y vómitos y se piensa que es producto de un virus estomacal, pero resulta que no es así. Es un síntoma más de la COVID-19.
Lea también:
Las mascarillas también serán una veta en el mercado de la moda
Las mascarillas también serán una veta en el mercado de la moda